sábado, 6 de febrero de 2016

Un turista rosarino fue internado en Uruguay donde estudian si padece el virus del zika

El hombre de 41 años estuvo de viaje en la ciudad brasileña de Bahía, una de las más afectadas por la epidemia y luego se trasladó a la localidad La Paloma donde comenzó a manifestar síntomas.

La recomendación es vaciar baldes, botellas, y cualquier tipo de recipiente que acumule agua. (Foto: V. Benedetto)
Un argentino fue internado ayer en Uruguay tras presentar síntomas relacionados al zika, informaron autoridades sanitarias del país vecino.
El paciente, de 41 años y oriundo de Rosario, estuvo de viaje en la ciudad brasileña de Bahía, en la zona más afectada por la epidemia del virus, y luego se trasladó a la localidad de La Paloma donde comenzó a mostrar los síntomas.
El director departamental de Salud, Mauricio Moreno, precisó que el hombre fue derivado rápidamente a una sala de un centro de salud de Rocha, cabeza del departamento homónimo, donde permanece aislado y con un mosquitero para que no lo pique ningún insecto.
Los médicos sabrán a través de un análisis de sangre si el paciente efectivamente tiene el zika o si se trata de un caso de dengue o chikungunya, todas enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes Aegypti.
Los síntomas del zika, cuando aparecen, son generalmente leves y duran varios días y las señales más comunes de la enfermedad son fiebre, sarpullido, dolor en las articulaciones y conjuntivitis (ojos rojos).
Aunque aún no se comprobó, el virus fue vinculado a un incremento en casos de microcefalia, por lo que la Organización Mundial de la Salud declaró la semana pasada una emergencia sanitaria internacional.
La directora de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MSP), Raquel Rosa, dijo que el paciente está internado. "Su condición es estable, aunque ha presentado fiebre alta en las noches. Ya le fue extraída sangre para hacer el examen que confirme si tiene la enfermedad o no", pero según precisó Rosa, esta todavía no había llegado a Montevideo. Consultada sobre si había más casos, Rosa se limitó a decir: "siempre hay sospechas".
 

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