sábado, 4 de octubre de 2014

ROSARIO: "Llegué a la seccional con una bala calibre 38 adentro, pensé que me moría"

Dramático testimonio de un taxista rosarino que fue abordado por delincuentes que le dispararon en el cuello tras dejar a una pasajero en las inmediaciones de Buenos Aires y Batlle y Ordóñez. El joven de 28 años permanece en el sanatorio de Oroño y Zeballos.
La Capital | 

 La inseguridad sigue sin darles tregua a los taxistas. Durante la noche del jueves, dos tacheros fueron asaltados en la zona sur y uno de ellos salvó su vida de milagro tras recibir un balazo en el cuello. "Tuve un Dios aparte, si no paraba me mataban y si paraba me mataban igual", señaló Iván Maggi, el joven chofer de 28 años que se recupera de las heridas en un sanatorio de la ciudad.
Maggi fue agredido en Buenos Aires y Batlle y Ordóñez cuando tras dejar a un pasajero fue tomado por sorpresa por varias personas que intentaron asaltarlo.
Al advertir la llegada de los ladrones, puso en marcha el automóvil, pero uno de los delincuentes efectuó un disparo que atravesó el parabrisas y le dio en el cuello.
"Me pareció escuchar cuatro disparos, y uno lo tengo en mi cuerpo. Está adentro, fue una bala que se frenó. Todos me dijeron que tengo un Dios aparte y yo digo que lo tuve a Dios", confió el taxista.
Herido y aturdido por el difícil momento que le había tocado vivir, Maggi condujo el taxi hasta la subcomisaría 20, donde pudo pedir auxilio y ser trasladado a un sanatorio.
"Cuando llegué a la comisaría, alrededor de las 4 o 5 de la mañana, sentí que me estaba desvaneciendo, pasé por encima de un cantero, frené de golpe y grité que tenía una bala adentro, me dolía muchísimo y pensé que me moría. En todo momento le decía a Dios que me salvara", recordó el taxista en diálogo con La Ocho.
"En realidad es una locura lo que está pasando. Si no paraba me mataban, y si paraba me mataban igual. La decisión que tomé fue salir y me fui con una bala de grueso calibre, una 38 creo", remarcó el taxista.
Todavía aturdido por la pesadilla que vivió, admitió que no sabe cómo hacer para ganarse la vida. "Yo trabajo y voy a la escuela y es muy difícil hacer esas dos cosas juntas. Voy a la secundaria, quiero terminarla y luego ir a la facultad para estudiar enfermería. Estoy ansioso por eso", narró.
A la hora de pensar qué le hubiera pasado si se detenía ante la llegada de los delincuentes, indicó: "Si hubiera parado me imagino tirado en la calle, con varios disparos, golpes y el único que me hubiera salvado hubiera sido Dios, que lo hizo en el momento de los disparos, porque hay un impacto que da justo en el parabrisas".
"Vi la muerte muy cerca, pensé que me moría. Seguir manejando con un disparo en el lomo a la una de la mañana de un día jueves, sin saber si ir manejando hasta el médico... me faltaba el aire, me mareaba, tenía un tiro en el cuerpo", subrayó.
El joven admitió que le pedirá al dueño del taxi si puede conducir la unidad de día. "La verdad es que hay que pelear todos los días con esta inseguridad", subrayó.
El otro asalto sucedió en barrio Acíndar, sobre calle General Mosconi. Allí el taxista fue abordado por dos ladrones que se movían en motocicleta.
Los delincuentes lo encañonaron y le quitaron la recaudación, pero no le causaron daño. En este caso intervino la seccional 18ª.
Por su parte, el titular del Sindicato de Peones de Taxis de Rosario, Horacio Boix, remarcó ayer que "sólo en los últimos 70 días se registraron 200 asaltos a conductores de taxis".
La cifra difiere con los registros oficiales, ya que muchas veces las víctimas de los atracos no realizan la denuncia.

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