Atentos. Madres e hijos participan activamente de las propuestas que les hacen los profesionales de la fundación.
“Es posible hacer un cambio si tenemos la cabeza y el corazón borrachos de ideales”. Eso pregona el doctor Abel Albino, fundador e iniciador de la Fundación Conin en Argentina. El año pasado, esta organización que lucha contra la desnutrición infantil, cumplió 20 años de trabajo en el país.
En Santa Fe, la Fundación Hoy X Mañana, nació en 2009 con el mismo objetivo, y en 2011 a través de un sistema de franquicias solidarias, se incorporó a la Red Conin. Comenzó a funcionar así el Centro Modelo “Beata Madre Teresa de Calcuta” al que asisten familias de barrio Santa Rosa de Lima y San Lorenzo. En septiembre de este año se incorporó una nueva sede en la ciudad. Funciona en el Polideportivo Cilsa y asiste a 12 familias de los barrios Varadero Sarsotti y Chalet.
Inés Larriera es la responsable de estos espacios en los que se hace un abordaje integral del problema. Es profesora de Educación Especial y en su actividad trabajó con personas en vulnerabilidad social que eran etiquetados de “débiles mentales leves”, pero que en realidad no eran discapacitados. Sus dificultades estaban relacionadas con la situación de exclusión. Hoy, junto a un equipo interdisciplinario de más de 12 profesionales y colaboradores, trabajan para torcer la suerte y dar herramientas a las familias en riesgo social y alimentario para revertir su dura realidad.
En diálogo con Diario UNO, Larriera contó que “se trata de una propuesta que confía en las capacidades de las personas y apuesta al desarrollo del potencial” de las personas. “Hay pocas instituciones que trabajan de esta manera, por eso enseguida las familias del barrio se sumaron. Hacen suya la fundación, la casa y el espacio. La gente que acude realmente lo disfruta, es escuchada, y hace propuestas que son tenidas en cuenta. Me parece que eso es lo más destacable”, dijo.
La sede de Varadero Sarsotti
La responsable de la fundación contó que constantemente, desde diferentes organizaciones religiosas y civiles, los convocan a sumar más centros y que esto denota que “es una propuesta que hacía mucha falta”. Puntualmente, sobre la llegada a Varadero Sarsotti señaló que fue gracias a que Cilsa se contactó y ofreció un lugar para trabajar y además apadrinó a la fundación.
“Esto hizo que todo fuera mucho más sencillo y pudiéramos construirlo desde lo simbólico muy rápidamente. Así que a partir de septiembre se comenzó a trabajar con las primeras familias y en este momento hay 12 incorporadas. Es el límite para trabajar como grupo. Con más personas, se pierde el cuerpo a cuerpo que nosotros proponemos. En total son 18 niños con diferentes características. Hay algún caso de obesidad, pero por lo general la mayoría presenta un cuadro de desnutrición leve, o desnutrición crónica compensada, y también casos de extrema pobreza. Si bien Conin se dedica a desnutrición infantil, hay casos de altísimo riesgo social que son incorporados igual en nuestros programas”, indicó.
Para la profesional es imposible circunscribirse solo a la desnutrición ya que “una familia que invierte más del 50% de sus ingresos en comprar alimentos está en situación de inseguridad alimentaria”. “A estas personas se les va toda la plata en comprar comida. Más que algún plan o changas, no tienen empleos formales y estamos hablando de un altísimo porcentaje de la población. Además, la mitad de los hogares son monoparentales, están a cargo de una mamá que, a su vez tiene a cargo un montón de niñitos”, explicó.
Sin vacaciones
Debido a que el trabajo en Varadero Sarsotti es muy reciente, durante enero la fundación va mantener un servicio de guardias. “Queremos que las familias sepan que si tienen una emergencia, nosotros estamos. En enero van a estar yendo la médica pediatra y la trabajadora social para hacer actividades. Hace poquito que empezamos y las mamás están tan contentas que estaban deseosas de poder seguir todo el verano”, dijo Inés.
Metodología de trabajo
En Conin se trabaja con “mucha esperanza y optimismo”, dice Larriera y agrega: “Estamos convencidos, y damos pruebas con las familias egresadas que tenemos, que no estamos con sujetos que son víctimas incapaces; estamos con personas que recibiendo la información y los recursos apropiados son capaces de tomar el control de sus vidas”.
Para Larriera “no puede ser que alguien dependa de una tarjeta para comer. Una familia tiene que recibir la tarjeta si está en situación de inseguridad alimentaria, pero también tiene que ser capaz de producir sus propios alimentos, y tiene que ser capaz de generar ingresos. No hay nada más dignificante para una persona que poder poner un plato de comida en su mesa para sus hijos con el placer de haberlo producido”.
Habitualmente, las familias incorporadas a los programas están entre año y medio y dos años en la fundación. “Esa es la experiencia que tenemos en Santa Rosa de Lima y en Varadero Sarsotti calculamos que llevará el mismo tiempo. Tenemos la suerte de que son familias que si bien están en situación de vulnerabilidad social, tienen espacio para poder desarrollar huertas en sus casas, y tienen una idiosincrasia muy particular. Ellos están en la ciudad, pero bastante aislados, lo cual también tiene sus cosas positivas. Además tienen la posibilidad de la pesca, nosotros tratamos de asirnos y de tomarnos de todas estas características propias del barrio, y trabajamos para fortalecerlas”, contó.
El equipo de trabajo
Hoy X Mañana-Conin está conformado por médicos, trabajadores sociales, nutricionistas, maestras jardineras, docentes de adultos, y también tres mamás egresadas que fueron incorporadas como colaboradoras permanentes y que reciben un honorario por su trabajo. El año que viene van a ser seis mamás, cuyos hijos ya han recibido el alta. “En 2015 se van a incorporar varias personas más, justamente porque son perfectamente capaces de hacerlo y lo hacen excepcionalmente bien”, finalizó Larriera.
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