viernes, 17 de julio de 2015

La Fiscalía investiga casos de extorsión en nombre de Los Monos

Las víctimas recibieron comunicaciones de hombres que les pedían plata para no desalojarlos con la intención de convertir su casa en una cocina de drogas. El fiscal Nicolás Foppiani tendrá a su cargo la investigación, pero aún no unificará las causas.
Rosario 12 | 
La Fiscalía investiga casos de extorsión en nombre de Los Monos
 El Ministerio Público de la Acusación investiga al menos tres casos de llamados extorsivos en los que una persona, que dice ser miembro o sicario de la banda de Los Monos, pide dinero a cambio de no sacar a las víctimas de sus casas para instalar cocinas de drogas. Las llamadas se registraron durante el transcurso del martes pasado en Ocampo al 3600, La Paz al 3200 y Convención al 2700. Desde esa última dirección, Liliana dijo ayer que su marido atendió el llamado, escuchó el planteo del victimario y cortó para dar aviso al 911. "Tenían información de mi familia, sobre mis nietos. Datos puntuales", dijo la mujer, sorprendida, a Canal 5. La fiscal que estuvo de turno en los tres hechos, Georgina Pairola, ordenó medidas en todos los casos, aunque están en reserva. Sin embargo, la investigación estará a cargo del fiscal de Investigación y Juicio, Nicolás Foppiani, quien todavía no unificará las causas. Ayer se sumó una nueva denuncia de Montevideo al 600, con modalidad similar. En ningún caso se concretó entrega de dinero. Desde Fiscalía, piden que si hubo otros hechos sean denunciados en los centros territoriales (ver recuadro), durante la feria, que termina el 27 de julio.
En los último años, las causas judiciales en contra de la banda de Los Monos develaron que sus miembros tienen acusaciones por infinidad de delitos. La venta de drogas y los hechos de violencia extrema son las imputaciones más graves. Frente a ello, todavía la Fiscalía intenta averiguar si las tres denuncias por llamados extorsivos, que recibieron tres hombres, están relacionadas con la banda, si es una nueva modalidad de extorsionar (similar a la de secuestros virtuales) para obtener pertenencias de sus víctimas, o si se trata de casos aislados. En principio, los hechos fueron leídos como "llamativos" y se ordenaron medidas.
Según indicaron fuentes del MPA, en las tres llamadas se comunicaron hombres, y las víctimas también lo eran. Les reclamaron entre 15 y 30 mil pesos o pertenencias, para no ocuparles la vivienda o dañar a alguien de su familia. Los datos que dieron en las comunicaciones daban cuenta de una posible inteligencia previa, pero nada de eso pudo ser confirmado ayer por la fiscalía, ya que la investigación está en la etapa inicial.
En tanto, la mecánica todavía aparece como "confusa y llamativa", ya que en algunos de los llamados hubo demostraciones de "voluntad para negociar" con las víctimas por cosas de menor valor, como una recarga de crédito a una línea de teléfono móvil. Los investigadores aclararon que "no se descarta ninguna hipótesis".
Pasado el mediodía de ayer, los fiscales Pairola y Foppiani (quien llevó adelante investigaciones sobre secuestros virtuales) se reunieron para analizar los pormenores de las denuncias, y decidieron que las causas pasaran a Foppiani, quien continuará la investigación. En esos términos, el fiscal decidió no unificar aún los legajos judiciales y esperar los primeros resultados de la investigación en curso.
Uno de los hechos fue dado a conocer ayer por el diario La Capital. Según la publicación, César recibió el primero de una serie de llamados insistentes, en el que un hombre le dijo que era sicario de Los Monos, quienes le habían pagado 30 mil pesos para que saquen a César y a su familia de la casa, donde pretendían poner una cocina de drogas. "Si me firmás el boleto de compra-venta tus nietos siguen viviendo", lo amenazaron. Y le dio otra opción: "Dame 30 lucas y yo le saco la casa a otro". La víctima cortó, pero el extorsionador insistió con más llamados en los que le hizo saber que tenía información de su intimidad. Ayer, su esposa agregó que terminó pidiéndoles 15 mil pesos.
Sobre los otros dos hechos no se dieron más datos que las direcciones, a las que los extorsionadores también se comunicaron al teléfonos fijos y usaron la misma modalidad de presión para obtener rédito.

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