domingo, 30 de junio de 2013

ROSARIO: Nombres y conexiones que surgen de las escuchas a la banda de Los Monos

La banda narcocriminal que surgió en el barrio 17 de Agosto tenía en el prófugo "Monchi" Cantero al principal interlocutor. El juez ordenaría nuevas medidas a partir de revelaciones.
La Capital | 
Nombres y conexiones que surgen de las escuchas a la banda de Los Monos

 Conexiones con policías, los nombres de los integrantes de la banda e inversiones económicas para lavar el dinero sucio proveniente del narcotráfico. Todo eso se transparenta a partir del análisis de las desgrabaciones de las escuchas logradas mediante intervenciones judiciales a teléfonos de grupos delictivos conocidos desde hace más de una década pero nunca investigados como hasta ahora, cuando la escalada de una violencia inaudita en los últimos diez meses no dejó otra alternativa a la Justicia de la provincia.
Esas escuchas, que no tienen más de 90 días, desnudan por ejemplo que la familia Cantero, clan que comanda la banda de Los Monos y que desde el barrio 17 de Agosto montó un imperio delictivo, tenía una formidable propiedad en construcción en Pérez, tal cual lo dio a conocer este diario el pasado miércoles 5 de junio con fotos aéreas. También exhibieron el parque de vehículos en posesión de esa familia o de miembros de la red. Y hasta pusieron de manifiesto que controlan porcentajes de pases de futbolistas en clubes que participan en los torneos de AFA, como San Lorenzo de Almagro (ver aparte). Y, además, que integrantes de los grupos delictivos entran a la misma Jefatura de Rosario a sacar fotos de los vehículos que les fueron secuestrados y están allí en depósito.
Jefe en línea. En una de las escuchas captadas por los pesquisas que trabajan bajo las órdenes del juez de Instrucción Juan Carlos Vienna, quien llegó al corazón de las bandas narcos y sus conexiones policiales investigando el crimen mafioso de Martín Fantasma Paz, ocurrido el 8 de septiembre del año pasado, hablan dos integrantes de la banda de Los Monos. Uno se queja porque le costó contactarlo. Su interlocutor explica entonces que no pudo atender antes porque estaba hablando con el jefe de la comisaría 21ª y con el inspector de la zona. Inmediatamente hace referencias, en una jerga inequívoca, al negocio de drogas que manejan, al tipo de mercadería faltante en los quioscos, a la necesidad de ser abastecidos y al corte con otros productos de las sustancias que venden. Esa comunicación, en el expediente, está identificada con el número 0000000007995682.
"Nos quedamos sin pollo", dice uno. Y pollo es, según los investigadores, la variedad de cocaína también conocida como alita de mosca, la droga de máxima calidad. "Me hizo hablar con el paraguayo, es bien oscuro el faso, dice que lo mezclemos", agrega en el mismo diálogo. Se refiere, como parece indudable, a la marihuana. Los interlocutores son, según establece la investigación, Emanuel Chamorro y Leandro Gordo Vilches, ambos señalados como responsables de puntos de venta del grupo encabezado por la familia Cantero y con pedidos de captura sobre sus espaldas.
Hasta la ropa. En otra escucha (CD 15, comunicación 0000000008110559) habla un policía con un miembro de Los Monos. Se refieren a un allanamiento que hubo en un departamento de Claudio Pájaro Cantero tres semanas antes de su asesinato ocurrido el 26 de mayo último. Ese operativo fue en la calle Regimiento 11 al 2500 e indignó a la familia Cantero: señalaron que los policías se llevaron hasta la ropa de Pájaro aunque los elementos incautados, según fuentes tribunalicias, fue detallado en un inventario que consta en el sumario judicial. Lo interesante de la escucha es que un allegado a los Cantero le pide a un policía información sobre quiénes hicieron el allanamiento. Y el policía le da explicaciones como si fuera un superior: "No fuimos nosotros porque el viernes el único que hicimos y salió positivo fue el del ambulante de un joyero, un vago en mueble y ninguno más, los otros fueron negativos".
El que habla. La voz de mando sobre la estructura de policías que les proporciona amparo a Los Monos es, según la pesquisa, la de Ramón Machuca, también conocido como Monchi Cantero, hijo de crianza de Ariel Máximo Cantero, líder histórico de la banda del barrio 17 de Agosto. Eso se desprende de diálogos captados en decenas de comunicaciones. Incluso, a partir de esos diálogos, el juez Vienna sostiene que fue Monchi quien dio la orden de ejecutar a Martín Fantasma Paz y se encargó de contactar a los sicarios que cometieron el hecho en Entre Ríos y 27 de Febrero el 8 de septiembre pasado.
Del otro lado, el que aporta información es, según esas constancias, el sargento Juan Chavo Maciel, que pertenecía a la brigada operativa de Delitos Complejos y ahora está preso por ese delito.
Influencias. Las escuchas también traslucen que hasta el 31 de mayo (día en que se produce una decena de allanamientos para desarticular a Los Monos en el barrio 17 de Agosto) los grupos delictivos tenían influencia en cuatro áreas de Agrupaciones Especiales (Homicidios, Investigaciones, Sustracción de Automotores y Seguridad Personal), en el Comando Radioeléctrico y en al menos cinco comisarías de la zona sur de Rosario: la 5ª (Italia al 2100), la 15ª (Sarmiento 4300), la 11ª (Lamadrid 200 bis), la 21ª (Arijón al 2300) y la 18ª (Francia al 3600), lo que no implica a todo el personal de esas dependencias. Y también tenían contactos en la Sección Inteligencia Zona Sur de la ex Drogas Peligrosas.
En ese sentido, los miembros de Los Monos dicen tener filmaciones que demuestran los vínculos con sus contactos policiales, lo que les sirve como herramienta de presión para asegurarse la fidelidad del vínculo.
Al respecto, en la mayoría de las llamadas relevantes para la causa que investiga Vienna los pedidos del clan Cantero hacia los policías que ellos controlan dejan claro qué tipo de acciones podían asegurarse: solicitan teléfonos o radios de empleados de la fuerza, que se le cambien las armas a personas detenidas para eliminar evidencia incriminatoria y que se desplacen móviles establecidos cerca de búnkers de su propiedad.

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