sábado, 16 de febrero de 2013

SANTA FE: El vandalismo le costó 50 mil pesos a la Reserva Ecológica


Ese monto fue necesario para reponer los elementos rotos o robados. En los últimos 5 años crecieron los ataques. Quitaron maderas de los cercos para fogatas y rompieron los miradores de aves, carteles y baños químicos.


Aunque los antecedentes se remontan más atrás en el tiempo, los actos vandálicos en la Reserva Ecológica de la Ciudad Universitaria UNL Costanera Este (Recu) se convirtieron en una práctica habitual desde fines de 2008. Durante un lapso de menos de 5 años, el predio sufrió la rotura de parte de su infraestructura, desde las barandas de madera hasta los miradores de aves. Y el robo de elementos de la oficina del interior, donde destrozaron vidrios. Todo esto obligó a invertir -durante ese lapso- unos 50.000 pesos para reponer lo que estaba, entre materiales, arreglos y mano de obra. 

En poco menos de un lustro, los ataques a la Recu dejaron como saldo la destrucción del mirador de aves, de los carteles (hoy quedan muy pocos fijos, la mayoría son móviles para evitar que los vandalicen) y de los baños químicos. A esto se sumó la quema de bancos y la sustracción de maderas de los cercos y de la tranquera del acceso para realizar fogatas en la playa. Y el robo de binoculares, sombreros y chalecos, que obligó a reponer vidrios, pintar y modificar un sistema de alarma. Lo que supuso, en el tiempo, más de 40.000 pesos de materiales más unos 10.000 de mano de obra, para poner todo en condiciones. 

“La Reserva Ecológica viene sufriendo vandalismo más asiduamente desde 2008. Antes, no es que no pasara nada pero los hechos eran más escasos”, explicó Julieta Di Filippo, coordinadora en Santa Fe de la Fundación Hábitat & Desarrollo, quien recordó como, dos años atrás, todas las barandas del acceso fueron extraídas y quemadas en fogatas. “Fue como una rutina, a la vista de todos”, lamentó. “La gente se apropió de la Reserva, que es lo que nosotros buscamos, pero se ve que no todos, porque suceden estas cosas”, apuntó.

Concientización


Para su funcionamiento, la Reserva no recibe subsidios de ningún tipo, aunque todas las actividades que desarrolla son gratuitas. Todo el trabajo que desarrolla se hace posible gracias a los aportes que realiza la Universidad Nacional del Litoral (UNL), que se comprometió con la Recu, y distintas empresas privadas que se sumaron como padrinos, entre los que figuran CAM Construcciones, Casino Santa Fe, Red Sport, Cervecería Santa Fe, Jerárquicos Salud y Mc Donald’s, algunas de las cuales aportan directamente a la Reserva y otros a la Fundación Hábitat & Desarrollo, que la co-gestiona junto con la UNL. A esto se suma lo que aportan los socios de la fundación. 

El espacio ubicado en la Costanera Este, cumple un función significativa para concientizar a la población sobre la preservación de los recursos naturales, de ahí la necesidad que remarcan siempre desde la Fundación Hábitat & Desarrollo de que todos los santafesinos se comprometan para cuidarla y preservarla del vandalismo. Por ejemplo, el año pasado varios miles de niños en edad escolar pasaron por la reserva en el marco del programa Natural Escuela. 

Además, se realizaron avistajes de aves, cursos para observadores de aves y visitas nocturnas. Se conmemoraron fechas especiales como el Día del Árbol, de la Flor del Ceibo, al tiempo que se concretaron actividades para vivenciar el Mes del Ambiente, el Mes de la Primavera y de las Aves. Y en 2012 la reserva se sumó como uno de los puntos del itinerario previsto por la actividad titulada la “Noche de los Museos”. 

>>> 13.000 chicos
 fueron recibidos en la Reserva Ecológica a lo largo de 2012 dentro del programa Natural Escuela, que se desarrolla desde 2003 y que este año cumplirá una década. 

Antecedentes 

Desde fines de 2008 
hasta el último fin de semana de 2012 se produjeron diversos ataques a las instalaciones de la Reserva. Aquí, un repaso por aquellos que fueron reflejados en las páginas de El Litoral.

Noviembre de 2008: La glorieta que oficiaba como mirador de aves fue intencionalmente incendiada. El fuego también alcanzó a varios bancos de plástico, construidos con material reciclado.

Octubre de 2010: 
Sustrajeron elementos de una oficina ubicada en el predio tras violentar una ventana. Luego se recuperaron dos computadoras completas; un scanner; una central telefónica y dos estabilizadores de tensión. 

Enero de 2011: Los 300 metros de tablas que forman el cerco perimetral del sector oeste, en el límite con la Costanera Este, desaparecieron casi por completo. 

Febrero de 2011: 
Robaron los postes del frente de la reserva e hicieron fogones en la playa. A fines de ese año rompieron los candados de la tranquera principal y las canillas del bombeador; entre diciembre 

Enero de 2012: 
Quitaron las barandas de los senderos dentro del interior del predio. 

Marzo de 2012:
 Una de las paredes de adobe del mirador de aves fue atacada con un tronco que el guarda-reserva encontró a pocos metros, junto a una botella plástica quemada.

Diciembre de 2012:
 Rompieron 5 metros de la baranda de madera que forma parte del acceso, tumbaron cestos, derribaron un baño químico, atacaron los miradores, arrojaron bancos al agua y echaron abajo uno de los carteles fijos.

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