viernes, 25 de marzo de 2016

Olvídate de Tinder, el coqueteo todavía importa

Por CASEY JOHNSTON 23 marzo 2016


Una pareja conversando en un bar de solteros en 1976. CreditColin McConnell/Getty Images
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¿Dónde quedaron las frases para coquetear?

En teoría, gracias a Tinder, un rápido movimiento de la muñeca hacia la derecha se convirtió en señal universal de aprobación, lo que solucionó los momentos incómodos al inicio de las primeras citas.

Pero, de hecho, el coqueteo en línea ha provocado un mejor nivel en frases de coqueteo, más allá de reliquias como: “ ¿Me prestas tus ojos?” o “Están lloviendo ángeles”.

Un “Hola” es la manera más segura de terminar una conversación; es demasiado genérica y, últimamente, se puede confundir con la forma en que los bots inician contacto. Solo las personas con fotos de perfil muy favorecedoras pueden arriesgarse con preguntas genéricas como “¿Qué tal estuvo tu fin de semana?”

Tom Anderson, de 26 años, un estudiante de posgrado en la Universidad de Nueva York, ha comenzado a enviarle situaciones hipotéticas a las personas en Tinder, para así captar su atención.

“Hola: es el tercer día en tu aventura por la tundra de Alaska”, dice uno de sus mensajes.

Anderson tiene preparados cuatro inicios de historias que le envía a sus parejas potenciales, y dos historias completas en caso de que le respondan emocionadas. Pero hasta ahora casi todas las reacciones son “demasiado largo; no lo leí” o “qué ingenioso” y ya, comentó Anderson. Además, agregó: “un par de personas se han ofendido mucho”.

Una estrategia más común en Tinder es revisar rápidamente el perfil de la otra persona y encontrar algo para entablar la conversación. Las afirmaciones suelen funcionar mejor que las preguntas para una charla; son menos personales e invitan a que la gente participe y comente.

Con la ayuda de un amigo, a Brent Bailey, de 24 años, un programador en Nueva York, se le ocurrió un saludo exitoso para alguien que decía tener una vida “un poco desordenada” en su perfil.

“Yo podría hacer que tu vida fuera mucho más desordenada”, le respondió.

Bailey dijo que le va mejor cuando usa frases sugeridas por sus amigos. “Como regla, a ellos les preocupa mucho menos mi dignidad, así que usualmente se les ocurren frasess mucho más interesantes”, comentó.

Desde luego, hay personas que pueden pasar por ser demasiado interesantes. Hannah Smothers, de 22 años, la editora de la sección de relaciones de Cosmopolitan.com, dijo que eliminó una foto en la que estaba leyendo “El amor en los tiempos del cólera” porque atraía demasiados saludos literarios y pretenciosos. (Aunque quizá esos eran mejor opción que el hombre que comentó sobre su ombligo).

En el servicio de citas Bumble, donde las mujeres deben iniciar todas las conversaciones, Smothers decidió intentar lo que ella llama “truco del troleo”: le preguntó a cada chico si se considera feminista. A los hombres les ha encantado, y ha obtenido un índice de respuestas altísimo.

Bumble ha “creado un sitio en el que los hombres pueden sentirse cómodos, relajarse y dejar que las mujeres den el primer paso”, dijo Smothers.

Otros acercamientos exitosos y fáciles podrían implicar el uso de una frase conocida como “Mira quién llegó”, que Sam Biddle de Gawkeranalizó en febrero de 2015.

Después de todo, “incluso el viejo ‘hola’ tiene una cualidad psicópata en un mensaje de texto”, reflexionó Biddle. Y, en efecto, “Mira quién llegó” es una frase brillante: es familiar pero seductora, como si tu pareja te estuviera dando la bienvenida a casa después de un largo día.

Desde luego, ahora que se ha publicado y se usa con frecuencia, es menos probable que tenga éxito, como seguramente le ha pasado a Anderson.

Ahora se está tomando un descanso de las citas, pero espera encontrar a alguien que aprecie sus saludos.

“Por un lado, es imposible”, dijo Anderson sobre los rituales de Tinder. “Es una manera muy extraña de conocer a alguien y juzgar si estás logrando una conexión con ellos”.

Ny Times.

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