jueves, 24 de marzo de 2016

La ciencia para no olvidar, recuperar paz y resignificar

Formado en 1984, el Equipo Argentino de Antropología Forense logró recuperar 1.200 cuerpos, de los cuales 710 han sido identificados. “Falta mucha gente por encontrar”, dice Luis Fondebrider, presidente del Equipo.

Cuando la Argentina daba sus primeros pasos en democracia, las Abuelas de Plaza de Mayo se encontraban buscando un método científico que pudiera relacionar a los niños desaparecidos, nacidos en cautiverio, con sus abuelas. Atraídas por los avances científicos de Estados Unidos en el terreno de la genética, visitaron la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. Interesada por la militancia de las abuelas, la asociación envió una delegación de siete forenses estadounidenses. Entre ellos, arribó Clyde Snow, un antropólogo forense cuya especialidad era la identificación de cuerpos. Fue el puntapié inicial para la conformación del EAAF (Equipo Argentino de Antropología Forense), ya que Snow lideró el equipo de investigación durante los primeros años en Argentina.

Comprometidos con la causa, el Equipo Argentino de Antropología Forense hace más de 30 años que trabaja en busca de llevar paz a las familias, mitigar años de incertidumbre y de dolor, e intenta resignificar a las personas desaparecidas.

El equipo cuenta con 65 personas que están distribuidas en seis oficinas ubicadas en Córdoba, Rosario, Tucumán, Estados Unidos (Nueva York), México y Sudáfrica. Su desempeño, reconocido a nivel mundial, provocó que sus servicios sean solicitado en diversos países. Hasta el momento, el EAAF llevó sus conocimientos e investigó en más de 50 países.

En diálogo con Diario UNO, el presidente del Equipo, Luis Fondebrider, informó que se lograron identificar 710 cuerpos de un total de 1.200 recuperados. “El número es muy bajo, porque falta mucha gente por encontrar e identificar”.

Igualmente, Fondebrider señala y subraya que cada persona identificada es una “historia que se puede reconstruir”. En este sentido, el referente del EAAF señaló: “Es la posibilidad de una familia de tener un poquito de paz o de mitigar tantos años de incertidumbre y de dolor. Además, resignifica a esa persona desaparecida. Por tal motivo, cobra una relevancia importante cada identificación que podamos hacer, pero en la perspectiva general el número es bajo”.

La ciencia y la historia

El antropólogo hizo referencia a los avances de la ciencia en la materia. Reconoce los progresos pero a la vez señala que “nada reemplaza a la mente humana”. Al respecto, Fondebrider manifestó: “Ha avanzado en diferentes aspectos la ciencia, desde el uso de nuevas tecnologías, la genética, nuevos aparatos. Sin embargo, nada reemplaza a la mente humana”. Sobre este punto, el profesional intentó ser claro ante el escenario que puede presentar cualquier investigación. “Pensar y entender los desafíos que se presentan en una investigación de este tipo comprende muchos aspectos que superan a los progresos de la ciencia. Entender cómo funcionaba un Estado en esos años y cómo se organizó la campaña represiva son los aspectos más interesantes”, añadió.

El especialista afirma que el enfoque debe ser multidisciplinario y eso lo convierte en interesante. “Algunas disciplinas que utilizamos no son las tradicionales en el ámbito forense. Algunas de ellas son la historia o la antropología social, que nos permiten una comprensión mayor del fenómeno en estudio”, explicó Fondebrider.

El Equipo Argentino de Antropología Forense no solo se ocupa de casos de desaparecidos en democracia, sino que en los últimos años comenzó a recibir casos de feminicidio, de trata de personas o violencia policial. En este aspecto, el llamado al EAAF se produce porque en muchos casos los familiares no están satisfechos con los análisis que realizan los especialistas.

El presidente del Equipo explicó los casos en los que intervienen. “Normalmente nosotros trabajamos en casos que son complejos. Complejos quiere decir que no se sabe dónde puede estar enterrada una persona o que el estado del cuerpo hace que sea necesario no utilizar métodos sencillos, como pueden ser las huellas dactilares, sino utilizar un enfoque más amplio que abarca diferentes especialidades, desde la antropología hasta la genética”. Además, el grupo de antropólogos se especializa en la investigación de casos masivos, donde existen cientos o miles de cuerpos por identificar.

Identificar cuerpos

“Identificar significa comparar información”, explicó a Diario UNO Luis Fondebrider, y continuó: “Nosotros debemos estudiar cómo era la persona en vida, desde el punto de vista biológico, cuando desapareció, su edad, sexo, estatura, cómo eran sus dientes, qué enfermedades tuvo; características generales como puede ser su vestimenta, elementos personales y el contexto”.

Recopilada esa información, se procede luego a la comparación “post mortem”. El antropólogo agregó: “Son los análisis que podemos hacer del cuerpo recuperado. Esa comparación abarca diferentes aspectos y muchas veces incluye la genética. Así se va desarrollando un proceso de identificación”.

Aporte a la causa

Lejos de resaltar los resultados y los beneficios que produjo el EAAF para la causa de “memoria, verdad y justicia”, el responsable máximo del Equipo afirma: “Sentimos haber sido parte de una tarea colectiva que ya lleva 30 años, que no es mérito de ningún sector y de ningún gobierno, sino que es de la sociedad argentina en general”. Luis Fondebrider reconoce el aporte que realizan desde la ciencia pero entiende que es una forma de devolver a la sociedad parte de su formación y capacitación. “Estamos satisfechos con la tarea que vamos haciendo, que nunca es suficiente pero ha aportado un granito de arena en esta tarea colectiva mucho más amplia”, finalizó.

Procesos de investigación

Durante las primeras exhumaciones no se emplearon técnicas arqueológicas y los restos fueron dañados, mezclados o dejados en las fosas. El estudio preliminar de un caso incluye el análisis de fuentes escritas y orales, a partir de la toma de testimonios a testigos, sobrevivientes y familiares de las víctimas y de la reunión de documentación, como informes judiciales, policiales o militares, libros de inhumación de cementerios, actas de defunción y archivos periodísticos. El registro visual y fotográfico forma parte de la documentación de los casos y se desarrolla durante todas las etapas de la investigación. La restitución de los restos es uno de los objetivos fundamentales de la identificación.



Aquiles Noseda/ UNO Santa Fe/ anoseda@uno.com.ar

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