sábado, 6 de agosto de 2016

Cuando la tecnología reproduce al homo politicus "Arrobame que me gusta": en la política local, Twitter todavía es la red fetiche

Desde el intendente y sus secretarios hasta los concejales de la ciudad usan esa plataforma informativa para mostrar gestión. Pero también para “pelearse” en entreveros ideológicos, hacer militancia y partidismo. La lógica de la política 2.0.

Foto: Ilustración: Lucas Cejas

Luciano Andreychuk
landreychuk@ellitoral.com
Twitter: @landreychuk

Tuitean para mostrar sus actos partidarios, cuentan sus gestiones. Retuitean la militancia del partido al que pertenecen. Pero también se pelean desde la palabra, discuten entre ellos, a veces en tonos ásperos; se arroban para chicanear y esperan devolución para responder. Eso ocurre entre los funcionarios del Ejecutivo local pero, más aún, entre los concejales de la ciudad. Todo a través de Twitter. (Ver más abajo Glosario.)

Hoy al imperio de las llamadas redes sociales lo tiene Facebook, y hay un avance indetenible de otras como Instagram y Snapchat. ¿Y qué es Twitter? Es una red informativa donde se pueden comunicar ideas, noticias, etc. en 140 caracteres. El santafesino promedio usa poco esta plataforma (sí es usuario adicto a Facebook), a diferencia de otras ciudades como Buenos Aires, donde la “tuitósfera” es casi una forma de vida virtual.

Pero en la ciudad, los políticos y dirigentes locales todavía ven en esta red informativa un objeto de deseo, es decir un fetiche. Y el todavía indica que Twitter está en caída: informes internacionales han mostrado que ha descendido notoriamente el número de usuarios, y algunos expertos de la era digital ya han pronosticado su defunción.

Aquí la clase política usa esta red con mucha frecuencia. Sobre todo los concejales: ha ocurrido que al final de una sesión del Concejo donde se había tratado un tema polémico (tren urbano o endeudamiento, por caso), la discusión siguió en Twitter, ya sin gente en el recinto, en las horas siguientes. También pasó que, a raíz de una nota radial entre varios ediles, el cruce de posturas se reprodujo luego, con tuits picantes y chicaneros.



Ejemplos
 El intendente José Corral (@josecorralSF) hace un uso medido de la comunicación política vía Twitter. Sus expresiones apuntan primero a mostrar su gestión al frente del Ejecutivo local: obras realizadas por el municipio, reuniones en Buenos Aires y relaciones con funcionarios nacionales, o actividades sociales y recreativas organizadas por el gobierno local. 

Corral también retuitea aquellos tuits de sus funcionarios, de colaboradores de la UCR (es presidente de ese partido a nivel nacional) y reproduce tuits que muestran su alianza con Cambiemos, el partido que gobierna al país hoy. Responde muy poco a quienes lo mencionan, y no se mete en cuestionamientos públicos a su gestión.

Tampoco responde mucho a tuits con críticas de los ciudadanos santafesinos: sabe que eso es materia prima para el periodismo, ni se mete en discusiones políticas con militantes de otros partidos. Su comunicación política es cuidadosa y lineal, y así lo entienden los administradores de su cuenta: hay una clara “ejecutividad pragmática” del manejo discursivo.

Ramiro Dall’Aglio (@ramirodallaglio) secretario de Control Municipal, usa Twitter casi exclusivamente para retuitear todo lo que sea gestión municipal y partidaria. Carlos Medrano (@arqcamedrano), secretario de Desarollo Social, y María Martín (@MariaMartinSF), de la Secretaría de Gobierno, casi lo mismo. En los retuits se incluyen notas periodísticas que reflejan siempre las gestiones positivas del municipio. Nunca notas críticas.

Tuiteros “picantes”
 Juan J. Saleme (@juanjosaleme) edil opositor del bloque PJ / Santa Fe es una Sola, está dentro del grupo de los tuiteros “picantes”. Esto es que, además de difundir las actividades políticas de su sector, se mete en discusiones encendidas con otros concejales oficialistas y reclama (arrobando a un funcionario puntual) explicaciones sobre tal o cual tema.

