Las entidades que impulsan el proyecto que obliga a respetar el descanso dominical de los empleados de comercio se reunieron ayer con media docena de senadores provinciales del justicialismo, que se comprometieron a iniciar la discusión de la iniciativa en la primera semana de noviembre.
La Capital |
El proyecto de regulación de horarios y descanso dominical y feriados nacionales establece el cierre obligatorio en el territorio de la provincia de los comercios que tengan empleados, y que no estén contemplados en la larga lista de excepciones que contiene la norma. Tras la votación en Diputados, algunas entidades empresariales, el gobernador y los intendentes de Rosario y Santa Fe, así como algunos senadores, expusieron sus prevenciones con el argumento de que podría afectar el empleo y el turismo.
Silvana Crocci, prosecretaria del gremio mercantil, contó que durante el encuentro con los senadores, despejaron totalmente esas dudas. "Les explicamos que es mentira que se vayan a perder puestos de trabajo porque los empleados que trabajan los domingos son los mismos que los del resto de la semana", señaló. Por el contrario, expresó, "lo que queremos es que nos devuelvan el día que nos expropió Cavallo".
Recordó además que la regulación del horario comercial viene de hace muchos años, por lo que "no es verdad que haya sido votada en Diputados con poca discusión previa". Aclaró que la normativa no avanza sobre cuestiones que competen a la legislación nacional ya que se trata de una regulación de horarios comerciales. "A ese respecto hay un proyecto en el Congreso nacional, que presentó el senador Rubén Giustiniani, que modifica artículos de la ley de contrato de trabajo", dijo.
Los representantes de las entidades que se reunieron con los legisladores santafesinos se llevaron el compromiso de que los senadores provinciales tratarán el tema a partir de noviembre.
El proyecto obliga a los establecimientos comerciales y de servicios de toda la provincia a permanecer cerrados los domingos y feriados nacionales.
La propuesta incluye excepciones. Podrán abrir los domingos los establecimientos comerciales que sean atendidos por sus dueños.
También los que presten servicios esenciales como salud, transporte, hotelería, telecomunicaciones y venta de combustibles. Y los que tengan como actividad principal la venta de pan, pastelería, repostería, heladería y comidas preparadas. Los restaurantes, bares, videoclubes, florerías y esparcimiento (teatro, cines, juegos infantiles, circos y otros) podrán abrir, igual que los mercados de concentración de alimentos.
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