sábado, 8 de marzo de 2014

COLON: EL ARTE DE CURAR - Eduardo Vega abordó todos los temas de actualidad

Eduardo Vega abordó todos los temas de actualidad. Pero además recordó su infancia y su amor por Colón.
/Diario UNO | 
EL ARTE DE CURAR

 Fue jugador de Colón, médico del plantel sabalero y en el peor momento de la institución le puso el pecho a la situación y decidió participar de las elecciones. Los socios le dieron un respaldo enorme para convertirlo en el presidente sabalero, algo con lo que jamás había soñado pero que la angustiante crisis que viene soportando la entidad rojinegra lo hizo posible. 

Eduardo Oscar Vega se puso a trabajar junto al resto de su Comisión Directiva en un club en ruinas desde todo punto de vista, que hoy sale a flote por el empeño que le ponen sus dirigentes en el día a día, lo que transpiran los jugadores y el cuerpo técnico y, obviamente, por el notable apoyo incondicional de los hinchas que dicen presente cada vez que se les pide su colaboración, tanto para sumar nuevos socios como para llenar el estadio cuando se juega de local.


Colón está puntero, pero la única tabla que miran todos es la de abajo, ya que el objetivo es mantener la categoría. El equipo continúa con el respirador artificial, pero al menos ya se advierten buenos síntomas, más allá de que el cuadro del paciente sigue siendo delicado. En un momento muy particular de la historia sabalera y en donde el club necesita de todos, los dirigentes como lo manifestaron en la campaña electoral apelan a los gestos de austeridad y bajo perfil. La contracara de lo que fue la anterior gestión que llevó a Colón al borde del abismo.


En la previa del partido ante Gimnasia, Lalo Vega se hizo un tiempo en su agenda cargada de trabajo para charlar en exclusiva con Ovación del presente, pero también de su historia personal. Anécdotas, recuerdos y vivencias formaron parte de la charla con el presidente e hincha que lleva adentro.

—Tomaron un club devastado en lo económico y con el equipo en descenso, pero de a poco la realidad se va modificando...
—La situación es complicada desde el punto de vista económico y en lo deportivo nos perjudicó mucho la pérdida de los seis puntos por la deuda con el Atlante, sumados a los tres puntos que no pudimos jugar del partido ante Atlético de Rafaela. En realidad si nos ponemos a hilar fino se trata de nueve unidades, sucede que los resultados que conseguimos en estas fechas hace que uno esté un poquito más tranquilo. Pero sin perder de vista que nuestro único objetivo es salvarnos del descenso, más allá de los nueve puntos que perdimos y que heredamos como consecuencia de la crisis intitucional que soportamos cuando nos hicimos cargo del club.

-Más allá de la lucha que van a encarar para recuperar los seis puntos, ¿cómo observás el panorama?
—En pleno proceso electoral dijimos que no hay una proporcionalidad entre la sanción económica y la deportiva. Cuando hay una cuestión económica la sanción debe ser económica y cuando existe una cuestión deportiva la sanción debe ser de la misma índole, al menos eso es lo que pensamos nosotros. Vamos a tratar de plasmarlos en algunos descargos que vamos a realizar, siempre uno tiene derecho a presentar su descargo y después una Comisión de FIFA interpretará si corresponde o no que nos devuelvan los seis puntos.

—Imagino que ni el más optimista de los hinchas pensaba que al término de la 6ª fecha Colón iba a ser el único puntero del campeonato...
—La verdad que nadie hubiese pensado esta situación a esta altura del torneo. Pero nosotros casi que no observamos la tabla de arriba porque miramos el campeonato pequeño con aquellos cinco o seis que están en iguales condiciones que nosotros y no en la tabla global.

—Fuiste a buscar a Diego Osella cuando no era muy conocido para el ambiente futbolístico y encima en una situación límite. ¿Porqué optaste por su contratación cuando sonaban otros nombres con más trayectoria?
—Nadie nace con experiencia, se va acumulando con el transcurrir de la vida, por lo cual no significa que aquella persona que tenga más experiencia tendrá mayor capacidad. Diego (Osella) conoce todas las divisionales y además el 100% del plantel, por lo cual quien más que él para aprovechar las cualidades del plantel con el que podíamos contar. En ningún momento tuve dudas de la decisión, porque ningún entrenador con chapa te garantizaba salvarte del descenso y por eso apostamos a luchar dignamente para revertir una situación terriblemente complicada, que por otra parte lo sigue siendo, pero al menos tenemos el aval de algunos resultados deportivos.

—¿Qué se puede decir del hincha que en estos momentos es vital para la recuperación del club y que da la sensación que recuperó aquella mística histórica de Colón?
—Lo que uno observó en los últimos partidos es la verdadera esencia del hincha de Colón, que la gente participe y disfrute del momento, porque dentro de la cancha se plasma la humildad de la que nunca tuvimos que habernos alejado.

—¿Cómo nace este amor por Colón?
—Fue hace muchísimo tiempo y tiene que ver con un matrimonio que ya falleció, que vivían al lado de mi casa y no tenían hijos. El hombre era ferroviario y su esposa docente, en aquel momento Colón estaba en la “C”, te puedo hablar de equipos como Barracas Central, Deportivo Riestra, Argentino de Quilmes y esta persona al ser ferroviario tenía pasajes y entonces viajábamos en coche camarote. En aquella época en esas canchas había animales alrededor como por ejemplo chivos, y chicos que jugaban al lado. Te estoy hablando de antes de 1965, porque cuando Colón ascendió en ese año estuve en la cancha ante Nueva Chicago en la última fecha, más allá de que el ascenso se había concretado antes en la cancha de Atlanta.

