viernes, 2 de octubre de 2015

Santa Fe Entre bomberos, policías y vecinos Rescatan a un potrillo que había caído a un pozo

Ocurrió esta mañana en una zona precaria de barrio Los Troncos. El equino estaba a tres metros de profundidad. Tras un arduo trabajo, el animal fue rescatado sano y salvo
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Foto:Flavio Raina
Con ayuda de sogas, fajas de tela y una viga, los bomberos armaron una estructura que les permitió levantar el animal.
Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
Bomberos, policías y vecinos de barrio Los Troncos lograron rescatar, sano y salvo, a un potrillo que había caído a un pozo de unos tres metros de profundidad.

El dramático hecho ocurrió hoy minutos después de las 10, en Fray Domingo de Oro al 8100, esto es, en una zona delimitada por ranchos y calles de tierra.

Fue a media mañana que el equino de corta edad se encontraba caminando por el lugar cuando de repente cayó al fondo del hoyo.

Personas que viven en ese precario asentamiento tuvieron la oportuna reacción de llamar a la policía, lo que permitió armar un operativo de salvataje que no resultó para nada sencillo, debido a lo intransitable que estaban los caminos por la lluvia.

Los primeros que llegaron al lugar fueron agentes del Comando Radioeléctrico quienes hicieron un intento por sacar el equino, pero fracasaron. Ante ello se decidió convocar a los Bomberos Zapadores del cuartel, zona Norte.

Uno de estos servidores fue quien descendió a la depresión y colocó unas fajas de tela en la panza del equino, entre las patas traseras y las delanteras. Luego con ayuda de sogas y una viga que obró como virtual “polea”, bomberos, policías y vecinos pudieron levantar al potrillo.

Una vez en tierra firme el animal se mostró algo nervioso y asustado (consecuencia del stress sufrido), pero luego con el correr de los minutos recuperó la calma.

Lo que siguió después fue una serie de reclamos y quejas entre los lugareños que se acusaban entre sí por el incidente.

Si bien el episodio tuvo un final feliz (para el equino) no se debe pasar por alto que en el entorno donde sucedió todo, el drama continúa.

Ranchos con paredes de barro y techos de chapa cobijan a distintos hombres y mujeres (entre ellos, niños de corta edad), a quienes sólo los une la miseria y el olvido.

En este lugar, como en tantos otros, la ausencia del Estado es notoria. Mientras, los únicos que se arriman son las moscas y los perros hambrientos.

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