Por ejemplo, en la polémica por los maceteros en calle Mendoza (que resolvió el municipio sin que pase por el Deliberativo), se metió en una discusión con Mariano Cejas (@ConcejalCejas), concejal oficialista (FPCyS / UCR):

“@ConcejalCejas debatir y votar en el concejo esas medidas es lo que manda la ley. Pedimos q se respete. Uds prefieren la chicana por redes”, le dijo Saleme. Y luego habló del “cansancio” de no poder debatir estos temas en el recinto.

“@juanjosaleme qué lástima q te canse discutir temas que tb son importantes para la ciudad, como las mejoras para los peatones”, le espetó Mariano Cejas. Saleme le retrucó: “@ConcejalCejas no querido mariano! Lo q me cansa es q hables siempre de cosas q no se están discutiendo”.
 Adriana Molina (@adrianamolina20), concejala oficialista (FPCyS / UCR), también está dentro de las tuiteras “picantes”. Además de reproducir todo lo relacionado a la gestión municipal, cuestiones partidarias (siempre que sean sus “bondades” para la ciudad) y de promover los derechos de género (es directora del Programa de Género de la UNL), hace política desde una tribuna de opinión. 

Por ejemplo, en la larga polémica por el endeudamiento, se metió en un entrevero con Saleme, quien le tuiteó al intendente Corral.

“@josecorralSF el 99% de los puntos rojos entre bulevares. Logramos q esto no salga aprobado así. Eso es una buena noticia #CorralMiente”, fustigó el edil por Twitter.

El “quiero vale cuatro” tuitero de Molina fue: “Cuando (Saleme) dice #entrebulevares quiere decir donde hay comercios, escuelas, sanatorios, hospitales, ministerios”. “Cuando dice #entrebulevares quiere decir por donde pasan casi todas las líneas d colectivos”. Como estos ejemplos hay decenas.
 Militancia 2.0

En la cuenta BloquePJ Concejales (@ConcejalesPJ) que comparten Juan Cesoni y Alejandra Obeid (oposición ligada a las bases del Frente para la Victoria), se reproducen los postulados y las fechas conmemorativas del peronismo. Los tuits y retuits muestran el afán de la militancia vía Twitter. Se comparten actividades organizadas por el sector, y se expresan muchas críticas a la actual gestión municipal.
Glosario
Twitter: es un sitio de microblogs. Al registrarse, el usuario adquiere una cuenta en la que puede publicar mensajes de hasta 140 caracteres. También puede añadir links, imágenes y videos.

Tweet o Tuit: es la publicación de un usuario de esa red.

Arrobar: es un verbo nacido de los neologismos de la era digital. Implica la acción de mencionar en un tuit a otro usuario, para que éste vea la publicación.

Retuitear: acción de un usuario de Twitter de reproducir el tuit de otro usuario.

Twitósfera o Tuitósfera: otro neologismo que alude al espacio virtual exclusivo y propio de los usuarios de Twitter. 

Homo Politicus: concepto acuñado por Platón que postula que el hombre es esencialmente un animal político.
  
OPINIÓN

Comprender el ecosistema digital

L. A

“(...) No se trata de entender (la nueva política 2.0) simplemente como un nuevo campo de batalla (la Red). Tampoco se trata únicamente de nuevas herramientas (blogs, Twitter, redes sociales, videopolítica). No, no hablamos tan sólo de tecnología. Hablamos de la política del futuro. Y la política no puede vivir de espaldas a esta nueva realidad”.

“La tecnología social, su capacidad disruptiva y su penetración global, pueden favorecer un ecosistema digital en el que las personas puedan reconstruir su identidad personal y colectiva. Pero debemos empujar para garantizar el poder de los sin poder”. La definición pertenece a Antoni Gutiérrez-Rubí en su libro Tecnopolítica: El uso y la concepción de las nuevas herramientas tecnológicas para la comunicación (Bebookness, España, 2014).

La clase política ya hace un uso permanente de las plataformas digitales para construir, formar o deformar política. Por eso, los asesores en redes sociales hoy son muy buscados. La discusión central pasa por el cómo y con qué fines: por eso el formar o deformar, usar o abusar, adoctrinar o reclutar seguidores. Ocurre que se puede mentir a la opinión pública desde estas nuevas tribunas virtuales, ocultar o desviar hacia la tangente un tema con propósitos malintencionados.

La política 2.0 tiene un potencial enorme y no es nuevo. La responsabilidad de cómo se la ejerce es la clave. Y un uso responsable empodera a la ciudadanía en la construcción de espacios participativos para la transformación de la cosa pública.

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