—¿Con quién venías a la cancha?
—Me traía esa persona que se llamaba Miguel Gaitán, porque yo nací al lado de su casa, era amigo de mi mamá, así que fue él quien me metió el bichito para ser hincha de Colón desde muy chiquito cuando el club estaba en la “C” y transitando por canchas que ni me acuerdo donde quedaban. Una divisional que en aquel momento era casi la más baja del fútbol argentino.

—¿En qué barrio naciste y te criaste antes de comenzar con los estudios y la profesión de futbolista?
—Nací en el mismo barrio en el que ahora vivo que es Sargento Cabral, la primaria la hice en una escuela muy pequeña de la costanera que en aquel momento era la 384 y que hace un par de años celebró los 50 años de vida. Pero todos mis compañeros del barrio iban a la escuela Drago, ubicada en General Paz entre Salvador Carril y Regis Martínez. Justamente el motivo de ir a esa escuela estaba dado en que la vecina era docente allí. Por eso me iba en bicicleta soportando las heladas, ya que por esa zona había muchos terrenos baldíos, por lo que casi participé del inicio de ese barrio y sigo viviendo allí.

—¿Y la secundaria dónde la hiciste?
—La hice en el querido colegio Nacional Simón de Iriondo que en ese momento tenía un plantel de profesores increíbles. Ese grupo que finalizó 5º año en un porcentaje muy alto pudo alcanzar objetivos de alguna profesión y con algunos de ellos nos seguimos viendo. Es un recuerdo muy lindo de esa etapa de mi vida.

—¿Cómo fue alternar los estudios de medicina en Rosario con la actividad futbolística?
—Yo jugué al fútbol porque me gustó siempre, en aquel momento yo estudiaba en Rosario y venía los fines de semana a Santa Fe a jugar para el club Pucará. Y un día a finales de julio de 1976 llegó a casa y veo que había mucha gente. En ese momento pensé que había sucedido algo, ya que no era tan fácil comunicarse. Sin embargo la noticia era que Colón había comprado mi pase que pertenecía a Pucará. Entonces dije “me voy a dar un gusto”, llegué al club, me llevaron a la primera pretemporada que fue un sacrificio enorme ya que estaba acostumbrado a otro tipo de vida. El técnico era Pizzutti y el primer partido ante Ferro lo jugué en Tercera División e hice dos goles. Al siguiente partido fui al banco de suplentes, entré en el segundo tiempo y tuve la suerte de marcar un gol ante Central Norte de Salta que nos permitió obtener un buen resultado. En el año 1977 ya fui titular, pero no fue la mejor etapa de mi vida, porque en mi casa había un sufrimiento especial ya que me había alejado de los estudios, pero sabiendo que los iba a retomar en algún momento. Mi mamá sufría porque yo jamás le dije que iba a volver a estudiar, por eso cuando dejé de jugar seguí estudiando. Por suerte me recibí como médico y mi mamá estaba viva, lo cual fue una satisfacción enorme. Jugué dos años en Colón y uno en Atlanta, no disfruté del profesionalismo pero me di un gusto.

—¿Qué significa Colón en tu vida?
—La pasión, así como hay distintos aspectos de la vida de uno como las amistades y el desarrollo profesional, Colón es una pasión que no tiene explicación y que va más allá de algunos sentimientos, porque en política podés ver que los dirigentes se cambian de partidos. Pero la pasión que en este caso se siente por Colón no se cambia jamás.


—¿Tu familia fue determinante para involucrarte en la vida política de Colón?
—En mi casa somos cuatro contando a mi señora y mis dos hijos y el resultado final fue 3 a 1 (risas) a la hora de contar el apoyo para que sea candidato. Por eso a partir del apoyo de mis hijos estamos revirtiendo lentamente ese voto negativo. Mi esposa no estaba convencida, te diría que hasta hace muy poco, pero de a poquito se va relajando. Teníamos una contra grande en casa, hubo tres votos positivos y un no positivo de mi señora (sonríe).

—¿Cómo se combina el trabajo como médico y presidente de Colón?
—Disminuí un poco la cantidad de trabajo, más allá de que necesito trabajar de mi profesión que es de lo que vivo, ya que la labor de dirigente es totalmente ad honorem, por el momento lo llevo bien. Pero en esta comisión directiva somos 42 personas y todos tenemos una participación activa, es circunstancial que yo sea el presidente. No queremos que la responsabilidad caiga en una persona.

—¿Existe alguna promesa personal en caso de que el equipo quede en Primera?
—No, pero sería darle rienda suelta a la alegría, cuando nosotros ganamos las elecciones dijimos que no había nada para festejar, porque no llegamos en un momento normal. La realidad indica que nosotros no deberíamos estar en estos momentos presidiendo el club. No estamos por gusto, sino por necesidad y urgencia.
 

—Si Colón se salva ¿quedás en la historia? 
—No es mi idea quedar en la historia, pero si sería una alegría colaborar para que Colón siga en Primera. Se podría tratar de una hazaña, porque nos dejaron en zona de descenso. Es algo que no debemos olvidar, sobre todo por esos nueve puntos que nos sacaron, hago más hincapié en eso, que en el desastre económico. Sería una alegría enorme para todos seguir en la A.

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