sábado, 16 de enero de 2016

Energía: “El gobierno anterior tomó decisiones al margen de la lógica”

En una entrevista con Diario UNO, Jorge Lapeña exsecretario de Energía y actual miembro del directorio de Enarsa, habló sobre un informe presentado en la semana sobre subsidios energéticos en la Argentina

Subsidios. El Instituto Argentino de Energía y el Asap elaboraron un informe sobre la situación.
El lunes 11 de enero, se presentó en la sede del Instituto Argentino de Energía “General Mosconi”, un trabajo de investigación sobre subsidios energéticos en nuestro país, que fue elaborado de manera conjunta con la Asociación Argentina de Presupuestos Públicos. El informe analiza los últimos 25 años en materia de energía y la evolución de la política de subsidios que desde 2002, con la salida de la convertibilidad comienzan a multiplicarse hasta representar hoy casi el 5% del PBI, y una erogación de 15.000 millones de dólares en el presupuesto nacional.

En una charla con Diario UNO, Jorge Lapeña, secretario de Energía de la Nación durante el gobierno de Raúl Alfonsín y actual miembro del directorio de Enarsa brindó precisiones sobre el estudio realizado por el IAE, institución que preside. El especialista sostuvo que el congelamiento de tarifas “ha llevado a empresas energéticas a una situación de quebranto” y manifestó que se deben eliminar gradualmente los subsidios, aunque no totalmente porque se deben contemplar los sectores socialmente vulnerables.

—¿Ustedes advierten en el estudio que se debe avanzar hacia un esquema de eliminación de subsidios?

—El fenómeno de los subsidios energéticos es nuevo en la Argentina. Si se analizan los últimos 25 años, se va a notar que hasta 2002 o 2003, no existió como tal. Empiezan a existir después de la salida de la convertibilidad y se profundizan en 2003 con el congelamiento de tarifas. Al principio eran valores muy pequeños, y no tenían una importancia nacional, pero el año pasado llegaron a ser 15.000 millones de dólares que tienen que ser provistos por el presupuesto, y esto genera un sin número de problemas. Al sistema energético que no puede operar con la calidad deseada, por eso hay cortes de luz o falta de gas en invierno, y también ha retrasado la inversión en la ampliación de las capacidades y esto obliga al Estado a hacer cosas que no tenía previsto hacer. Ahora, en algún momento del estudio, nosotros tuvimos que aclarar que los subsidios no deben desaparecer, y menos de un día para el otro.

—¿Qué implicaría esto?

—Hay una parte de la población que requiere ayuda para poder afrontar las tarifas plenas, entonces evidentemente lo que hay que eliminar no son los subsidios, sino los subsidios socialmente innecesarios. Por otro lado, hablar de subsidios por 15.000 millones implica hacer una movida que va a afectar al bolsillo de los consumidores, entonces en ese aspecto hemos dicho que lo que se necesita es un plan gradual.

—¿Por qué se subsidió a gente que no lo necesitaba durante tanto tiempo?

—Es ilógico. Ahora, el gobierno anterior ha tomado decisiones al margen de la lógica, de la regla de la buena técnica, o de lo que haría una persona sensata. El congelamiento tarifario es un arma de doble filo. Era lógico que si se mantenía durante un largo tiempo, en un contexto de gran inflación, fatalmente se iba a llegar a un punto donde las empresas no iban a poder hacer frente a sus obligaciones de inversión y ni siquiera las obligaciones de pago de salario. Entonces uno se pregunta, ¿quién tomó esta decisión? Y, un gobernante inexperto, o inescrupuloso, o ambas cosas a la vez. Como esos gobernantes tuvieron desgraciadamente mucho tiempo en el mismo cargo, y no estoy hablando de la expresidenta, sino de cargos más abajo, los errores han perdurado mucho tiempo, y el daño causado es muy grande. Si hubieran habido cambios en la conducción del área energética, donde los ministros hubieran durado un poco menos, quizás el error de una persona no hubiera sido tan importante porque hubiera sido corregido por otro. Al estar la persona en el mismo cargo 12 años, los errores estratégicos, hechos con buena o mala intención sin juzgar esto, son terribles.

