En la noche del jueves se produjo el “Ruidazo”, una marcha de protesta con los aumentos de tarifas, en lo que fue la segunda protesta en contra de Mauricio Macri en apenas casi 8 meses de gestión.
En distintos puntos del país, un puñado de personas salió a la calle a hacer sonar las cacerolas y cualquier objeto que sirviera para hacer ruido. La idea era hacerse oír y tener la foto para colgar en la red social Twitter donde desde muy temprano instaban a la gente a manifestarse.
Como vivimos en un democracia todos tienen derecho a expresarse, ya sea que cuando están conformes con alguna medida o cuando no están satisfechos con las decisiones tomadas desde el poder ejecutivo.
Y el “Ruidazo” que supuestamente era contra el aumento de las tarifas, se convirtió en una marcha de apoyo a Hebe de Bonafini, quien durante la tarde estuvo a punto de ser detenida luego de que se negara a presentarse ante la justicia para aclarar su situación procesal por la causa “Sueños Compartidos”.
Entre gente que protestaba por el aumento de la luz, se mezclaban aquellos que mostraban su apoyo a la titular de Madres de Plaza de Mayo. Y en algo coincidían unos y otros, el blanco preferido era Mauricio Macri.
Hubo muchos carteles que mostraban la disconformidad de la gente por al aumento de las tarifas, pero un llamó la atención por su particular mensaje, que nada tenía que ver con la consigna de la manifestación.
Decía el cartel que llevaba en sus manos un hombre con gorrita “Si no hay pan para el pobre, no habrá paz para el rico”.
Este tipo de frases en carteles portados por argentinos son los que precisamente dividen a la sociedad en lugar de hermanarla. No vivimos en un país donde se dan las luchas de clases, lejos estamos de ocupar ese lugar en el mundo.
Ese cartel, realmente debería ser condenado por distintos referentes de la sociedad ya que un país se construye entre todos, los ricos, los pobres, la clase media y todo aquel ciudadano de bien que quiera vivir en un país en el que valga la pena hacerlo.
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