RECORRER LAS GÓNDOLAS Y HACER CÁLCULOS, BUSCAR LAS OFERTAS Y DESCUENTOS, ESPERAR EL DÍA DESIGNADO PARA LAS REBAJAS DE TAL O CUAL TARJETA, COMPRAR CIERTAS COSAS EN UN LUGAR Y LUEGO IR HACIA OTRO PARA ADQUIRIR OTRAS, SON ALGUNAS DE LAS INNUMERABLES ESTRATEGIAS A LAS QUE RECURREN LOS CIUDADANOS CUANDO NECESITAN SALIR DE COMPRAS.
Nadie quiere hablar de aumentos, pérdida de valor monetario, ni mucho menos escuchar mencionar la palabra “inflación”, pero cuando se sale de compras con el billete de mayor denominación de la Argentina: el de $100, la realidad demuestra que el mismo pierde su valor día a día y entonces ya no importan los conceptos antes mencionados, la devaluación del dólar o las especulaciones latentes, lo único que los santafesinos buscan es lograr que ese “lila” se estire como un chicle y alcance para adquirir lo que se pretende.
Recorrer las góndolas y hacer cálculos, buscar las ofertas y descuentos, esperar el día designado para las rebajas de tal o cual tarjeta, comprar ciertas cosas en un lugar y luego ir hacia otro para adquirir otras, son algunas de las innumerables estrategias a las que recurren los ciudadanos cuando necesitan salir de compras; sobre todo después de los anuncios de las últimas medidas económicas implementadas por el Gobierno Nacional que repercutieron con cambios de precios en distintos rubros.
En el supermercado, las pilcherías, lugares de entretenimiento o casas de electrodomésticos, un Roca o Eva Perón alcanzan para poco o, mejor dicho, para nada.
En el súper, por ejemplo, los $100 logran amortizarse más si los productos que se eligen no son perecederos y se evitan las primeras marcas. Para demostrarlo, Diario UNO salió de compras y teniendo en cuenta lo antes mencionado y buscando un equilibrio entre calidad y precio logró adquirir nueve artículos (la mayoría de ellos incluidos en la canasta básica), aunque precisó sumar un poco más de $4 a la compra.
Un paquete de arroz, una caja de huevos blancos por seis unidades, una lata de choclos y otra de arvejas (están contemplados pero en su versión seca), un paquete de fideos y otro de galletitas dulces, un queso rallado, un aceite de mezcla y un kilo de yerba fueron los elementos que se sumaron a la lista. Podrían ser otros, pero el número de artículos no variaría demasiado.
En las carnicerías, a su vez, el mismo monto –aunque pueden sobrar algunos pesos– alcanza para comprar sólo un kilo de cortes básicos como costeleta, lomo, nalga y jamón redondo, teniendo en cuenta que en los últimos días la mayoría de los comercios debió subir el precio de sus productos por el incremento de la hacienda en pie (hasta un 20 %, dependiendo del corte).
Por su parte, las verdulerías, que también debieron modificar sus costos en los últimos días, se muestran más auspiciosas en cuanto a cantidad de artículos que se adquieren a cambio del mismo billete: se pueden comprar hasta cinco kilos de distintos productos, mezclando entre verduras y frutas.
Del mismo modo, si lo que se pretende es comprar ropa y sólo se tiene un Roca o Eva Perón se estará frente a un problema, sobre todo si se busca indumentaria masculina. Asimismo, si el plan es salir al cine, por ejemplo, el billete no será suficiente si la salida es en pareja y mucho menos si se pretende comprar algo para comer o beber mientras se disfruta del filme.
Si de igual manera el objetivo es comprar un insumo tecnológico o un accesorio para el hogar, los números tampoco serán positivos, ya que para comprar cualquiera de esos artículos es necesario acumular varios billetes de $100 juntos.
En síntesis, no importa el sector o las preferencias, si se habla de algo básico o de “lujo”, los $100 cada vez valen menos o los productos y servicios más. La cosa es que los malabares caseros parecen ya no ser suficientes en torno a la perdurabilidad de la moneda de mayor valor de circulación del país, y por eso son cada vez más los santafesinos que salen a recorrer, preguntar y comparar, tal como lo aconsejó públicamente hace unos días el director municipal de la oficina de Derecho Ciudadano, Franco Ponce de León, quien afirmó: “El valor más importante que tenemos como consumidores es ver qué hacemos y a quién le entregamos nuestro dinero”, dejando en claro que las estrategias deben ser el fuerte del comprador a la hora de pensar en conservar sus pesos.
Diario Uno
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