sábado, 5 de marzo de 2016

Hace dos meses que Los Sin Techo no pueden dar de comer a 500 niños

Son chicos de 2 a 5 años que asisten a los jardines de infantes del movimiento. El convenio está firmado pero desde que cambió el gobierno no reciben los 200 mil pesos mensuales. Un relevamiento propio en despensas de 3 barrios del cordón oeste de la ciudad, basado en técnicas del Indec, arroja que una familia de 4 miembros necesita $ 4.500 para comer y no ser indigente.
El Litoral | 
Hace dos meses que Los Sin Techo no pueden dar de comer a 500 niños
 Desde el mes de enero, las Mesas están vacías en los comedores del Movimiento Los Sin Techo (LST). No hay qué poner en las ollas y el bullicio de cubiertos y charla de niños son sórdidos ecos que retumban desde el año pasado. El Ministerio de Desarrollo Social de la Nación dejó de enviar los 200 mil pesos mensuales para comprar alimentos y 500 niños de 22 barrios del cordón oeste, de entre 2 y 5 años, no pueden recibir el desayuno y el almuerzo desde hace dos meses.

Con el menor ánimo de confrontar pero al punto de la desesperación, José Luis Ambrosino, coordinador general del movimiento, expresó su máxima preocupación: “El desayuno y el almuerzo representan casi el 40 % de las necesidades calóricas para un chico y no los están recibiendo. Es mucho dinero y, sin esos fondos, no puedo darles la alimentación”.
 El movimiento LST recibe este aporte desde hace más de siete años del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, gracias a un convenio firmado con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud). Con el cambio de autoridades en el gobierno nacional se discontinuaron y, a pesar de los insistentes reclamos, no se han regularizado. “No sabemos qué pasa”, dijo desconcertado Ambrosino.
 El coordinador aseguró además tener el convenio firmado para acceder al programa del Pnud hasta julio de 2016. Y han aprobado todas las inspecciones que periódicamente hace este organismo sobre la calidad de las comidas y las calorías que incorporan, afirmó.
 Durante el verano, esperó con paciencia porque consideró que debía dar tiempo a los nuevos funcionarios a acomodarse en sus cargos. De todos modos, Ambrosino recalcó que “deben tener claro que la continuidad de los temas sociales tienen que ser prioridad, son para ayer, son urgentes”.
 La asistencia que brindan Los Sin Techo en sus 22 centros comunitarios se sustenta en tres aspectos: el cognitivo, el afectivo y la nutrición. “Sin la pata alimenticia estoy incumpliendo con la función de los jardines en las zonas más pobres de la ciudad”, agregó Ambrosino.
 Por eso, “pido cortésmente la regularización, no quiero confrontar ni poner en riesgo la continuidad de un programa que funcionó siempre muy bien”.
El Movimiento sigue recibiendo con regularidad fondos de los gobiernos provincial -para planes de vivienda fundamentalmente- y municipal -para mantenimiento de los jardines. 
 Necesidades alimentarias
 En los barrios marginales, la comida que dan los centros comunitarios es muchas veces la única que ingieren en el día.
 Para conocer las necesidades alimentarias concretas que hoy tiene la gente que vive en la pobreza en Santa Fe, y ante la falta de datos oficiales, el movimiento realizó un relevamiento de precios de los alimentos que integran la Canasta Básica del Indec. 
 Relevó almacenes de tres barrios del cordón oeste: uno en Chalet, otro en Villa Oculta y un tercero en Loyola. Sumó, además, un mercado céntrico pero no encontró grandes diferencias de precios. Por eso, en esta nota se muestra como caso testigo el relevamiento de barrio Chalet.
 Para el cálculo, tuvo en cuenta la tabla de necesidades energéticas del Indec que para un adulto varón de entre 30 y 59 años establece un consumo mensual de 2.700 kilocalorías. A partir de allí, el organismo nacional hace una proporción para el resto de integrantes de un grupo familiar que, en el caso del trabajo que hizo el Movimiento, contempló a una mujer adulta, a un niño de 12 años y a otro de 2. De este modo conformaron las necesidades alimentarias de una familia tipo. “En nuestros barrios las familias se componen de cuatro integrantes en promedio, por supuesto que hay familias más numerosas, pero ése es el promedio”, aseguró Ambrosino. 
