sábado, 7 de junio de 2014

Instan a reforzar controles para bajar la transmisión madre-hijo

Afirman que en los 2 últimos años, en el país, creció el contagio vertical de sida, ya que algunas mujeres adquieren el virus durante la lactancia y lo transfieren a sus bebés, con la leche materna. En Rosario, el Promusida impulsa el test en las mujeres y sus parejas en ese período.
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Instan a reforzar controles para bajar la transmisión madre-hijo
 En el marco del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, la Red Argentina de Mujeres viviendo con VIH-sida (RAMVIHS) manifestó su deseo para que todas las mujeres “tengan acceso a la oferta del test de VIH en cualquier momento de sus vidas; que las mujeres viviendo con VIH puedan ejercer el derecho a ser madres y que las mujeres embarazadas tengan controles periódicos, también después del parto, hasta finalizar la lactancia, al igual que sus parejas”.

“Todas las mujeres tenemos derecho a decidir si queremos o no tener hijos, cuándo y cómo, incluyendo a las mujeres viviendo con VIH, aunque a veces ese derecho se vea vulnerado por diferentes actores del sistema de salud que en lugar de brindar información acerca de cómo cuidarnos, planificar el embarazo y tomar la medicación para tener una mejor calidad de vida y evitar la transmisión del VIH al bebé durante el embarazo, parto o lactancia, nos convencen de que es mejor no tener hijos”, analizó Sandra Hidalgo, directora de la RAMVIHS.

“Según los últimos datos epidemiológicos, en Argentina el 96 por ciento de las mujeres contrajeron VIH durante una relación sexual desprotegida, y se siguen notificando alrededor de 100 infecciones por transmisión vertical cada año, aunque sospechamos que hay muchas más que no son notificadas”, señaló la dirigente.

“A 30 años de la epidemia y con los avances para evitar la transmisión vertical, una mujer con VIH puede tener hijos sin transmitirle el virus a su bebé, inclusive por parto natural , haciendo el tratamiento gratuito y los controles durante el embarazo, parto y lactancia”, aseguró María Eugenia Gilligan, integrante de la Red.

En 2001 se sancionó la Ley 25.543 que obliga a todos los médicos a ofrecer el test de VIH a las embarazadas con consentimiento expreso e informado. Gilligan aseguró que “si bien esta política tuvo un fuerte impacto en la baja de la transmisión vertical, hoy es necesario redoblar esfuerzos, dado que algunos sectores se están relajando y se están produciendo nuevos casos de transmisión vertical, cuando son evitables.

En los dos últimos años, observamos que la transmisión vertical aumentó en Argentina y esto se debe a que las mujeres están adquiriendo el virus del VIH durante la lactancia y de esta manera se lo trasmiten por la leche materna a sus bebés.

“Es necesario contemplar esta situación debido a que los controles de VIH en mujeres embarazadas se realizan hasta el momento del parto y luego del mismo no se les sugiere a las madres que usen preservativo o que sigan realizándose el test de VIH, durante la lactancia. Tampoco se indica a sus parejas que continúen realizándose el test durante ese período”, concluyó Gilligan y señaló a Rosario como la ciudad del país que mejor aborda ese tema.

Informar, prevenir, asistir
Desde 1992, la secretaría de Salud Pública municipal, a través del Programa Municipal de Lucha Contra el Sida (Promusida) viene desarrollando en Rosario una intensa labor preventiva del VIH-sida en la comunidad y de apoyo asistencial para los afectados por el VIH-sida y sus familias.

Asimismo –tal como destaca la Red Argentina de Mujeres viviendo con VIH-sida– para evitar la transmisión vertical, el Programa incorporó a las campañas (antes enfocadas prioritariamente en la madre durante el embarazo y el parto) también a sus parejas.

De este modo, y a partir del conocimiento de casos de transmisión vertical del virus durante la lactancia, desde Salud Pública municipal se comenzó a sugerir paulatinamente, a las madres y a sus parejas, que siguieran efectuándose controles aún después del parto.

