sábado, 5 de septiembre de 2015

El vice brasileño puso en duda que Dilma llegue al fin de su mandato

"Nadie va a resistir tres años y medio con ese índice bajo. Si continúa así, les digo, con siete, ocho por ciento de popularidad, de hecho, se pone difícil", deslizó Michel Temer.
Final anticipado. Temer, del PMBD, habló sin tapujos de una eventual salida del poder de la presidenta Rousseff.
El vicepresidente de Brasil, Michel Temer, dijo que ningún gobierno resiste tres años y medio, que es lo que resta del gobierno de Dilma Rousseff, con un respaldo popular como el que tiene hoy la presidenta, que ronda el 8%, según un sondeo de opinión divulgado en agosto. “Hoy, realmente, el índice (de aprobación del gobierno de Rousseff) es muy bajo. Nadie va a resistir tres años y medio con ese índice bajo (...). Si continúa así, les digo, con siete, ocho por ciento de popularidad, de hecho, se pone difícil”, dijo Temer.

   Las palabras del vicepresidente, que abandonó recientemente la función de interlocutor entre el Congreso y el Ejecutivo que había asumido en abril a pedido de Rousseff, fueron realizadas durante un encuentro con empresarios en San Pablo. El político del centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) —principal aliado del gobierno—, fue indagado sobre los persistentes pedidos de que la presidenta salga del poder, ya sea por renuncia, destitución o recursos de casación de su mandato a través de la Justicia Electoral. “Ella es guerrera, no me parece que sea, digamos, «renunciante»”, dijo Temer, quien según el diario, agregó: “Es necesario mejorar lo que hay”.

   Los empresarios le pidieron a Temer su opinión sobre la posibilidad de que la Justicia Electoral habilite un recurso de casación de la elección de la fórmula Rousseff-Temer, si se comprueba que la campaña se alimentó con recursos ilícitos. Temer dijo que no lo discutirá “porque las instituciones tienen que funcionar”, según Folha. “Si la fórmula fuera anulada me voy para mi casa feliz. Ella se irá para su casa... no sé si feliz””, concluyó.

   El procesamiento o “impeachment” de la mandataria se daría si el Congreso inicia un proceso en su contra por Delitos de Responsabilidad, figura jurídica que comprende la violación de la Constitución, el atentado al libre ejercicio de los poderes Legislativo y Judicial o la improbidad administrativa, entre otros. En este caso, asume la presidencia el vice. La casación o anulación de la elección, en tanto, podría darse si se confirman, por ejemplo, las sospechas de que la campaña electoral recibió fondos desviados de Petrobras, y también si se aceptan las denuncias hechas por la oposición de que la mandataria incurrió en abuso de poder económico y político.

   En este caso, de avanzar el pedido de casación, perderían el mandato los dos componentes de la fórmula, Rousseff y Temer, y asumiría el presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, hasta que se llame a elecciones, en un plazo de tres meses. En caso de renuncia de la fórmula, en cambio, quien asume es el que salió segundo en las presidenciales, que en los comicios de octubre pasado fue el socialdemócrata Aécio Neves.

Defensa de las instituciones. Horas después, Rousseff hizo una defensa de la estabilidad y las instituciones democráticas en el Estado de Paraíba. “En una democracia es natural que haya divergencias, solo hay concordancia absoluta en la calma de los cementerios, fuera de esa calma todos tienen derecho a discrepar, pero todas las personas tienen que estar orientadas por la estabilidad del país”, planteó la cuestionada jefa de Estado.


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