sábado, 24 de octubre de 2015

Nacionales Crimen del pelotero: la mujer fue enterrada viva

Sonia Morel Escurra murió por un "síndrome asfíctico por sofocación". Los investigadores creen que la desmayaron de un puñetazo antes de sepultarla. Su marido está detenido
Crédito: @Belisario_M
La autopsia realizada al cadáver de Sonia Mabel Morel Escurra reveló que su asesino la enterró viva debajo del pelotero en el que jugaban sus cuatro hijos, en el patio de su casa de la localidad bonaerense de Villa Elisa.

"Se hizo la autopsia esta mañana y el informe preliminar determinó que la causa de muerte fue por síndrome asfíctico por sofocación. Escurra murió porque el asesino la enterró viva", informó hoy a la agencia Télam el fiscal platense Marcelo Romero, a cargo de la instrucción de la causa caratulada como homicidio doblemente calificado por el vínculo y femicidio.

"Escurra tenía un corte en la frente de tres centímetros y un hematoma en el maxilar izquierdo.Aparentemente, (el asesino) la desmayó de un puñetazo. Pero ambas lesiones no son mortales, no son causal de muerte", aclaró el funcionario. Y estimó que la víctima falleció "hace más de un mes".

Por el hecho, el titular del Juzgado de Garantías 3 de la Plata, Pablo Raele, ordeno la detención de la pareja de Escurra, Oscar Daniel Raúl Abramo, de 39 años, quien se negó a declarar y fue trasladado a una alcaidía de La Plata, donde permanecerá hasta el cierre de la instrucción. Dos ex parejas del sospechoso se presentaron voluntariamente ante la justicia y aseguraron que era violento.

El crimen de Morel Escurra, de 25 años y nacionalidad paraguaya, se conoció esta semana luego de que la justicia ordenara un allanamiento en la vivienda que compartía junto a Abramo y sus cuatro hijos en la calles 18, entre 424 y 426, de Villa Elisa.

La orden judicial fue dispuesta luego de que familiares y vecinos de la víctima mortal advirtieran al 911 que Morel Escurra no se había ido del país tal como decía su pareja, quien había denunciado hace dos meses en la Comisaría de la Mujer el abandono de hogar.

Con esa información, el fiscal Romero inició una investigación que terminó con el hallazgo del cuerpo enterrado debajo de un pelotero casero que Abramo había construido con maderas y esferas de plástico en el patio de su casa, para al parecer ocultar la tierra removida, donde jugaban en forma habitual los cuatro hijos de la mujer, tres de ellos con otra pareja.

Un vecino de la pareja, por su parte, dijo que en una oportunidad el hombre "golpeó salvajemente en todo el cuerpo a su mujer embarazada con un cinto, sin ningún tipo de reparo por la presencia de extraños y terceros". Y sostuvo que "era una persona celosa y acusaba a Sonia de prostituta".

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