sábado, 1 de junio de 2013

ROSARIO: whiskería La Rosa "Hay documentos que sostienen la imputación de explotación sexual"

La jueza Alejandra Rodenas, que detuvo al dueño del cabaret La Rosa, Juan "Indio Blanco" Cabrera. Dijo que hay más de un indicio sobre la ilegalidad de lo que allí se hacía.
La Capital | 

 La jueza que investiga el cierre de la whiskería La Rosa dejó en claro que el dueño del local seguirá detenido acusado de "facilitamiento de la prostitución con fines de lucro y proxenetismo", y dijo que no resulta relevante el hecho de la conexión física que pudiera existir entre el local y un hotel alojamiento lindero. "No se puede circunscribir todo a una puerta. Hay otros elementos más importantes para probar que su dueño pudo sacar provecho económico de los servicios sexuales que prestaban las mujeres que trabajaban allí", remarcó la jueza Alejandra Rodenas.
Además de las controversias entre el Concejo —se pidieron informes sobre las más de 40 inspecciones realizadas al local— y el Ejecutivo, la detención del dueño del sexy bar La Rosa, Juan Cabrera, sigue avanzando respectó a su rol en el negocio de la oferta sexual en la noche rosarina. Aún no quedó exento de una sospecha de trata de personas, algo que de acuerdo a la documentación y voluntad expresada por las trabajadoras sexuales, estaría descartado.
El allanamiento al cabaret de Callao 100 bis fue el corolario de una larga investigación que habría sumado pruebas sólidas para sostener la imputación que ahora afronta Cabrera, más conocido como el Indio Blanco.
La jueza no pudo ocultar ayer su malestar por la sobrevaloración que se hace de la puerta que comunica el cabaret con un hotel lindero. "A esta altura la puerta me parece que es un elemento más, pero no tan relevante, hay testimonios y documentos más valiosos para sostener la imputación de proxenetismo y facilitamiento de la prostitución", indicó a LaCapital.
"Con puerta o sin puerta, la discusión es otra. Entiendo que es un elemento más dentro de la causa, pero no es mi terreno. Hay una ordenanza que prohibe la conexión con otro inmueble. Y hubo 54 inspecciones previas donde no se la advirtió. La encargada de eso es la Municipalidad", recordó la funcionaria.
Luz y agua. La magistrada confirmó que ambos inmuebles (el hotel y el cabaret) compartían medidores de luz y agua, lo cual explica la uniformidad del negocio. Ayer se levantó la clausura judicial preventiva que pesaba sobre el lugar. "Ya no tiene sentido, las pruebas están cauteladas y además la Intendencia impuso la suspensión de la actividad", analizó.
Respecto a controversia sobre la negativa de los inspectores municipales a clausurar la whiskería durante el allanamiento, este diario pudo confimarlo a través del acta de procedimiento de la División Trata de Personas de la Secretaría de Prevención e Investigación de Delitos Complejos (ver aparte).
Lo concreto es que Cabrera seguirá detenido hasta que la jueza resuelva un pedido de sustitución de prisión que hizo su defensa, que obtuvo dictamen favorable de la fiscal Nora Marull.
Y aunque al ser indagado sostuvo que su negocio "termina en la venta de bebidas" y el arrendamiento de las habitaciones del hotel, versión también avalada por un grupo de mujeres que trabajaban en el lugar, la investigación demostraría que también obtenía rédito económico por los servicios sexuales.
En ese sentido, fuentes judiciales calificadas indicaron que hay testimonios determinantes, algunos de los cuales pertenecen a trabajadoras sexuales.
Las mujeres habrían confirmado que debían aportar un porcentaje de sus ganancias al dueño del negocio. Incluso esa hipótesis es avalada por los propios clientes, que relataron cómo efectuaron los pagos.
La whiskería La Rosa tuvo varias inspecciones municipales, pero nunca fue clausurada. Incluso un grupo de diputados provinciales realizó una denuncia penal en 2010 por supuesta trata de personas que, a diferencia de la actual, no prosperó y fue archivada sin demasiados fundamentos por el juez correccional Nº 9, Eduardo Núñez Cartelle.
Hace exactamente una semana, un nutrido grupo de policías al mando de la jueza Rodenas llegó al corazón del barrio Pichincha, detuvo al Indio Blanco y cerró el emblemático cabaret.

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