sábado, 4 de octubre de 2014

Abren sumario contra Macro y Brito desafía: “No sé de qué habla CFK”

Por Jairo Straccia. Un día después de que la Presidenta le apuntara por el “contado con liqui”, comió con Massa y dijo a PERFIL: “Espero que Cristina me denuncie”. Galería de imágenes.


Jorge Brito habla con Sergio Massa. | Foto: Juan Obregón
“Estoy esperando que la Presidenta me denuncie”, respondió Jorge Brito a PERFIL. Era el miércoles pasado, el día después de que una vez más la Presidenta lo acusara, junto a otros bancos, de conspirar contra el país. Esta vez, por realizar operaciones legales conocidas como “contado con liquidación”, que consisten en comprar bonos en pesos en el país para que sean liquidados en dólares en el exterior. “Que me denuncie, porque no entendí de qué hablaba”, insistió el dueño del banco Macro, el más grande del país, en momentos en que se sentaba a almorzar en el hotel Alvear junto a otros empresarios y dos candidatos presidenciales: Sergio Massa(Frente Renovador) y Ernesto Sanz(Unión Cívica Radical).

El deseo se le cumplió en parte ayer a Brito, que fue denunciado, aunque no por la jefa de Estado ni por la operatoria por la que había sido señalado. La Comisión Nacional de Valores (CNV) le abrió un sumario a la entidad y a sus directores luego de que la asociación de consumidores Proconsumer lo denunciara por cobros excesivos en seguros de vida colectivos. La causa estaba abierta desde septiembre de 2007 y la investigación se puso en marcha esta semana y fue informada ayer por la agencia oficial Télam, apenas un día depués de que la sociedad de bolsa Mariva, también acusada por Cristina Kirchner, fuera suspendida tras registrar importantes volúmenes operados de “contado con liqui”. Todo parte de una fase de más controles en el mercado de cambios en la semana en que Alejandro Vanoli aterrizó como nuevo titular de la autoridad monetaria. En los bancos Itaú, Patagonia y Supervielle tomaron nota. Cristina también los nombró.

El contado con liquidación se transformó en las últimas semanas en una especie de “blue legal”, porque expresaba una cotización de entre $ 14 y $ 15, muy por encima del $ 8,50 oficial. Además, dado que el Banco Central no liberaba dólares para las importaciones, muchas empresas buscaron esa vía, más cara, de hacerse de divisas, y por eso hubo un “desdoblamiento de facto” del dólar, que multiplicó por tres el volumen operado y llamó la atención del Gobierno, que terminó acusando al hoy ex titular del BCRA, Juan Carlos Fábrega de hacer la vista gorda.

“Dejen de hacer contado con liqui, dejen de conspirar”, soltaba en broma Massa a los abrazos con Adelmo Gabbi, presidente de la Bolsa de Comercio, y “Ale”, como le decía, confianzudo, a Alejandro Bulgheroni, el hombre más rico del país y dueño de la petrolera PAE. “A mí Néstor me dijo que se podía”, le gritaba entre carcajadas Gabbi a José Ignacio de Mendiguren, hombre de la Unión Industrial y también diputado massista. Todos caminaban algo nerviosos los pasillos del Alvear, convocados por el Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (Cicyp), para escuchar a Luis Lacalle Pou, un “Massa uruguayo” que en tres semanas disputará la presidencia con Tabaré Vázquez. “A mí me gusta el estilo de la política uruguaya”, soltó Brito, que de hecho tiene una chacra, Mamá Ganso, donde coinciden todos los veranos los principales hombres de negocios. En charlas privadas, el banquero repetía que hace “contado con liqui” porque “se lo piden los clientes” y porque “es legal”. Hasta llegó a comentar que estaba “honrado” de que la Presidenta lo nombrara.

Brito quedó dolido hace algo más de un mes, cuando intentó, con otros bancos, comprar el juicio de los fondos buitre que derivó en el default. Pero el ministro de Economía, Axel Kicillof, dinamitó el acuerdo y Cristina lo respaldó. El banquero que supo tener muy buen diálogo con el ex presidente Néstor Kirchner, y que creció a su sombra, hoy es “el” enemigo en muchas cadenas nacionales, y su cercanía con Massa alienta especulaciones (ver aparte). “Yo no hablo de esas cosas con Brito”, soltó el tigrense el mismo miércoles al levantarse de la mesa en la que comió lomo con verduras pero prefirió no probar postre. “Que Cristina hable de la inflación”, se desligó.

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