sábado, 8 de febrero de 2014

ROSARIO; Dos policías fueron improvisados parteros en barrio La Cerámica

Ayudaron a una mujer a dar a luz a una beba que no esperó hasta llegar al hospital. "Situaciones como éstas te llenan de orgullo", dijeron los agentes policiales. La pequeña está en buen estado de salud.
La Capital | 
Dos policías fueron improvisados parteros en barrio La Cerámica

 Dos policías del Comando Radioeléctrico se convirtieron ayer en improvisados parteros y ayudaron a traer al mundo a una beba en el corazón del barrio La Cerámica. La pequeña pesó 2,900 kilos y está en prefecto estado de salud en el Policlínico Eva Perón, de Granadero Baigorria.
Lo que había comenzado tres horas antes como otra guardia de rutina mutó drásticamente cerca de las nueve de la mañana. Fue en ese momento cuando Cecilia Romero y Walter Fernández recibieron un llamado en la radio del patrullero que los alertó de que en calle Unión al 1600 había una mujer en trabajo de parto.
"Cuando llegamos el alboroto era enorme. Entramos a la casa y encontramos a la mujer en la pieza. Ya estaba en trabajo de parto. La acompañaba la mamá y ya tenía la cabeza del bebé prácticamente afuera", recordó Cecilia horas después, más tranquila y muy contenta por haber podido asistir a la parturienta junto con Walter.
"Al ver ese panorama lo que hicimos fue higienizarnos, tomar unas toallas y ayudar a la mamá para que pudiera pujar y que saliera el bebé. Una vez que salió lo arropamos bien con toallas para mantenerlo caliente. Por suerte salió todo bien. Unos minutos más tarde llegó la ambulancia del Sies, constató que la criatura no tenía problemas y trasladaron a ambos al hospital", remarcó.
Cecilia no dudó en subrayar que "vivir situaciones así realmente te llena de emoción y orgullo. Vos no te lo esperás. Cuando recibimos el llamado del 911 jamás pensamos que al parto lo íbamos a terminar asistiendo nosotros, pero la verdad es que fue hermoso", señaló.
Pura vocación. Tanto ella como su compañero nunca habían estado en una situación así.
Cecilia se unió a la fuerza policial hace tres años y Walter dos. Ella tiene 29 años y dos hijas pequeñas, de 3 y 5. El, 25.
Por trabajar en el Comando Radioeléctrico suelen codearse a diario con situaciones de extrema violencia y vulnerabilidad social. Por eso la experiencia de ayer fue para ellos gratificante.
"La verdad es que vivir situaciones así te llenan. Te dan fuerzas y mucho orgullo", dijo Cecilia quien, al igual que Walter, está "enamorada" de su profesión.
La pequeña y su mamá fueron llevadas por una ambulancia del Sies al hospital Eva Perón.
En ese efector destacaron que la beba pesó 2,900 kilos y nació tras un parto a término, con 39 semanas de gestación.
No obstante, remarcaron que la madre casi no se había hecho controles a lo largo de todo el embarazo.
efectos del temporal
Un rayo les destruyó la casa y se quedaron en la calle
La fuerte tormenta eléctrica que se abatió sobre Rosario durante la madrugada del jueves dejó su huella más dolorosa en la zona norte de la ciudad, donde un rayo cayó sobre una precaria vivienda y la destruyó. Por fortuna no hubo que lamentar víctimas fatales, ya que al momento del siniestro no había nadie en la casa, pero las pérdidas materiales fueron totales.
Según narraron los vecinos, el incendio de la vivienda se desató entre las tres y las cuatro de la madrugada del jueves, cuando una fuerte tormenta eléctrica se abatía sobre la ciudad.
La vivienda está ubicada en la intersección de las calles Paunero y Fontana (zona de Baigorria y Circunvalación) y era el humilde lugar en el que hasta ese día vivieron Yanina, José Luis y sus cuatro hijos de 13, 11, 5 y 4 años.
Yanina está embarazada y la tarde anterior al siniestro había ido junto a su marido a una consulta con su médico. Los cuatro chicos se habían quedado en la casa del abuelo mientras ellos iban al hospital, pero al regresar, y debido a las intensas lluvias, toda la familia optó por quedarse a dormir allí. Esa decisión les salvó la vida. A varias cuadras de ese lugar un rayó cayó sobre su casa y la destruyó por completo.
La casilla de madera ardió rápidamente y desde ese día esta familia no tiene absolutamente nada. Viven en la casa de una vecina y piden a quienes puedan ayudarlos que les den una mano.

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