Estos cambios podrían guardar relación con los planteos realizados por los empresarios del transporte de pasajeros de larga distancia durante las reuniones que mantuvieron con el gobierno nacional y dirigentes de la UTA.
Expresaban que si para enfrentar los aumentos al salario de los choferes ponían más caros los boletos, se les iba a hacer muy difícil la competencia en el mercado por lo bajos que eran los pasajes de avión.
El nuevo cuadro tarifario modifica el vigente desde el 1 de junio del año pasado, y establece tanto la tarifa de referencia como la máxima y la denominada máxima II, que se aplica a los pasajes que se vendan en los últimos diez días previos a la fecha del vuelo.
Así, por ejemplo, la tarifa de referencia para un vuelo de Buenos Aires a Bahía Blanca pasó de 369 pesos a 443 pesos; la máxima de 775 pesos a 930 pesos y la máxima II de 905 pesos a 1.184 pesos.
Bariloche, una plaza turística atractiva en invierno, pasó de 717 a 860 pesos la tarifa de referencia, la máxima de 1.505 a 1.805 pesos y la máxima II de 1.759 a 2.301 pesos.
Otro punto turístico para esta época del año, El Calafate, tiene ahora una tarifa de referencia de 755 pesos contra los 630 anteriores, una máxima de 1.586 frente a los 1.323 y una máxima II de 2.022 contra los 1.759 pesos del cuadro tarifario anterior.
Córdoba, una plaza tanto turística como empresarial, pasó de una tasa de referencia de 403 pesos a 483 pesos, la máxima de 845 a 1.014 y la máxima II de 988 a 1293 pesos.
En tanto, Iguazú pasa a tener una tarifa de referencia de 618 pesos y una máxima de 1.295, Mar del Plata de 339 y 714 pesos respectivamente, y Mendoza de 623 y 1.308 pesos, según se publica en los anexos de la resolución.
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