viernes, 11 de julio de 2014

STA FE: Emotivo entierro de una militante asesinada durante la dictadura

Los restos de Irma Elena Montenegro fueron inhumados ayer en el cementerio de Puerto San Martín. El Equipo de Antropología Forense había corroborado su identidad y la de su hijo.
La Capital | 
Emotivo entierro de una militante asesinada durante la dictadura

 Los restos de Irma Elena Montenegro, militante sanlorencina asesinada en Granadero Baigorria durante la última dictadura, recibieron sepultura ayer, luego de que el Equipo Argentino de Antropología Forense corroborara su identidad, al igual que la de su hijo de 38 años, quien durante 20 años desconoció sus verdaderos orígenes. La inhumación, cargada de recuerdos por parte de quienes militaron a su lado, se realizó por la mañana, en el cementerio de Puerto General San Martín.
Este caso es muy particular porque no se trata del hallazgo del cuerpo de una víctima desaparecida ni de la localización de un hijo-nieto entregado por los militares: el cadáver de Irma había sido entregado a su madre, aunque en un cajón sellado y así fue enterrado en el cementerio de San Lorenzo, sin certeza de que fuera ella.
Antes de ser capturada y asesinada, la mujer entregó a su hermano al pequeño Gabriel, su hijo, de sólo un año. Así es como éste fue educado por sus tíos que lo criaron como propio, sin mencionarle quiénes eran sus padres biológicos.
Al igual que Irma, el padre de Gabriel, Angel Porcu ("Gringo"), era otro militante de peso en la región dentro del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Cuando ella dio a luz a su bebé, él ya había caído preso. Tras sobrevivir a la represión, el hombre se exilió en Europa, luego regresó al país y en los 90 logró reencontrarse con su hijo, quien se lamentó que "justo cuando íbamos a hacer los estudios de ADN para comprobar el vínculo, él se enfermó de cáncer y murió".
En tanto, Gabriel se involucró con el Espacio por la Memoria, la Verdad y la Justicia del Cordón Industrial y con el Equipo Argentino de Antropología Forense que, previa intervención judicial, exhumó los restos de Irma y confirmó su identidad y la compatibilizó con la de su hijo, también ratificada. Para él, esta certeza significa "una etapa que se cierra en la vida. Ahora estoy bien porque se sabe que es mi madre biológica, porque en esa época la entregaron en un cajón cerrado".
El recuerdo. Frente a la mirada emocionada de decenas de compañeros de militancia de la mujer asesinada que se hicieron presentes ayer en el cementerio puertense —varios de ellos de Villa Constitución—, el muchacho portó el pequeño ataúd cubierto con una bandera del Ejército Revolucionario del Pueblo hasta un panteón, donde se improvisó un acto en el que hubo recordatorios, anécdotas y música sobre la despedida.
Irma Montenegro ostentaba el rango de teniente dentro del ERP y su nombre dentro de la organización era Celia, aunque muchos la recuerdan como la "Negra". "Eramos compañeras en el partido en Rosario. La recuerdo con una fortaleza muy grande, era una mujer hermosa, una morocha lindísima y su título no era poca cosa, porque fue la primera mujer responsable política de la regional", expresó a La Capital Nélida Turlione, quien militó durante aquella época y por varios años en Villa Gobernador Gálvez.
"Eran tiempos muy difíciles, estamos hablando de junio de 1977. Habíamos sufrido varias situaciones de muchísima violencia, la ciudad era un caos, podías encontrarte en cualquier esquina de la zona oeste con cadáveres. Eso ya nadie lo recuerda, pero nosotros tenemos memoria. Ella se bancó todo hasta el último momento y nos consta porque éramos muy pocos los compañeros que habíamos quedado y, por ello, más visibles. Por supuesto que había otros más, que afortunadamente no fueron detectados por la precaución y la fortaleza de la Negra", destacó.
Su preocupación: Gabriel. "La recuerdo mucho con Gabriel. Su gran preocupación era cuidar a su hijo y, por eso, cuando la situación se tornó muy densa para todos nosotros, ella decidió dejárselo a su hermano", evocó Turlione, quien en diciembre de 1977 logró exiliarse rumbo a Francia, donde vivió hasta su regreso al país en 1985. "Este es un combate más librado, con alegría, porque le sacamos los restos al enemigo", remató entre lágrimas.
Montenegro fue secuestrada por Gustavo Bueno, Jorge Pérez Blanco y Eduardo Rebecchi en la zona sur de Rosario; permaneció en el centro clandestino de detención La Calamita, en Granadero Baigorria, y fue asesinada en junio de 1977 en esta ciudad, en un simulacro de enfrentamiento conocido como la "Masacre de Las Verbenas y 9 de Julio".
Además de ella, perecieron en esta matanza Eduardo Luis Franco, Domingo Laborde, Hilda Elena Merkel Rivas, Alberto Corazza y Jorge Alberto Madeo.
En el Registro de Desaparecidos y Fallecidos (Redefa), Irma lleva el número 1.319 y figura como una ejecución sumaria.

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