—En las últimas horas Julio De Vido dijo que el 65% de los subsidios eran para comercios e industria y que los hogares recibían el 35% restante y que hay 2 millones usuarios que se van a ver afectados con la quita de subsidios. Sostuvo además que solo el 3% de los hogares subsidiados era de altos ingresos. ¿Cuál es su opinión?

—El hecho de subsidiar al comercio y a la industria pone en duda que haya tenido una finalidad social. ¿Por qué el comercio tiene que pagar la energía eléctrica a un valor subsidiado por todos los argentinos? ¿Qué sentido tiene en un país que se ha quedado sin energía y que ha pasado a ser importador subsidiar la energía de la industria? El ministro ha estado o mal asesorado, o no ha comprendido el problema de la economía industrial que hay atrás. Además, los que más consumen generalmente son los más ricos, y entonces tener el consumo subsidiado favorece más a los ricos que a los pobres. Es una política errónea, se podrá discutir, se podrá justificar, pero es un desastre y es lo que describimos en el informe. Por otro lado es la causal de que el sistema no funcione bien y se corte la luz y tengamos todos los problemas que tenemos.

—¿Qué se puede esperar en cuanto a tarifas y aumentos?

—Evidentemente, si hay que hacer una readecuación tarifaria y una eliminación de subsidios, implica movidas hacia arriba. El tema es cómo se hace y con qué gradualidad, y a quienes se excluye. Entonces, los subsidios hay que eliminarlos, pero no todos. Hay que definir cuáles son los que quedan y los que se reducen parcialmente. Evidentemente, como dice el señor De Vido, acá está todo subsidiado, la industria y el comercio. Lo que hay que esperar son readecuaciones que tendrán que seguir pasos administrativos, legales, etcétera.

—¿Esto se va a sentir en algunos lugares más que en otros?

—Eso está claro también en el informe. Buenos Aires es una geografía mucho más subsidiada que otras, en la cual viven el 40% de los habitantes de Argentina. Tienen subsidios mucho mayores que los que tienen los cordobeses, los santafesinos, o los santiagueños. Esta es una injusticia general, o más bien territorial. Afortunadamente cuando se corrija esto, un habitante de Santa Fe no va a sentir un aumento y un habitante de Buenos Aires sí. Porque esta diferencia cuando se resuelva no va a afectar al que ya está pagando.

—¿Qué se debe hacer para recuperar la independencia energética y cuánto tiempo puede llevar hacerlo?

—Durante más de 20 años, desde 1989 que se logró el autoabastecimiento hasta el 2010 que se perdió definitivamente, el país fue autosuficiente. Esto fue porque los gobiernos anteriores a 1989, desde que se descubrió el petróleo en 1907, aportaron su grano de arena para que la Argentina lograra esto. Se construyeron muchas centrales hidroeléctricas que no consumen petróleo, se descubrieron yacimientos gigantes de gas cuando YPF era estatal, y ha habido todo un trabajo conjunto. Todo eso se ha dilapidado y hoy somos un país que importa prácticamente el 20% de la energía que consume. Todos deseamos volver a lo que fuimos, pero esto va a llevar varios lustros.

—¿Qué objetivos se plantean dentro del directorio de Enarsa?

—Estoy haciendo por mi parte una revisión de las cosas que lleva adelante la empresa. Viendo cuáles de esos emprendimientos deben ser impulsados, y cuáles no en el marco de una racionalidad que hasta ahora no tuvo el sector energético. Entonces, todo lo bueno que se hace lo vamos a impulsar, lo que no se hace del todo bien lo vamos a tratar de mejorar, y lo que no tenga justificativo ni técnico, ni económico, ni social, tendrá que ser objeto de una revisión más profunda. Nos hemos hecho cargo hace muy poco del manejo de una empresa que tiene en muchos rubros velocidad de crucero, entonces la idea no es paralizar lo que está haciendo, sino analizarlo con un criterio racional.

—¿Qué pudo observar hasta ahora?

—Estuve viendo los balances de la compañía y qué es lo que hace cada sector. Porque se trata de una compañía multipropósito, no vende un solo producto. Sino que es una empresa que hace producción petrolera, exploración de petróleo, importación de gas, energías no convencionales, construye gasoductos, etcétera, y en ese sin fin de cuestiones hay mucho para mirar en detalle y tomar decisiones particulares sobre cada rubro, no generales.


Coqui Toum / jorge.toum@uno.com.ar

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