Tras participar del Foro Económico Mundial, el Presidente de la Nación afirmó a su llegada desde Suiza que "volvimos al mundo". Para Macrio tuvo "un balance muy positivo en todo sentido, no solo porque muchas de esas reuniones significaron el comienzo de conversaciones bilaterales, sino porque Argentina fue recibida con un enorme entusiasmo".
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El viaje a Davos, Suiza, del presidente Mauricio Macri y una comitiva que incluyó al jefe de gabinete Marcos Peña; la canciller Susana Malcorra, el ministro de Economía Adolfo Prat Gay y el líder del Frente Renovador y ex candidato presidencial Sergio Massa, duró menos de una semana pero sirvió como punto de inflexión para las relaciones del país con el mundo. Así lo evaluó el mandatario en la mañana del sábado en su cuenta de Facebook, luego de su arribo a Buenos Aires.
Bajo el título "Imágenes de Davos, cuando volvimos a hablar con el mundo", Macri sostuvo que el regreso del país al Foro Económico Mundial tras más de una década de indiferencia oficial tuvo "un balance muy positivo en todo sentido, no solo porque muchas de esas reuniones significaron el comienzo de conversaciones bilaterales, sino porque Argentina fue recibida con un enorme entusiasmo".
Macri posteó imágenes de las reuniones con mandatarios del mundo y ejecutivos de las más grandes compañías del planeta que mantuvo durante los tres "vertiginosos" días que duró su estadía en Davos.
Ayer fue la última jornada de actividades del Presidente de la Nación en Suiza, donde mantuvo un encuentro con su par de México, Enrique Peña Nieto. En ese marco, el mandatario volvió a diferenciarse de la política diplomática del kirchnerismo y ratificó su intención de que el país establezca "relaciones inteligentes y pragmáticas con el resto del mundo".
A lo largo de su estadía, Macri dio las primeras señales sobre su política exterior, al mantener reuniones con el primer ministro británico, David Cameron; el vicepresidente de los Estados Unidos, Joseph Biden; el premier de Israel, Benjamin Netanyahu, la reina Máxima de Holanda, los primeros ministros de Francia, Manuel Valls; de Holanda, Mark Rutte, y de Irlanda, Enda Kenny, como también con ejecutivos de empresas miltinacionales.
El jefe de Estado hizo un balance favorable de su paso por la gira, y consideró que valió la pena infiltrarse la zona afectada por una fisura en la costilla con tal de poder estar cara a cara con muchos de los dirigentes más poderosos del mundo, incluido el FMI, organismo al que la Argentina le permitirá supervisar sus cuentas luego de diez años.
Acompañado por el líder opositor del Frente Renovador, Sergio Massa, mantuvo reuniones con dirigentes clave para su proyecto de hacer virar al país hacia una economía más abierta a los capitales internacionales, con menos intervención del Estado y distensión con las naciones que dominan el escenario económico.
Las reuniones cara a cara con el vicepresidente norteamericano Joe Biden, el premier británico David Cameron o el jefe de Estado de México, Enrique Peña Nieto, fueron algunos de los puntos altos de su apretada agenda.
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