sábado, 26 de septiembre de 2015

ESTE VIERNES La Virgen convocó en San Nicolás a una multitud de distintos orígenes

Se conmemoró el 32º aniversario de su aparición. Llegaron hasta la ciudad bonaerense e incluso desde países vecinos. Pedidos, agradecimientos y milagros para contar.
La Capital | 
La Virgen convocó en San Nicolás a una multitud de distintos orígenes
 La ciudad de San Nicolás recibió una vez más a miles de devotos de la Virgen María del Rosario, para celebrar el 32º aniversario de su primera aparición ante Gladys Motta, una vecina que hoy tiene 80 años y que vive a pocos metros del santuario que se erige al pie del campito, a orillas del río Paraná. Si bien ayer los organizadores no se arriesgaban a hacer estimaciones, era indudable que la cantidad de fieles era cuanto menos similar a la del año pasado, cuando se contabilizaron alrededor de 200 mil personas.
   La vigilia de oración previa a las 0 de ayer arrancó a las 22, mientras llegaban las delegaciones y seguidores desde distintos puntos del país e incluso de países limítrofes. Esta vez el minuto uno del nuevo día no se celebró con fuegos artificiales y el obispo de San Nicolás, monseñor Héctor Cardelli, celebró la primera misa de la jornada. La madrugada se sucedió con oraciones dentro del templo y desde las 6 arrancaron las liturgias cada una hora, mientras los sacerdotes escuchaban confesiones.
   Con grandes nubarrones grises acechando desde los flancos del campito, comenzó a las 14 la adoración eucarística en el atrio del santuario, entre vítores y el flamear de banderitas celestes y rosadas, los colores característicos de la Madre. Entre las intenciones y pedidos, se invocó especialmente la intercesión divina por el Papa Francisco, por su bienestar y para que “venga a la Argentina”.
   Con la puntualidad que caracteriza a este evento, a las 15 en punto las imágenes de la Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás y la de San Nicolás de Bari salieron bajo una lluvia de pétalos de rosas por uno de los costados del templo, ante miles de fieles que la saludaban emocionados hasta el llanto, agitando pañuelos, y que luego se iban encolumnando en procesión, detrás de las estatuillas. La breve marcha por las calles del barrio retornó al punto de inicio, donde se ubicó a las réplicas frente a los cientos de miles de devotos, instalados y listos para escuchar la misa central, oficiada por Cardelli. Justo en el momento en que el religioso comenzaba a pronunciar sus primeras palabras, recordando “la Anunciación”, una porción de cielo se despejó, y el sol alumbró todo el campito.
  
Testimonios de fe. Cada uno con su pedido, con su agradecimiento, con su pequeño o gran milagro para contar. Los fieles a la Virgen de San Nicolás no le fallan como ella —aseguran— tampoco. “Me ha cumplido en todo lo que le he pedido: en la salud, el trabajo, la familia”, testimonió a La Capital Julia (62), quien desde hace quince años viaja desde Córdoba, junto a su hija Flavia (38) a esta ciudad en señal de devoción. Lo hacen en un transporte especial, gestado también a partir de un milagro: “Hace como 18 años su dueña, tenía a su beba muy grave. Le pidió a la Virgen que se la salvara y así fue. Entonces se lanzó a traer gente todos los años para que vengan a adorarla”, contó Julia.
   “Yo le agradezco mucho porque siempre me ayudó especialmente con mis estudios. Cuando me recibí de arquitectura, le traje el título. También me cumplió con mi salud”, contó Flavia, y se alejó para abordar el transporte junto a Mónica (49), otra cordobesa de la que se hizo amiga en esta causa religiosa, que ésta última emprende desde hace 28 años junto a su hermano e hijos.
   Carola y Rubén se trasladaron desde San Fernando, Buenos Aires, y llegaron a San Nicolás antes de las 0 de ayer, para adorar a la virgen. Montaron una pequeña carpa en el campito y desde su pequeña parcela ganada siguieron todos los pasos de la celebración. “Hace cinco meses vinimos por primera vez al santuario y ahora volvimos, para pedir por la salud, el trabajo y por la paz en el mundo, y para agradecer”, expresaron a este diario. "Cuando la vi (a la Virgen), lloré muchísimo. Sufro un problema de tiroides y tengo fe que va a salir todo bien. Estamos muy contentos de estar acá", dijo ella.
De "local". Lógicamente que los nicoleños acompañan la celebración religiosa más importante de su ciudad (obviamente, junto a la tradicional peregrinación Rosario-San Nicolás, también en honor a la Virgen y que este año se realizará el 3 y 4 de octubre) y rinden tributo a su madre espiritual.
"Yo soy camionero y siempre que puedo, vengo para pedir por paz y salud para el mundo", aseguró Marcelo (44), que seguía paso a paso las distintas instancias de la ceremonia, instalado junto a su familia en ronda, mateando, cerca de un ingreso al campito. Su madre, Susana (72), asiste desde hace tres décadas años a las ceremonias de cada 25 de septiembre, en forma ininterrumpida. La mujer asegura que gracias a la intercesión de María, su hija que hoy tiene 30 años superó una afección cardíaca congénita y que su marido también sanó de un cáncer de próstata y de riñón.
Feria. Fuera de los límites del santuario y su predio explota una feria que, conforme pasan los años, pareciera diversificarse cada vez más. Además del cada vez más original merchandising de la virgen, con la venta de estatuillas, rosarios, denarios, láminas, velas, bidones para el agua bendita, tazas, vasos, cantimploras y hasta "atrapa sueños" con su figura, también proliferan otros rubros de venta de todo tipo de objetos, algunos tan insólitos como un enebrador de agujas.
Así, en un calle lateral del campito y en toda la plaza contigua, llamada 14 de Abril (conocida como "del cementerio") proliferan, alineados, los puestos y vendedores ambulantes con todo tipo de artículos como juguetes y productos importados, entre otros. Y una mención especial se merece la gastronomía, que poco a poco se va especializando con la venta de empanadas, choripanes, sándwiches, panchos, salames, quesos y todo tipo de alfajores, tortas y frituras, entre otros productos.

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