VENTA AL PÚBLICO. UN 10% DEL PAN QUE VENDE CADA NEGOCIO SERÁ COMERCIALIZADO A PRECIO SUBSIDIADO. (JOSÉ BUSIEMI)
Representantes de panaderos de todo el país y de la industria molinera nacional llegaron a una acuerdo “de palabra” ayer para congelar el precio de la harina a los valores de la semana pasada al menos hasta fin de año, con el objetivo de frenar el alza de ese insumo clave, que desde enero hasta junio subió alrededor de 250%.
El acuerdo incluye además la condición para la industria de entregar mensualmente a cada uno de sus clientes un 10% de harina subsidiada a un precio de 150 pesos más impuestos la bolsa de 150 kilos (que hoy cuesta unos 260 pesos), que se usará para fabricar un “pan social” que costará diez pesos el kilo (contra 16/20 del “pan común”) y que tendrá la forma de un pan francés de 5 piezas.
El pan a diez pesos tendrá la particularidad de ser la primera iniciativa de alimentos subsidiados con aval gubernamental en tener alcance federal, ya que el convenio entre panaderos y molineros se aplicará en todas las provincias.
Así lo explicó Gerardo Di Cosco, el titular de la Asociación Industrial Panaderos de Rosario, quien participó junto a delegados de 17 provincias del encuentro mantenido durante casi cuatro horas en la sede porteña de la Federación Argentina de la Industria del Pan (Faipa).
Según relató el dirigente, a la reunión se sumó también Diego Cifarelli, el presidente ejecutivo de la Federación Argentina de la Industria Molinera, quien informó a los panaderos sobre reuniones previas que la industria había mantenido con la Secretaría de Comercio Interior que comanda Guillermo Moreno.
“Llegamos a un acuerdo de palabra que incluye precios congelados para la harina y un 10% de mercadería a precio subsidiado para fabricar el pan social”, dijo Di Cosco, quien aclaró que si alguna de estas dos condiciones no se cumple el acuerdo se cae de manera inmediata.
“Se aceptó bajo esas condiciones, que no nos aumenten el resto y que se entregue la mercadería de manera efectiva”.
La idea de los panaderos es empezar a fabricar el “pan social” lo más rápido posible, y si bien no se habló de una fecha en particular Di Cosco puntualizó que no puede pasar “de fin de esta semana o principios de la que viene”, para no dejar a ninguna franja de la población sin ese alimento.
El dirigente dijo también que los molinos “ya están todos informados sobre esta operación”, así como el Gobierno, que si bien no participó de manera formal en la reunión de ayer, sí había mantenido encuentros con los molineros durante la semana pasada para presionarlos a desprenderse de mercadería.
A pesar de haber conseguido acordar, Di Cosco afirmó que se trata de “un parche” que permite llegar hasta diciembre, cuando finalice la cosecha del trigo nuevo.
“El problema no es que no haya trigo, sino que los exportadores lo venden a un precio que es demasiado elevado”, aseguró el dirigente.
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