viernes, 22 de julio de 2016

Dijeron no saber qué había en los bolsos de López Declararon las religiosas, que se enfrentaron en un careo


Foto: Telam

DyN

Las dos religiosas que estaban en el convento la noche en que detuvieron a José López deslindaron en la hermana Alba la decisión de hacer entrar al ex funcionario en el monasterio y se enfrentaron en un careo donde discutieron sobre si vieron o no a los policías con los bolsos.

Las dos aseguraron que no vieron el contenido de los bolsos ni tampoco el arma que llevaba el ex secretario de Obras Públicas kirchnerista hasta que la policía se las mostró.

Así se desprende de las declaración que desde las 11 de la mañana hasta casi las 16 llevaron adelante las hermanas María Antonia Casas (76 años) y Marcela Estefanía Albin (38) del Monasterio Nuestra Señora de Fátima, de General Rodríguez, donde fue arrestado López con casi 9 millones de dólares en junio.

Con el tercer piso blindado para que nadie pudiera verlas, las religiosas llegaron a los tribunales con sus hábitos religiosos y, de a una, fueron pasando al juzgado de Daniel Rafecas para prestar declaración testimonial sobre lo que ocurrió el 14 de junio. Allí las esperaba personal del juzgado, de la Oficina Anticorrupción, y abogados defensores.

La hermana María, monja de clausura desde hace 20 años, era la encargada de atender el timbre desde que la madre Alba se enfermó; mientras que la hermana Marcela también era monja de clausura y asistía en las diligencias dentro de la estructura del convento. Según contó Marcela, a las 8 de la noche del 13 de junio, la hermana Alba les comunicó que iba a pasar ‘el señor José‘, a quien había visto ‘dos o tres veces‘ junto a su esposa porque ‘visitaban tanto al Monseñor (Rubén Di Monte) como a la madre Alba‘.

‘Esa noche la madre superiora sólo me dijo que ’llamó José y que iba a venir’, nosotras no pedimos explicación a la madre superiora -dijo-. Se hacía tarde y después a eso de las 23 hs. y 00.00 hs., la madre Alba nos dijo que ’no lo esperemos más a José’, que nos fuésemos a descansar. A eso de la madrugada, sonó el teléfono (...). Eran más o menos las 4 de la mañana‘. ‘La madre Inés me dijo que habían tocado el timbre de la casa de Monseñor y bueno, miramos por la ventana y estaba el Sr. José, a quien reconocimos porque estaba iluminado. Abrió la puerta la madre Inés, José estaba ahí con unos bolsos. Y la madre Inés le abrió la reja primero y después la puerta, y él le dijo ’esto traigo para el Monasterio’‘.

Dijo que López ‘agarró los bolsos y la madre Inés lo ayudó a meterlos adentro de la casa‘ y señalo que ‘José y la ’Sra. Mari’ (en alusión a Ana María Díaz, esposa del ex funcionario) a veces traían comida, té, fideos, arroz, también donó sábanas, ropa todo para nosotras‘. ‘Como creímos que eran comestibles, Inés le pidió a José que los llevara a la cocina y después de eso, él se fue a la habitación de la madre Alba. Mientras tanto Inés y yo esperamos en el comedor‘, dijo la religiosa, quien aclaró que no vio el contenido de los bolsos.

Por su parte, María afirmo que ‘nunca‘ supo ‘quién era o a qué se dedicaba José o su mujer‘, que la noche previa a la detención lo estuvo esperando por orden de la superiora hasta la medianoche y que a esa hora, creyendo que ya no iba, ‘me fui a acostar a mi celda, cerré la puerta y me fui a dormir‘. ‘Después me llama la hermana Marcela, me golpea la puerta, y me avisa que había policía afuera del Monasterio, no recuerdo la hora, me asusté porque no entendía por qué motivo estaba la policía en el Monasterio, me levanté, me fui al torno, y atendí el portero eléctrico, entonces ahí el policía me explica que el vecino de enfrente había visto a un hombre que había saltado el portón con bolsos para adentro‘, dijo.

Añadió que entonces le avisó a la hermana Alba, quien le respondió: ‘Que abra el portón ’porque José se va’. Ahí me enteré yo que estaba José en el interior del Monasterio. Abrí el portón y quedó abierto. Todo lo que pasó cuando entró la policía yo no lo sé porque yo me quedé en el interior del Monasterio‘.

La hermana Inés -Celia Inés Aparicio-, es la tercera monja involucrada y fue llamada a declaración indagatoria para el próximo 1 de agosto, por encubrimiento. En tanto, el Cuerpo Médico Forense hacía exámenes a la hermana Alba -Alba Día de España, de 95 años-, pero el juez ya dijo que no estaría en condiciones de declarar.

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