sábado, 2 de febrero de 2013

Ciclistas y conductores de autos potencian su rivalidad en las calles de Rosario


Circular en bicicleta, ¿implica normas que cumplir o consejos por aceptar? Como las bicis no son registrables, sus conductores no son pasibles de sanciones y hasta tomar precauciones como el casco no es más que una sugerencia.
La Capital | 

Ciclistas y conductores de autos potencian su rivalidad en las calles de Rosario
Circular en bicicleta, ¿implica normas que cumplir o consejos por aceptar? Como las bicis no son registrables, sus conductores no son pasibles de sanciones y hasta tomar precauciones como el casco no es más que una sugerencia. A pesar de que sólo están involucrados en el cinco por ciento de los accidentes urbanos, el zigzagueo de algunos ciclistas en medio del intrincado tránsito rosarino hace pensar en peligros mayores. Para los usuarios de las dos ruedas, la visión es otra. Encierros, bocinazos y presión de marcha son algunos de los mayores reproches. Aseguran que usan la bicisenda y que sus actuales 25 kilómetros resultan insuficientes desde que, en 1991, arrancó el primer tramo.
   Pero atención: sus primos mayores, los motociclistas, en opinión de los conductores sobresalen por la osadía. En este caso, sí hay normas por cumplir y por la velocidad implicada, demasiados riesgos por correr. En la escala de accidentes urbanos llevan cómodos el segundo lugar y en franco ascenso. “No generalizo, pero son un desastre. Son con los que más reniego”, dijo David Artale, un taxista de 32 años que terció desde sus dos roles, chofer y ciclista.
   Motos y bicicletas, además de ser el blanco de la misma mirada de reprobación, tienen en común un siniestro que van desde un magullón hasta la muerte: las caídas, con 80 y 10 por ciento, respectivamente, de lesionados respecto del total de los resbalones.
Radiografía. En general, los accidentes se dan en el distrito centro, por la gran concentración de tránsito. Los días de mayor siniestralidad son los viernes y sábado.
   “Las normas de tránsito son iguales para todos los conductores”, aseguró el coordinador de la comisión de accidentología de la Agencia de Seguridad Vial, Juan Manuel Becerra.
Pero, ¿cuánto pesa esta afirmación en la conciencia y la responsabilidad entre los conductores de los birrodados en cualquiera de sus versiones? En la percepción de los conductores de los vehículos de mayor porte, nada. Para ciclistas y motociclistas, la situación es al revés. Y en medio del trajinar en las calles, las acusaciones son cruzadas.
   “En Rosario la gente está muy apurada y eso es cansador, porque parece que estuvieras continuamente en una carrera. Siempre te quieren pasar y piden que te apures”, dijo al lado de su playera azul —con bocina amarilla incluida—, Elena Tarabelli, de 17 años. En su opinión, ese cuadro de situación presiona al ciclista que no tiene el mismo cuerpo que un auto.
Percepción. “Tengo la sensación que el automovilista te odia como ciclista y que piensan que estamos haciendo mal las cosas. Te hace sentir que tenés que correrte, que no tenés que andar. Hacen lo posible para sacarte de camino y ni hablar de los colectivos, que te quieren comer vivo y ni se gastan en ver si te encierran o se están tirando encima”, describió Elena.
   Bajando la ventanilla, mientras el semáforo de calle Salta le daba luz verde a dos ciclistas, un conductor enumeró: “Salen de cualquier parte y en cualquier momento. Aparecen de contramano, cruzan el semáforo en rojo, no usan la bicisenda y, cuando pueden, van por el carril exclusivo”.

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