sábado, 11 de julio de 2015

Usan gas envasado en edificios por la falta de nuevas conexiones a la red

Ante la imposibilidad de contar con el suministro de gas natural de red, la empresa Dubner Construcciones recurrió a los garrafones de 200 kilos en dos edificios. Para diciembre estaría terminado el nuevo gasoducto, que posibilitará 4.500 conexiones domiciliarias.


Gas por gas. La energía eléctrica para reemplazar el suministro de gas es una alternativa costosa. En el “Sauce 35”, las chanchas fueron reubicadas en el espacio donde iba a haber cocheras de cortesía. El ingreso para la recarga será por calle 9 de Julio. Foto: Flavio Raina

De la Redacción de El Litoral
La empresa Dubner Construcciones optó por instalar garrafones en dos edificios de la ciudad para proveerlos de gas, ante la imposibilidad de contar con el servicio de red, ya que desde hace dos años Litoral Gas no habilita nuevas conexiones.

Así lo indicó el titular de la firma, Luis Dubner tras la polémica que generaron las chanchas de 200 kilos del combustible envasado, que fueron ubicadas en el “Sauce 35”, de 9 de Julio y Eva Perón. Es que, ni bien los vecinos de la zona vieron cómo colocaban ocho garrafones a escasos metros del tránsito vehicular, en la esquina céntrica, se movilizaron para oponerse por considerarlas un peligro para la seguridad pública.

Más allá de descartar que el sistema de gas envasado cuenta con todas las normas de seguridad y que no representa riesgo alguno, desde Dubner Construcciones señalaron que es la única y mejor alternativa con la que cuentan actualmente.

“La condición para restablecer el servicio fue que las empresas constructoras hagamos una obra muy grande, con una gran inversión del orden de los 25 millones de pesos”, explicó Luis Dubner en referencia a un nuevo gasoducto de alta presión.

En diciembre del año pasado, El Litoral informó sobre la conformación del fideicomiso, integrado por alrededor de 20 constructoras de la ciudad, para llevar adelante la obra que incluye la extensión de una cañería desde Santa Rosa de Lima hasta la estación Mitre, en barrio Sur, donde se hará una estación reguladora de presión. El gasoducto estaría terminado para fines de este año y habilitará unas 4.500 nuevas conexiones domiciliarias en el macrocentro.

Hasta que la obra esté terminada, los edificios recurren a la energía eléctrica para reemplazar el suministro de gas o a los garrafones. Actualmente son dos los edificios construidos por Dubner que cuentan con las chanchas: el “Sauce 35” y el “Sauce 36”, Torre Francisca, de calle Francia y Catamarca.

Rehenes

Antes de que se terminaran de instalar, la constructora resolvió reubicar los ocho garrafones del “Sauce 35” hacia adentro del terreno en un sector menos expuesto. Para llevar tranquilidad a los vecinos de la zona, Dubner explicó que al servicio de gas envasado lo presta la empresa Totalgaz. “Es una firma que trabaja con normas de seguridad a nivel mundial. Cumplimos con las exigencias requeridas para instalarlas y evitar accidentes, además tienen una auditoría externa que depende de la Secretaría de Energía de la Nación”, puntualizó el empresario. A su vez, indicó que la carga del combustible la realiza personal matriculado.

“Elegimos esa alternativa porque es segura. Además, es provisoria porque en cuanto esté terminado el gasoducto, conectaremos el edificio a la red de gas natural”, afirmó Dubner.

Al momento de la conformación del fideicomiso para ejecutar el gasoducto, Dalmiro Saux, de la constructora Saux-Wernly SA, consideró que, ante la falta de inversión en infraestructura por parte de Litoral Gas, los desarrolladores inmobiliarios locales quedaron como “rehenes de una situación” en la que no tienen arte ni parte, pero a la que tienen que dar una solución.

En el mismo sentido, Dubner dijo que resulta “incongruente e ilógico” que a cambio de la prestación del servicio, Litoral Gas exija una obra. “Como emprendedor de la ciudad, lo lógico sería que el resto de las patas que intervienen acompañen el desarrollo. Al contrario de eso, nos vimos obligados a hacer una obra porque no puedo decirle al inversor ‘te doy el departamento pero no lo podés usar porque no tenés gas’. Esa es la responsabilidad de las adjudicatarias”, concluyó Dubner.

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