viernes, 15 de julio de 2016

Por dos homicidios Condenaron al hombre de la calavera

Adrián Arbizu recibió 26 años de prisión: 16 por un crimen cometido en Colastiné en 2011 y 10 por haber descuartizado a un hombre en 2012, cuyo cráneo fue hallado por pescadores en aguas del arroyo Leyes.

Foto: Archivo El Litoral
Juliano Salierno
jsalierno@ellitoral.com

Uno de los sicarios más despiadados de los que tiene registro la historia criminal santafesina fue condenado por dos homicidios ocurridos en 2011 y 2012 y que tuvieron como escenario el corredor costero de la ruta 1. Adrián Alejandro Arbizu recibió 16 años de cárcel por el asesinato de Lucas Damián Ybañez, ocurrido el 22 de octubre de 2011 en su casa de Colastiné. Y fue sentenciado a 10 años más por haber descuartizado a Daniel Osmar Luque y arrojado su cadáver al río para borrar las pruebas.

El hallazgo fortuito de una calavera el 7 de octubre de 2012 selló la suerte de Arbizu, que casi un año después -agosto de 2013- fue cercado y arrestado por la policía, acusado de graves delitos contra una persona.

Aquella tarde de octubre, un grupo de amigos pescaba desde la costa, en cercanías del camping comunal de Los Zapallos, unos 500 metros al norte del puente del arroyo Leyes, cuando sucedió lo inesperado. La calavera dejó estupefactos a los pescadores, que comunicaron lo ocurrido a la policía local.

Examen de ADN

El primer paso fue asociar el cráneo con la desaparición de Daniel Osmar Luque. Un examen de ADN que llevó varios meses -junio de 2013- confirmó que se trataba del hombre de 42 años que -se supo luego- el 28 de septiembre de 2012 fue sacado de su casa a los empujones y subido por la fuerza a una camioneta con vidrios polarizados.

Los investigadores apuntaron la mira a la ex mujer de Luque, Ana María Cuffini -una ex empleada de Afip- y al remisero Marcelo Torres -el hombre con el que Cuffini había formado nueva pareja en ese entonces-. Ambos fueron procesados junto con Arbizu en 2013 por el juez Nicolás Falkenberg, y tanto Torres como Cuffini fueron condenados en juicio abreviado.

Los vecinos de Luque situaron a la mujer en la vereda de su casa de calle Vélez Sarsfield al 3000, el día de su desaparición. Dijeron que la vieron hablando con la víctima previo a que un hombre lo hiciera ingresar de manera violenta en una camioneta Renault Stepway. Ese hombre era Arbizu y el conductor Torres. Entre los tres secuestraron al hombre con el fin de “apretarlo” para que dejara la casa en la que estaba viviendo; pero se cree que un exceso de violencia hizo que Arbizu le quebrara el cuello y tuvieran que deshacerse del cadáver.

Rompieron el silencio

La historia se completa con el relato de tres mujeres: una nena, su madre y pareja de Arbizu, y la abuela de la pequeña.

La mujer que vivía con Arbizu junto a su hija padecía serios sometimientos por el hombre de la casa. No obstante, por temor a que le ocurriera algo a su hija decidió escapar y denunciarlo. Entre los hechos más graves, relató cómo Arbizu despedazó a Luque, envolvió el cadáver en un plástico negro y se internó en el río para desperdigar sus pedazos. Ubicó a Cuffini como cómplice, a la que señaló como amiga de su marido, ya que se reunían a tomar cocaína y champaña y también se refirió a un remisero de Santo Tomé.

Madre e hija relataron que tuvieron que limpiar las manchas de sangre de la camioneta y quemar las ropas también ensangrentadas que se sacó Arbizu. Asimismo recordaron que quemaron documentos y “ropa que parecía de un hombre que luego tiraron al río. Todo pasó cuando vivían en La Guardia”, recordó la abuela.

Pero además de ser claves para el esclarecimiento de este crimen, las mujeres reseñaron otro episodio brutal, que hasta ese entonces permanecía en secreto por el miedo que les transmitía Arbizu, que se jactaba de tener altos contactos con la policía, además de haberles dado claras muestras de lo que era capaz de hacer.

Caso Ybañez

Según contaron las mujeres, en esas reuniones en las que recibía a sus amigos, se consumían bebidas alcohólicas y consumían drogas, especialmente cocaína. Cuando ya estaban pasados y se les soltaba la lengua, solían contar como anécdota y entre carcajadas y burlas, la manera en que el joven Ybañez había sido asesinado. En ese caso fueron implicados otros dos sujetos, Marcelo Agustín Rojas, condenado a 14 años de prisión, y Fabián Diego Llano, quien falleció sin ser juzgado.

Ambas condenas fueron dictadas el mes pasado. La primera que se conoció data del 13 de junio y fue firmada por el juez de Sentencia Norberto Nisnevich, quien se encargó de juzgar a Arbizu y Rojas por el asesinato de Ybañez. La segunda fue bajo la modalidad de juicio abreviado y la dictó el tribunal pluripersonal integrado por los jueces Enrique Álvarez -presidente-, Orlando Pascua y Héctor Favaretto, y el monto de la pena contó con el consentimiento de los familiares de la víctima. En ese caso se le impuso a Arbizu 10 años de cárcel por el homicidio de Luque.

Si bien la sumatoria de las dos condenas arroja 26 años de prisión, será un juez de Ejecución Penal el que tendrá a su cargo definir el cómputo legal y establecer si Arbizu deberá pasar todo ese tiempo tras las rejas o si se unifican en una sola pena menor.

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