viernes, 11 de julio de 2014

Fiestas clandestinas en Villa Gobernador Gálvez

La ciudad enfrenta esa problemática los fines de semana. Afirman que ocurre desde que cerraron los dos únicos boliches bailables.
La Capital | 
 Villa Gobernador Gálvez enfrenta una nueva problemática con la detección de fiestas clandestinas que se hacen los fines de semana en diversos ámbitos y que suplen ilegalmente la falta de boliches bailables para jóvenes en la ciudad.
La modalidad consiste en reuniones presuntamente "espontáneas", con organizadores no identificados y en las que se cobraría entrada. Las mismas se concretan los fines de semana en gimnasios o en casas alquiladas para tal fin y, según trascendió, se admite a menores y se expende libremente alcohol, al tiempo que no se respeta ninguna de las normas de seguridad que regulan esta actividad.
Los hechos, que se estarían sucediendo desde el cierre de los dos únicos boliches que funcionaban en la ciudad, alcanzaron estado público tras el asesinato de un joven de 17 años, luego de una de estas reuniones.
Las autoridades villagalvenses reconocieron parcialmente los hechos. En una interpelación del Concejo difundida por el flamante portal villagalvense "12noticias.com.ar", el secretario de Gobierno, Rodolfo Cavalieri, admitió ante su par del Concejo, Roberto Leiva, su conocimiento sobre la realización de esas fiestas clandestinas "que hacen las veces de boliches truchos", pero horas más tarde el secretario de Seguridad de la ciudad, José Luis Giacometti, en declaraciones a LaCapital relativizó la magnitud del problema indicando que no había datos en concreto y que sólo conocía quejas de vecinos por ruidos molestos a raíz de reuniones familiares.
Giacometti dijo además que en materia de inspecciones el municipio tiene personal que cubre áreas como Tránsito o Comercio, pero destacó que por ahora no hay personal especializado que pueda detectar estas infracciones.
En este sentido, en un video del mismo portal, Cavalieri recordó en la sesión del Legislativo que el municipio contaba para esas funciones, hasta hace pocos días, con un inspector recientemente fallecido y que fue reemplazado por personal al que se está entrenando y que asistirá a los lugares en cuestión asistido por policías.
Sin locales. Villa Gobernador Gálvez no tiene hoy boliches habilitados para los jóvenes. Según señaló Leiva a este diario. "La ciudad se quedó sin locales bailables cuando cerraron los boliches «Infinity Nigth» —donde murió asesinado el Pájaro Cantero—, y "Brújula", propiedad del Pollo Bassi, procesado como instigador del crimen de Cantero.
Si bien algunos jóvenes pueden trasladarse a Rosario o a Arroyo Seco para bailar, vastos sectores sólo pueden acceder a esas reuniones irregulares que Leiva caracterizó como los antiguos "asaltos" que se celebraban décadas atrás en casas de familia, "sólo que aquellos eran para un grupo reducido de amigos y familiares y estos reúnen a más de 200 personas".

Irregularidades.Según trascendió, en esos encuentros se venderían bebidas alcohólicas a muy bajo precio, al igual que en comercios cercanos que extienden su horario de atención. Tal como se ve en otras localidades donde se detectaron estas fiestas, la convocatoria se hace por redes sociales; el ingreso es sin restricciones y tampoco hay controles sobre el volumen de la música y los horarios. Estimaciones señalan que cada fin de semana hay por lo menos seis fiestas clandestinas en la ciudad.
En declaraciones al portal local, Leiva expresó: "En Villa Gobernador Gálvez los chicos no tienen dónde salir a divertirse; entonces se arman estas fiestas privadas en las que se cobra entrada o quizás no, sin ningún control estatal. En muchos barrios hay una total ausencia del municipio, con el peligro que esto genera.
Además, el secretario de Seguridad Comunitaria dijo: "Estamos al tanto de la existencia de estas fiestas clandestinas. Obvio, por su clandestinidad es muy difícil detectarlas; estamos trabajando para terminar con las anomalías".
Ante la consulta de 12 Noticias sobre la falta de locales, Giacometti dijo: "Si no hay boliches habilitados en la ciudad, los jóvenes tendrán que ir a Rosario o a otra ciudad, esa es la realidad", posición que fue criticada por Leiva por considerar que dificulta el control de los jóvenes y fija un criterio discriminatorio para quienes no pueden solventar sus salidas fuera de la ciudad.

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