domingo, 18 de enero de 2015

CUESTIONAMIENTO A LAS TRABAS IMPORTADORAS Cómo afecta al país el fallo de la OMC

El Órgano de Apelaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC) rechazó la apelación argentina del fallo que favoreció los reclamos de EE.UU., Japón y el viejo continente. No hay efectos... en el corto plazo.
Mauricio Claverí

Coordinador de Comercio Exterior y Negociaciones Internacionales/Abeceb.com

El Órgano de Apelaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC) rechazó la apelación argentina del fallo del Grupo Especial (Panel) sobre la controversia comercial que el país sostiene con la Unión Europea, Estados Unidos y Japón.

La diferencia surgió a raíz del reclamo por medidas implementadas por la Argentina que afectan a la importación de mercancías, tales como el procedimiento de tramitación de las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (Djai) y las condicionalidades exigidas a los operadores para su liberación. Las mismas que fueron declaradas incompatibles con las normas de la OMC en agosto del pasado año.

Si bien este fallo pone en evidencia que la política comercial actual argentina resulta insostenible, lo más probable que en el corto plazo no tenga un efecto concreto. La adecuación de las normas argentinas a lo estipulado por el organismo multilateral requiere de determinados pasos que impedirían que esta adecuación se realice de inmediato.

El Órgano de Solución de Controversias (OSD) debe aceptar o rechazar el informe sobre la apelación en un plazo no mayor a 30 días. La Argentina debe manifestar luego su intención de adecuar su normativa en una reunión a celebrarse dentro de los 30 días siguientes a la adopción del informe.

Finalizado ese plazo, si Argentina considera que su coyuntura no permite realizar dicha adecuación, puede solicitar la fijación de un “plazo prudencial” para hacerlo (en el pasado, este plazo ha variado desde los 5 meses hasta el año a partir de la fecha de aceptación del informe).

Si Argentina no respeta ese plazo prudencial, entonces debe sentarse a negociar una compensación con las partes damnificadas que no debe tomar más de 20 días. Si luego de esos 20 días no se establece ninguna compensación, entonces los países damnificados deben pedir permiso al OSD para tomar represalias (por ejemplo, restringir importaciones desde Argentina). Este escenario no es el más probable, ya que sobre un total de 488 casos similares, sólo 4 terminaron en autorización de represalias.

La realidad es que la actual situación macroeconómica y la complejidad del esquema de controles sobre la importación obstaculizan una flexibilización inmediata de las restricciones sobre la importación. En este sentido, es probable que la Argentina negocie y obtenga un “plazo prudencial” de adecuación.

En este contexto, la negociación por delante será una prueba para las habilidades diplomáticas del país que en los últimos años no ha sabido cultivar una postura conciliadora en el ámbito multilateral.

Finalmente, vemos que, dado que las elecciones presidenciales de la Argentina tendrán lugar en octubre, es altamente probable que la resolución final del conflicto sea un problema que deberá enfrentar el próximo gobierno.


Exportaciones en retroceso

La consultora Abeceb.com estimó que las exportaciones nacionales volverán a retraerse este año un 11,2 % hasta los U$S 70.100 millones. En 2014, el valor estimado fue de U$S 72.500 millones y en los dos años previos redondeó los U$S 80 mil millones.

El “problema estructural” son la escasa diversificación de la oferta argentina y la dependencia del mercado brasileño. La consultora observa además las retenciones sobre la venta de granos y derivados y la disparidad entre el dólar oficial y el libre

-que alentó especulaciones devaluatorias- como causantes de menores ventas.

El informe, que reprodujo ayer el diario Clarín, refiere además a la pérdida de competitividad de las economías regionales (vinos, peras y manzanas de Río Negro, aceitunas) y a las bajas en los precios de los commodities (soja, petróleo).

Las bajas perspectivas de Brasil no despejan el panorama. El principal actor del Mercosur -según el Banco Mundial- crecerá sólo 1 % este año, algo que podría afectar al 47% de las exportaciones industriales argentinas (51 % en el caso de las automotrices).

La inflación también aporta en este rubro. Las subas internas del 30 % supone mayores costos frente a una divisa menos dinámica. Y eso realimentará las especulaciones sobre el tipo de cambio que demoras las exportaciones tanto como apuran las importaciones.


El que sigue

El informe de Abeceb.com detalla que el 14,2 % de las ventas del país van al viejo continente; el 5,6 % de las exportaciones argentinas tienen por destino el mercado norteamericano y otro 1,1 % viaja hacia el “sol naciente”. La Unión Europea, Estados Unidos y Japón compra el 20,9 % de lo que exporta nuestro país. Esos tres grandes actores globales son los que denunciaron las medidas restrictivas del país que, tras el fallo de la OMC podrán suponer sanciones a la Argentina. Sin embargo la consultora estima que ese extremo tiene pocas probabilidades en el caso, aunque la Casa Rosada deberá tomar medidas para ello... en el próximo turno de gobierno.

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