sábado, 22 de marzo de 2014

Colón le ganó a Tigre 1 a 0 en el Brigadier López

El único gol del partido lo convirtió Lucas Alario a los 3 minutos del primer tiempo de tiro penal. El Sabalero sigue primero en la tabla de posiciones del Torneo Final.
Diario UNO | 
Colón le ganó a Tigre 1 a 0 en el Brigadier López

 Colón volvió a dejar el alma en el campo de juego al aprovecharse de un Tigre que salió dormido, golpeó a los 3’ del primer tiempo con un penal de Lucas Alario y se aseguró terminar la fecha otra vez como puntero. En un duelo clave por la permanencia, los comandados por Diego Osella quedaron a sólo un punto del Matador en la tabla de abajo y a dos de Racing, para soñar con lograr la permanencia en Primera División.


Era el partido que había que ganar porque enfrente estaba un rival directo en la lucha mayúscula por la permanencia y, siguiendo a rajatabla su libreto, el Sabalero saltó al campo con el fin de marcar diferencias. El Matador había plasmado hasta esta altura del torneo la misma tónica que el dueño de casa: esperar y golpear de contra. Entonces era un interrogante saber cómo se podría presentar el juego con dos equipos con el mismo lema. Pero el Rojinegro fue el que impuso condiciones de entrada después de un pase quirúrgico de Lucas Alario, que vio como Martín Luque cambió de ritmo en una diagonal a toda velocidad para quedar mano a mano con Javier García, que llegó a destiempo y le cometió penal.


El encargado de ejecutarlo fue el Pipa Alario, quien la puso a la derecha del golero del Matador para establecer el primer grito –a la postre el único– del partido cuando se jugaban 3 minutos. Y además poder festejar por primera vez a casi tres años de su debut en Primera División allá por el 2011.


De ahí en más nació otro partido, ya que Colón se sintió cómodo con el resultado y se dedicó a controlar las acciones ante un Tigre que debía cambiar el plan previo por uno nuevo ante la adversidad temprana.
Tras dicho embate, lógicamente el elenco de Victoria se iba a venir en busca del empate y de la mano de su jugador más talentoso, Matías Pérez García, que 10 más tarde se hamacó en el vértice del área, dejó en el camino a Landa y sacó un zurdazo que forzó un espectacular manotazo de Montoya, que como contra San Lorenzo evitó el gol del rival. Pero fue sólo eso, ya después el Matador careció de argumentos para vulnerar a una defensa santafesina que cada vez se hacía más firme.


A todo esto, Colón no se quedó en el molde e intentó ampliar diferencias, pero con tibios atisbos. No obstante, mantuvo la rigurosidad en el desdoblarse en la marca y en el de ser solidario en cada sector. Indefectiblemente el trámite terminó cayendo en un pozo ya que ambos se prestaban la pelota.


De esta manera se extinguieron los 45’ iniciales, donde quizás lo más justo hubiese sido un empate, pero Colón volvió a ser muy efectivo y eso le permitió irse con la tranquilidad de estar al frente en el marcador.

La batalla de siempre
Causó sorpresa en más de uno, ya que Colón salió empecinado a terminar de liquidar el pleito desde el primer minuto del complemento. Incluso monopolizó el balón, que por lejos no es su virtud. Eso fue porque se dio cuenta de las limitaciones de su rival y no dudó en buscar el golpe de nocaut sin perder de vista el orden y la solidez.

El trabajo de César Meli y Ezequiel Videla fue creciendo cada vez más, factor que le daba muchos problemas al Matador, que se mostraba timorato e irresoluto pese a estar abajo en el tanteador y con tres delanteros (ingresaron Nahuelpán y Araujo para acompañar a Vitti).

El ida y vuelta era constante, típico de un enfrentamiento de dientes apretados y en donde lo que sólo importa es poner, correr y, si se puede, jugar. A raíz de eso el fútbol vistoso y lindo que justifica comprar una entrada brilló por su ausencia, pero sí estuvo la entrega de un elenco Sabalero, mentalmente envalentonado.

Colón tuvo en dos ocasiones la chance de marcar el segundo; en la primera con un mano a mano de Alario que tapó García y, en la otra, Graciani se nubló y la mandó atrás de lo carteles para el lamento de los simpatizantes. Los 5 minutos de adición, generaron tensión, pero el sonido del silbato final hizo estallar el júbilo en la gente, que le permite acrecentar todavía más su ilusión de quedarse en Primera División. Y por si fuera poco, pese a no ser la premisa, regocijarse siendo el puntero del Torneo Final.

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