“Desde 2007 se incorporaron también los varones. La cartelería en los efectores públicos empezó a incluirlos como destinatarios de los mensajes y notamos una aceptación muy grande de parte de ellos”, explicó, Damián Lavarello, coordinador general del Promusida, y destacó que a partir de 2011, al informe de laboratorio de la madre, se anexó un formulario equivalente a una orden de laboratorio, con el pedido del análisis a su compañero. "Esta fue una iniciativa del bioquímico Carlos Gómez, de la secretaría de Salud Pública, que dio muy buenos resultados”, resaltó.

“De esta forma comenzamos a institucionalizar el pedido del análisis de VIH, que el sistema de salud les hace llegar a los varones como propuesta, y la respuesta fue buena –afirmó el funcionario–. Si están informados, los varones responden bien a esta iniciativa, y esa tarea es responsabilidad de los médicos, los enfermeros, los responsables de los centros de vacunación y todo el personal de Salud”.

“La principal herramienta es saber si la mujer embarazada se halla infectada por el virus VIH. Para esto, se realizan habitualmente dos controles de VIH a lo largo del embarazo y puede haber un tercero. En Rosario hemos trabajado desde Salud Pública (y lo seguimos haciendo), a través de los centros de atención primaria, hospitales y maternidades, de forma intensiva, para prevenir la transmisión madre-hijo”, asegura Lavarello.

La tarea de prevención comienza en la Salud Pública, pero se completa cuando las personas hacia las cuales está destinada, se sienten alcanzadas por el mensaje y actúan en consecuencia. En ese sentido, llegar tanto a la mujer como al varón y persuadirlos de la necesidad de realizar los controles, es vital.

“Tenemos alrededor del 50 por ciento de embarazadas con su compañero testeado. Esto no sólo es favorable para bajar la transmisión vertical del virus, sino también como una manifestación de equidad de género y responsabilidades compartidas”, dijo el especialista, y afirmó que “con las dos pruebas realizadas a la embarazada y la prueba efectuada a la madre y a su pareja durante la lactancia, se empezaron a registrar muy pocos casos de transmisión madre-hijo del VIH, en la ciudad. Esto puso en evidencia que muchas mujeres se infectaban en ese período”.

Lactancia y VIH: ¿sí o no?
Son conocidos los beneficios que contiene la leche materna en la alimentación y crecimiento del recién nacido. Los médicos la recomiendan como alimento exclusivo para el lactante hasta los 6 meses de edad, ya que contiene todos los nutrientes e inmunoglobulinas necesarios para su desarrollo saludable. Algunos, inclusive, aconsejan mantenerla como complemento alimentario hasta los 2 y hasta 3 años de vida del niño.

Sin embargo, cuando se diagnostica VIH en la embarazada, la situación es distinta y se indica no amamantar para evitar la transmisión vertical del virus al bebé.

“Hoy, cuando una mujer embarazada y con diagnóstico de VIH llega al parto con la carga viral no detectable, la posibilidad de transmisión madre-hijo está entre 1 y 2 por ciento; pero la lactancia es el nuevo problema a resolver. Nosotros no queremos obstaculizar el proceso de lactancia, que sabemos es fuertemente recomendado por los pediatras; pero si la embarazada es una persona viviendo con VIH, es recomendable que se recurra a la leche maternizada y se opte por no amamantar al bebé, a fin de evitar la transmisión del virus”, explicó el profesional.

“Para poner en práctica esta intervención, es fundamental que las madres que amamantan se realicen una prueba de VIH cada 6 meses al menos, y que se les pida, asimismo, la prueba a sus compañeros varones. Si no se testea al varón ni a la madre en la lactancia, las infecciónes por VIH de ambos son posibles por vía sexual, y luego por la leche materna se puede infectar al hijo o hija amamantado. Como todo este proceso puede pasar desapercibido, algunos de los infantes infectados por esta vía en el país, han sufrido enfermedad grave y muerte, y esto es lo que queremos evitar”, remarcó finalmente, el coordinador del Programa Municipal de Sida.

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