viernes, 5 de julio de 2013

STA FE: Según un informe del Ministerio de Salud bajó la fecundidad

El relevamiento realizado entre 2001 y 2010 muestra la disminución de la tasa de nacimientos en efectores públicos de la provincia, aún después de la entrada en vigencia de la Asignación Universal por Hijo y por Embarazo. También bajó la cifra de egresos por abortos. Según especialistas, la política en salud reproductiva es una de las causas del fenómeno.

Según un informe del Ministerio de Salud bajó la fecundidad

 La tasa de fecundidad (número de nacimientos que se da por cada mil mujeres en edad reproductiva) exhibe un ritmo decreciente en el territorio provincial. Esta característica empezó a delinearse a partir de 2004, según un informe elaborado por el Ministerio de Salud de Santa Fe, y la pendiente continuó en 2011 y 2012, incluso tras la puesta en marcha, en 2009, de la Asignación Universal por Hijo, y en 2011, de la Asignación por Embarazo. En cambio, en Rosario, a excepción del año 2002, la tasa presentó una tendencia al aumento.

Un estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) reveló en 2011 que Argentina tiene un promedio de 2,4 hijos por mujer, es decir la tasa más baja de su historia. Según ese informe, las mujeres argentinas tienen cada vez menos hijos y el fenómeno se refleja también en la provincia de Santa Fe, donde la Tasa de Fecundidad General (TFG) va en descenso.

La Sala de Situación de Salud de la cartera sanitaria de la provincia elaboró un informe en base a indicadores propios, sobre Evolución de la fecundidad y egresos por aborto, en el Departamento Rosario y en la provincia en general, en el período comprendido entre 2001 y 2010. “El relevamiento, cuyos resultados aún no tabulados mantienen la misma tendencia en 2011 y 2012, tiene a finalidad de conocer el perfil reproductivo de las mujeres que acceden a los efectores púbicos de la provincia”, explicó en diálogo con el programa A la vuelta (Radio 2), el director provincial de Políticas de Género e Interculturalidad en Salud, Daniel Teppaz.

Uno de los datos significativos que se desprende del informe es que la tendencia decreciente en la Tasa de Fecundidad que se observa a partir de 2004 en Santa Fe, se mantuvo aún tras la implementación (en 2009) de la Asignación Universal por Hijo, un beneficio social que el Estado nacional otorga a desocupados (u ocupados pero sin registrarse formalmente) por cada hijo menor de 18 años. E incluso se mantuvo en el último año, luego de la entrada en vigencia de la Asignación Universal por Embarazo, una ayuda económica que se abona mensualmente a las mujeres que no cuenten con obra social, embarazadas desde la semana 12 de gestación hasta el nacimiento o interrupción del embarazo.

De acuerdo al informe, la Tasa Fecundidad General (TFG) en provincia de Santa Fe presentó una disminución promedio de 434 nacimientos por cada 1000 mujeres por cada año, y alcanzó en 2008, 58,16%; en 2009, 56,30% y en 2010, 55,69, con una tendencia similar desde entonces.

Las cifras de Santa Fe contradicen las afirmaciones de algunos sectores sociales que cuestionan las mencionadas asignaciones, argumentando que las mujeres más humildes tienen más hijos con el objetivo de acceder a la ayuda estatal.
“Es evidente que las mujeres de los sectores más desfavorecidos económicamente, que se atienden en los efectores públicos y que acceden a ayuda social, no han optado por tener más hijos para acceder a los planes. Los datos en la provincia de Santa Fe desmienten que las mujeres busquen embarazos para obtener dinero”, afirmó Teppaz y remarcó que “estas son consignas que desmerecen la condición de las mujeres y la posibilidad de pensar y decidir que ellas tienen”.

“En principio, parecería que las mujeres están optando más por métodos anticonceptivos y por espaciar los nacimientos –señaló el funcionario–, las pendientes de descenso varían según las edades y puede observarse que las que más descendieron tanto en tasa de natalidad como en tasa de abortos, a partir de 2006, son las mujeres entre 20 y 49 años. Entre 2007 y 2008, el descenso empezó a notarse en la franja de mujeres entre 15 y 19 años, y entre 2008 y 2009, la tasa comenzó a descender en las niñas menores de 14 años”, precisó.

Según el informe, en consonancia con la disminución de los nacimientos que se viene registrando en el sistema público, a partir de 2003, comenzó a registrarse (casi en espejo) un aumento de nacimientos en el sector privado. “Este indicador podría interpretarse como una consecuencia del aumento de personas que cuentan con obra social, lo cual a su vez, puede relacionarse con el aumento del trabajo en blanco en la provincia”, dijo el funcionario de Salud.

