viernes, 25 de septiembre de 2015

Delta del Paraná, un sistema sensible al cambio climático

Una investigadora de la UNL y un geólogo de la UNSJ publicaron en la prestigiosa revista internacional "Nature" los resultados de sus investigaciones sobre el Delta del Paraná. La influencia de los ciclos solares y del cambio climático en el paisaje.

Delta del Paraná, un sistema sensible al cambio climático
La región pampeana no siempre ha tenido el paisaje que vemos actualmente. En el período denominado Ultimo Máximo Glacial, hace unos 20 mil años, fue una zona inhóspita, con dunas y vientos similares a los del desierto. Posteriormente sufrió cambios vinculados a las oscilaciones climáticas, que pueden ser analizados en el registro geológico.
“El delta del Paraná, en el noreste de la Pampa Norte, es un sistema muy susceptible a los cambios ambientales y constituye un archivo de los últimos miles de años de la historia de la región, de gran importancia para Sudamérica,”, indica Daniela Kröhling, investigadora del CONICET, que desarrolla su trabajo en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral. La geóloga es coautora de un trabajo científico cuyo primer autor es Juan Pablo Milana, investigador del CONICET y de la Universidad Nacional de San Juan. Dicho trabajo ha sido recientemente publicado en los reportes científicos de acceso abierto que tiene la prestigiosa revista científica Nature. 
La investigación no sólo es una manera novedosa de abordar el río Paraná y sus depósitos sedimentarios como registro geológico, sino que aporta una mirada a largo plazo sobre los cambios climáticos. “Como los pronósticos de cambio climático indican que marchamos hacia una condición cálida, con fusión de glaciares y el consiguiente aumento del nivel del mar, es importante estudiar la respuesta de las diferentes regiones frente a determinados períodos climáticos extremos a fin de la elaboración de mapas de riesgo natural y de un pronóstico más completo”.
Los principales resultados del trabajo indican que en respuesta a los cambios climáticos ocurridos en los últimos miles de años, el delta tuvo una fase de retrabajo dominantemente fluvial, que luego pasó a estar caracterizada por el oleaje, para pasar a la situación actual, representada por un delta fluvialmente dominado. “El período dominado por el oleaje coincide con un evento de aridez que se registró en la llanura pampeana, a partir de la reactivación de dunas, la deflación de los materiales superficiales y la erosión de suelos, entre otros. Este período de aridez se habría extendido entre 5.300 y 1.700 años antes del presente, en coincidencia con la escasez de restos aborígenes prehistóricos. El mejoramiento climático ocurrido hace alrededor de 1.700 años habría favorecido el repoblamiento humano de la región. Los resultados obtenidos sugieren que además del forzante solar, los cambios climáticos controlaron la evolución del delta. De ello se desprende que un ligero enfriamiento convertiría a una región altamente productiva como la Pampa en un desierto improductivo”, indicó.
El delta como archivo ambiental
El delta del Paraná, con sus 17,400 km2, es una fuente privilegiada de información sobre el pasado. Al estar protegido de la acción marina directa debido a que se localiza en el estuario del Río de la Plata, conserva un área de cordones costeros, elementos del paisaje que permiten recrear las fluctuaciones de este ambiente de transición. Según la mayor parte de los investigadores, el delta actual comenzó a desarrollarse luego de la última ingresión marina, ocurrida hace 6.000 años aproximadamente, cuando el mar alcanzó una altura de 5 m por encima del nivel actual y llegó hasta muy cerca de la ciudad de Diamante, en Entre Ríos.
Dos cambios principales ocurrieron durante la construcción del delta: la formación de cordones costeros generados por el oleaje y su casi completa desaparición. Estos cambios habrían estado condicionados por las variaciones en la intensidad o en la dirección del viento, indicando un período de fuertes vientos entre 5.300 y 1.720 años antes del presente.
En base al mapeo a partir de imágenes satelitales de alta resolución y al control de campo, Milana y Kröhling analizaron los remanentes de la estructura original del delta y pudieron mapear una sucesión continua de 343 cordones costeros. Luego de realizar dos campañas en diferentes unidades del delta, tanto por  tierra como por agua (con base en la zona de Villa Paranacito), y de practicar perforaciones manuales para tomar muestras del suelo, los investigadores hicieron un cálculo para estimar el tiempo de formación de cada cordón. “Nos dio cerca de once años, lo cual es consistente con la periodicidad cuasi decadal encontrada en las variaciones de caudal del Río Paraná en trabajos  previos, periodicidad consistente con el ciclo solar".
La investigación plantea una conclusión que es opuesta a la que sostiene el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), que mira con alarma el calentamiento global. “¿Hasta dónde afectaría el calentamiento global a la región pampeana? El escenario de clima cálido y húmedo favorece la actividad humana en la región, mientras que un enfriamiento nos llevaría a un escenario de aridez, que debido a la falta de sistemas de irrigación artificial de los suelos complicaría la actividad agropecuaria. Estos resultados evidencian la necesidad de investigar en mayor detalle los geo-archivos de diferentes ambientes, a fin de una comparación con otros cambios registrados en el planeta y así contribuir a un mejor ajuste de los modelos de predicción climática”, indica Kröhling.
Con la hipótesis planteada y los resultados disponibles, los investigadores esperan que este tipo de trabajos potencien el debate y generen un aporte a la discusión sobre el calentamiento global en el Hemisferio Sur. El hecho de que haya sido publicado en una de las revistas científicas multidisciplinarias de mayor impacto es una ventaja, lo mismo que el formato open access que permite una mayor visibilidad del artículo. “Pasamos varios arbitrajes que fueron muy rigurosos y optamos por el formato de open access porque nos permitía desplegar más figuras e incluir más información”, dijo Kröhling. “Esperamos aportar con datos locales a la discusión del  tema a nivel internacional”, concluyó.

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