sábado, 19 de marzo de 2016

Unión goleó a Colón 3 a 0 en el Centenario y se quedó con el clásico santafesino

Malcorra de penal a los 23 del ST. Soldano a los 5 del ST había anotado el segundo tras un contragolpe. Britez de cabeza tras un tiro de esquina de Malcorra había abierto el marcador al final del PT.

Para todo el nacido en estas tierras resulta imposible quedar al margen de la atmósfera que se genera con la llegada de cada Clásico. Es inevitable pertenecer a uno de los dos lados. En el Centenario o en la Avenida, pero a uno de los dos bandos hay que corresponder. Y para regocijo de los amantes de este deporte, esta clase de enfrentamientos desde que ambos se atrevieron a pasar el umbral de una división menor, se comenzaron a naturalizar, aunque no por eso pierden su esencia. La ansiedad, el nerviosismo, las pulsaciones a mil y el cosquilleo en la panza, afloran con cada una de esta clase de choques.

Dicho todo esto, no hace falta ser un genio para deducir que Colón llega mejor parado que Unión a este partido. Una victoria frente a un grande como River, en el Brigadier López y con baile incluido, revitaliza como el mejor de los energizantes. Pero no se puede asegurar que sea una ventaja decisiva, ya que antes de este pleito le tocó morder el polvo ante Godoy Cruz, Central e Independiente con resultados abultados en contra.

Luego de la tormenta que atravesó Colón en la parte decisiva del torneo pasado, Franco configuró un equipo para hacer del buen juego su más preciado capital. Así logró mantenerse en Primera División y estuvo a pocos minutos de ingresar a un certamen internacional

Mientras que Unión, en La Bombonera, a pesar de haber regresado con otra derrota –la tercera en el torneo– mostró signos vitales que hacen esperanzar a sus hinchas con una levantada. Leonardo Madelón defiende un sistema en el cual sus intérpretes vuelven a confiar luego de haber perdido el rumbo en la parte final del 2015, que parece prolongarse en el inicio de este torneo.

Pero el Clásico los iguala, todas las especulaciones se desvanecen cuando el árbitro pita el inicio del partido y es entonces cuando entran a jugar otras cuestiones que, en la mayoría de los otros juegos, no tienen mayor relevancia. Vienen de dos empates sin goles y, la mayoría de los protagonistas de esos partidos, se repetirán esta tarde. Es hora de brindar un buen espectáculo y que la acción le gane el lugar a las palabras.

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