domingo, 30 de junio de 2013

SANTA FE: “La presión social es lo único que va a movilizar a la Justicia”

El papá de Melina Monzón dijo que el martes, a las 13, realizarán una concentración frente a Casa de Gobierno. Los acompañó la mamá de Daiana Ruiz, asesinada en 2008. Las chicas eran amigas.


Ayer al mediodía, era muy poco lo que se decían en el velatorio de Melina Monzón, la joven quemada el 1 de abril, que falleció el viernes a la mañana, luego de tres meses de agonía. Las palabras estaban de más, y sólo los abrazos eran de reparo de los familiares de la joven de 26 años, que batalló las heridas de fuego que lastimaron el 80 por ciento de su cuerpo. Cargado de dolor y de rabia, Juan, el papá de Melina, se desahogó: “Se me fue mi hija, lo único que me queda ahora, es que se haga justicia”.

Él fue el único integrante de la familia que sorteó el dolor para hablar con la prensa. “Necesito que se hable de la muerte de mi hija, por más que a mí me sea tan difícil hacerlo, porque creo que es la presión social lo único que va a movilizar a la Justicia”, sostuvo en referencia a la investigación que encabezó la jueza de instrucción penal, Susana Luna, quien dictó la falta de mérito para José Silva, el novio de Melina, la única persona que estaba con ella aquella trágica mañana.

“El fiscal (Gerardo Alesso) vino muchas veces a ver a Melina cuando estaba internada. La jueza, en cambio, no vino nunca. Jamás se acercó a hablar con nosotros, no me aceptó a mí como querellante, y de esa manera nos negó acceso al expediente. ¿Qué tiene que hacer un padre para ser oído en la Justicia santafesina?”, cuestionó.

Para ayudarlo en su reclamo, desde el 1 de abril, estuvo a su lado Carmen Valpondi. “Ella es una de las pocas personas que hoy puede comprender lo que sentimos”, dijo Juan. Es que Carmen encabezó desde el 30 de mayo de 2008 una lucha similar a la de Juan: su hija, Daiana Ruiz, de 21 años, fue asesinada en un intento de robo en barrio La Florida, cuando regresaba del trabajo a su casa.
Pero eso no es lo único que los une. Además, cuando eran pequeñas, Melina y Daiana eran íntimas amigas. “En la casa de Melina era el único lugar donde la dejábamos a Daiana quedarse a dormir”, contó Carmen y recordó anécdotas de cuando las chicas eran niñas.

Al lado de Juan, Carmen coincidió en que la persecución de Justicia no es fácil, ni mucho menos automática. Y los recuerdos, pasaron de Melina y Daiana a los innumerables nombres que hoy están en la memoria colectiva de los santafesinos.

“Lamentablemente, los padres que pierden a sus hijos, no pueden solamente llorarlos. Tienen que perseguir a los jueces, a los fiscales, a la policía, a los investigadores, a los secretarios, a la gente de mesa de entrada, para que respondan y no se olviden del caso. Para que el expediente no quede archivado en un cajón. Esa frase, que uno siempre escucha decir a los familiares de víctimas no es un discurso armado porque sí. Es una realidad”, subrayó la mujer.

Un año después de la muerte de Daiana, el juez de sentencia Enrique Álvarez condenó a prisión perpetua a Ariel Sánchez, como autor material de homicidio doblemente calificado, criminis causae (para ocultar otro delito) y por la utilización de arma de fuego. Sánchez, cumple hoy cumple su condena en la cárcel de Coronda.

“Cuando salgas de acá” 
Durante los casi tres meses que Melina estuvo internada, tuvo momentos de mejoría que habían cargado de esperanzas a su familia. Hacía casi 20 días que había sido trasladada a la unidad de quemados. Un poquito podía hablar. En ese tiempo, Nadia, la hermana de Daiana Ruiz la había ido a visitar y habían hecho planes para el futuro: “«cuando salgas de acá, ponemos un local de ropa»”, le dijo Nadia a Melina, fue una de las últimas veces que hablaron”, recordó Carmen.

“Melina estaba muy dolida en todo sentido, físicamente y psicológicamente, por verse el cuerpo tan lastimado. Cuando se dio cuenta que le habían amputado una pierna, lloraba pensaba en cómo iba a poder cuidar a Almita, su hija”, contó Juan. “La nena ahora va a vivir con su papá. Anoche vino y le trajo de regalo una flor”, nos partió el corazón. Pero verla crecer es lo único que nos va a mantener con vida”, agregó.

Detalles que suman
Y Carmen volvió sobre un detalle de la frase de Juan: “Melina pierde la pierna porque Silva la hace caminar tres cuadras hasta la comisaría. Esto lo dijeron los médicos. Fueron muy claros. Él podría haber pedido ayuda, podría haberle avisado a Juan, y no lo hizo. Además, tenía las manos quemadas y Melina no. Y por último, por otro caso que me tocó de cerca, puedo asegurar que una persona quemada no puede hablar. Es imposible que Melina haya dicho que fue un accidente. Tal vez, cada una de estas cuestiones sea un detalles. Pero suman, y tienen que ser investigadas”.

Tanto la apelación del fiscal a la excarcelación de Silva como la apelación del abogado de la familia Monzón, para poder actuar como querellantes, están en la Cámara de Apelaciones, pendiente de resolución. “Hace más de un mes que fueron presentadas, esperamos que pronto den una respuesta”, concluyó el papá de la joven.

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