viernes, 16 de enero de 2015

INFORME: Convivencia en las vacaciones

Parece todo un desafío poder lograr una estadía armoniosa, sin discusiones ni malos entendidos. Cómo pasar las vacaciones en tranquilidad.

Llegan las vacaciones, pero con ellas, también llega el momento de convivir 24 horas juntos con las personas que elegiste, ya sea tu familia o amigos, esto puede convertirse en un caos.

Aunque se quieren, estar lejos del hogar, sin horarios ni obligaciones y con intereses que quizá sean diferentes, pueden tornar complicada la convivencia. ¿Playa, campo o montaña? ¿Vida nocturna, o tranquilidad? ¿Dormir hasta tarde o aprovechar la mañana? ¿Y qué pasa cuando cada uno prefiere una opción distinta?

Si las vacaciones se pasan con la familia, muchas personas creen que cada integrante va querer hacer cosas diferentes. Y así aparece una suerte de contradicción. ¿Nos vamos de vacaciones juntos para disfrutar en familia, pero sabemos que si uno se divierte el otro se va a aburrir o a sentirse incómodo?

Lo primero que tenemos que saber es que todo proceso de elección implica la pérdida de la otra opción, que no fue elegida. Si decido irme de vacaciones con mis hijos que son chicos, tengo que aceptar que no tendré la misma libertad para planificar actividades que si estuviera a solas con mi pareja, por ejemplo. Y si voy de vacaciones con nenes chicos pero me organizo para hacer todas actividades de adultos, la pregunta sería qué respeto estoy teniendo por la elección de los chiquitos.

Eso no significa que vamos a hacer todo lo que los nenes quieran, habrá que establecer acuerdos. Y si bien es cierto que hay etapas de la vida en que hay poca capacidad de negociación, casi siempre hay alternativas.

Hay gente que no negocia porque sabe que va a perder de mano: Pero entonces lo que está faltando es conversar con cada uno, para explicar y entender las diferentes necesidades de modo que los distintos espacios estén respetados.

También hay gente que no negocia porque en realidad quiere quedarse en un rol de víctima. Es quien dice: “yo quería ir a la montaña pero todos querían ir a la playa, así que me sacrifico por mi familia y voy con ellos”. Pero permanentemente se muestra a disgusto, y de alguna manera, se las arreglan para no estar en la montaña pero tampoco en la playa: su compromiso individual es hacia el sufrimiento. No se està tomando vacaciones, sino que están diciendo que sí cuando querían decir que no.

El dilema de las vacaciones desaparece en la medida que prioricemos para qué vamos a pasar ese tiempo todos juntos de vacaciones. Si lo hacemos para estar juntos, ¿esto significa que vamos a hacer todo, todos al mismo tiempo? Probablemente no.

Si tomo la decisión de irme de vacaciones en forma conjunta con mi familia también puedo decidir respetar algunos espacios individuales, para que cada uno haga lo que quiera en forma separada. Entonces, desde el espacio de la aceptación - palabra clave y mágica que hace que dejemos de resistir- podemos estar en un momento con los chicos haciendo cosas de chicos, y luego tener un espacio para los adultos y las actividades que les gusta realizar.

Por otro lado, en lo que tiene que ver con el descanso hay intereses muy diferentes. Hay gente que disfruta yendo a una ciudad con mucho “ruido”, y realizando vida nocturna. Otros quieren irse al medio del campo, y no ver a nadie.

Pero si acepto irme de vacaciones con amigos que quieren hacer otro tipo de vida, lo que no puedo hacer es quejarme porque sus intereses son distintos. Tengo que hacer acuerdos, y construir lo mejor de mí para disfrutar estando con ellos.

El coaching puede aportar muchísimo a la coordinación de acciones y relaciones en la familia, porque nos da la posibilidad de conversar para decir lo que cada uno está necesitando, lo que pide y lo que ofrece. Y si las vacaciones son tomadas en conjunto porque eso es lo que deseamos, el coaching nos puede ayudar a que trabajemos con lo que nos une y no con lo que nos separa. Las cosas pueden ser Y”, y no necesariamente “O”, si vemos de qué manera podemos coordinar acciones para que todos disfrutemos.

Fuente: Daniel Rosales -Director de la Escuela Latinoamericana de Coaching /www.elacoaching.com.ar.

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