 Al reunir esta información el objetivo fue saber cuánto cuestan los alimentos de la Canasta Básica en los barrios de Santa Fe. Y determinar qué ingresos necesita una familia para no ser indigente (tienen ingresos por debajo de lo que cuesta ese conjunto de alimentos) y qué ingresos requiere para no ser pobre (le alcanza para llenar la Canasta Básica Alimentaria pero no accede a la Canasta Básica Total (incluye vestimenta, limpieza, transporte, vivienda, etc).
 Resultados
 Para consumir los alimentos y las calorías que propone el Indec, una familia tipo debe gastar en Santa Fe unos $ 4.500 en promedio: en algunos barrios es un poco más, en otros unos pesos menos. A esta cifra arribó el movimiento tras recorrer las despensas de los sectores mencionados. 
 Muchas familias de los barrios más pobres de la ciudad, son beneficiarias de la Asignación Universal por Hijo que, desde febrero, se fijó en $ 966. Es decir que por dos hijos reciben casi 2 mil pesos. En el caso de una mujer sola con tres hijos -como están conformadas muchas de las familias que asisten Los Sin Techo- el subsidio ronda los 3 mil pesos.
 A pesar de esta ayuda estatal, quedan lejos de los $ 4.500 que necesitan sólo para recibir las calorías básicas. “¿Cómo hacen para juntar $ 1.500 pesos más? Es una pregunta que me desespera”, se sinceró Ambrosino. Su mirada, sus gestos, la expresión entera de su rostro advierten que hizo carne la culpa de otros por no haber podido abrir el comedor durante el verano. 
 ¿Y cómo hacen? ¿Qué pasa en esos hogares cuando no tienen qué poner en la mesa? Comen mal, comen poco, no incorporan los nutrientes básicos. Y cuando hay hambre y falta trabajo, manda la desesperación. “Las mujeres apelan a la prostitución, es lamentable pero se ve cada vez más en nuestros barrios; si hay varones aparece la violencia, cuando no entra un peso y se preguntan ‘¿qué comemos esta noche?’ salen a robar”.
 Por eso, es tan importante que la ayuda llegue a tiempo, que no se corte una asistencia prioritaria por cuestiones administrativas, burocráticas y cambios de gobierno. Auditar periódicamente la asignación de fondos, es una política acertada y necesaria. Pero mientras se hace esa tarea, no pueden quedar sin comida 500 chicos. Ni un día, ni dos meses. 
 Respuesta oficial
 Ante la dificultad de contactar a un responsable directo de este tema en el Ministerio de Desarrollo Nacional, El Litoral consultó al diputado provincial del PRO, Federico Angelini. Tras hacer algunas averiguaciones, informó que desde esa cartera nacional le respondieron que “seguramente se trata de una cuestión administrativa y que hay muchos convenios que están vencidos y se están revisando, aunque si Los Sin Techo dicen que el de ellos vence a mediados de año, obviamente debe ser así”. El lunes próximo, El Litoral podría acceder a una explicación más detallada de esta situación. 
 En tanto, esta mañana, en declaraciones a Radio Continental la ministra de Desarrollo Social de Nación, Carolina Stanley, cuestionó el reparto ‘discrecional‘ de planes sociales que hacía el kirchnerismo, por lo que advirtió que están trabajando para que no haya más ‘intermediarios ni clientelismo‘ en la entrega de la asistencia.
 Stanley se sumó a la crítica de distintos funcionarios macristas por la herencia que recibieron del anterior gobierno, al manifestar que se encontró con diferentes programas del Ministerio que ‘estaban desorganizados y desarticulados‘. Frente a esta situación, puntualizó que en este momento están ‘reorganizando eso para que todos los programas del Ministerio puedan cumplir con el objetivo de trabajar en política social a largo plazo‘. 
 ‘Hay muchas personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad y de pobreza que necesitan los planes y tienen que tener la tranquilidad de que van a seguir‘, enfatizó.
 Y sostuvo que ‘la idea‘ del Gobierno ‘es trabajar siempre al lado de la persona, que no haya intermediarios, que no haya clientelismo‘ para desarrollar ‘políticas públicas de inclusión real de las personas más vulnerables‘. Ante la pregunta sobre si el presupuesto de su cartera le alcanza para cubrir toda la asistencia social, Stanley contestó que están ‘revisando‘ el presupuesto para ver si tienen que ‘pedir más plata‘.

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