viernes, 22 de febrero de 2013

El papá de la víctima 52: "Hoy mi hija cumpliría nueve meses"

Edwin Ojeda perdió a su mujer embarazada de seis meses en la tragedia de Once. Habla de su encuentro con la Presidenta y del dolor que no termina.

EN LA ROSADA. Edwin y su mamá, cuando fueron recibidos por Cristina Kirchner.
EN LA ROSADA. Edwin y su mamá, cuando fueron recibidos por Cristina Kirchner.
A Marcelo Edwin Ojeda el tren de la desidia y la muerte le arrolló la familia que había construido con Tatiana Lezano, con sus tres hijitas (2,3 y 6 años) y una en camino: Huma, la víctima 52 de la tragedia de Once. La mañana del 22 de febrero de 2012, con su pancita de seis meses, Tatiana había tomado el tren para ir a trabajar. Llevaba pantalones negros y camisa. Con esa referencia, Edwin la buscó desesperado y esperanzado por los hospitales de la ciudad.
Un año después, como una sirena de dolor se escucha del otro lado del teléfono el paso sonoro y ajetreado del tren y Edwin que dice: “Hoy mi hija cumpliría nueve meses”.
Edwin vive en Hurlingham y toma el tren para ir a trabajar. Trabaja en la construcción.Tiene que tomar el tren para seguir adelante. Convive con el ruido del tren, con el trajinar y la tracción de ese bullicio que no hace paradas en su mente, que lo llevan una y otra vez a un final que no termina. Pero también convive con el silencio, con el silencio del vacío.
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Edwin fue uno de los familiares de las víctimas de la tragedia de Once que se reunió con la presidenta Cristina Kirchner. La reunión fue áspera, como el dolor. Pero más áspera se puso cuando la Presidenta comparó la pérdida de su esposo con la de los familiares de la tragedia, y hubo una rara competencia por el dolor. “Una de las mamás le dijo que no podía comparar una enfermedad con una masacre”, le cuenta Edwin a TN.com.ar.
“La Presidenta se puso eufórica, pareció cortar la reunión y dijo que iba a estar pendiente” de la causa, dice Edwin. También hubo promesas para conseguirles trabajo a los que lo necesitaran como él. “Hace dos o tres meses me llamaron, pero me dijeron que era difícil, que la burocracia…No les dije nada”, explica y señala que “otros familiares están trabajando en la Anses”. 
Ahora espera Justicia para que “nadie se salve”, dice. Habla de todos los responsables, de los 28 imputados en la causa. Sabe que “el curso es lento”, pero espera, confía en la espera.

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