Las cifras del departamento Rosario se diferencian de la provincia en general, y excepto el año 2002, la tasa mostró una tendencia al aumento. En el año 2008 se ubicó en 58%; en 2009, en 56,17% y en 2010, en 57,49%, “presentando un aumento promedio de 797 nacimientos por cada 1000 mujeres por cada año”.
Aborto no punible
El informe de la provincia señala que dado que el Código Penal contempla, en su artículo 861, las situaciones de aborto no punible, los equipos de salud deben garantizar la atención integral a fin de eliminar toda posibilidad de prácticas inseguras de interrupción de embarazos. De allí, la necesidad de contar con información que dé cuenta de la situación actual de las mujeres que necesitan interrumpir su embarazo de manera segura.

Teppaz señala que “el relevamiento de la provincia permite comprobar un descenso en los egresos por abortos (cociente entre los egresos por esta causa y los nacidos vivos, en efectores públicos). La tasa comenzó a bajar desde 2007. El año anterior, en Rosario, el porcentaje de egresos por abortos se ubicó en 11,34% y siguió una pendiente descendente que se reflejó año tras año, hasta el último registro tabulado de 2010, con 7,08%”.

“En Santa Fe, la baja continua también se notó a partir del mismo año. Mientras que en 2006 registró 12,6%, en 2010 se ubicó en 8,10%”, afirmó el funcionario.

La tendencia decreciente se observa en todos los grupos etáreos, tanto en hospitales del Departamento como de toda la provincia, pero con diferencias respecto del año de su inicio. En la franja etárea de jóvenes menores de 14 años (“niñas”), los egresos por abortos comenzaron a disminuir en 2008; para las “adolescentes” (15 a 19 años), en 2007 y para los grupos de 20 a 34 y 35 a 49, la disminución comenzó en 2006.

“Este es un indicador aproximado, ya que lo sacamos de los registros de internación por esta causa”, dice Teppaz, y explica que “el hecho de que las mujeres se internen menos por este motivo no significa, necesariamente, que haya menos mujeres que recurran a la interrupción del embarazo; pero sí habla de que las mujeres son más independientes a la hora de resolver estas situaciones, o no requieren internaciones porque lo resuelven en forma ambulatoria en los servicios médicos”.

“De todos modos –destaca– parecería que el número de abortos que se producen en forma clandestina siguen disminuyendo, y si se producen, los métodos a los que acceden las mujeres son más seguros, porque hay menor cantidad de abortos que se internan con complicaciones”.

Las políticas de Salud Reproductiva
Teppaz destaca que en 2009, cuando se plantearon las políticas de salud reproductiva en la provincia, “se procuró formar a los servicios de salud para que hagan su trabajo sin castigar ni acusar a las mujeres que concurran a los hospitales por aborto, porque se concideraba una violación del secreto profesional. Esto hizo que las mujeres concurrieran con mayor confianza y en forma anticipada a los servicios de salud y evitaran muchas complicaciones y riesgos”.

Además, el profesional resalta “la participación que tuvieron y tienen los movimientos de mujeres en la creación del sentido de derecho y cómo han informado al resto de las mujeres sobre sus derechos y de las posibilidades con que cuentan ante situaciones de interrupción del embarazo. Sin dudas –aseveró– todo este trabajo ha alejado a las mujeres de situacioes de mayor riesgo”.

Embarazo adolescente, un caso especial
Cuando se observan las cifras, puede notarse que hay un aumento del porcentaje de madres adolescentes, pero según el especialista, este fenómeno no puede vincularse de modo alguno con el interés de las jóvenes por acceder a algún tipo de ayuda social. “Las adolescentes no se manejan con parámetros de asignación o de subsidios que puedan recibir. En su caso –afirma– las razones del embarazo son otras. Hace unos años –recordó– se hizo un estudio en Rosario sobre las adolescentes que iban a parir y se comprobó que 6 de cada 10 jóvenes conocían los métodos anticonceptivos y aún así habían decidido tener un hijo".

“Deberíamos ver desde qué punto de vista se analiza el tema para entender por qué las adolescentes de algunos sectores sociales eligen tener un hijo como proyecto de vida, algo que no se da en otros sectores. Las situaciones son mucho más complejas de lo que parecen y no se pueden hacer lecturas lineales que llevan a conclusiones falaces”, enfatizó Teppaz.

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