lunes, 12 de noviembre de 2012

BONFATTI. "Si no trabajamos juntos contra la droga, condenamos a la gente"


El gobernador analizó las derivaciones políticas del escándalo Tognoli. El rol del justicialismo santafesino y la relación con el gobierno nacional, entre la especulación política, la renuencia a coordinar acciones y los intentos de “desestabilización”.


La noticia periodística de la causa judicial contra el jefe de Policía Hugo Tognoli por presuntos vínculos con el narcotráfico, la inmediata andanada de críticas contra el gobierno provincial desde el justicialismo, la renuncia del acusado y el recrudecimiento de las imputaciones políticas, el plantón de los legisladores nacionales del PJ al gobernador, la referencia al “narcosocialismo”, el cuanto menos desafortunado -y tardíamente desmentido- comentario acerca de la intervención, la sanción de la emergencia en seguridad pública y la decisión de interpelar al ministro Raúl Lamberto, configuraron una vorágine que, en pocos días, parecía capaz de tragarse al gobierno provincial.

Tras el indiscutible alivio por la liberación de Tognoli y el proceso de reestructuración de la Policía que planea el gobierno provincial, el análisis pasa por la dimensión asumida por la polémica pese a la endeblez de la causa judicial, por el rol del justicialismo y la relación con la Nación.

— ¿No le gustó el rol del justicialismo en este tema?
— Los vi en una actitud que no era de ponerse a disposición para trabajar juntos. Y nunca escucharon de mi boca “la culpa la tiene aquél u otro”. Siempre dije “vamos a trabajar juntos”.

Este año ya hemos hecho tres reuniones del consejo provincial de Seguridad. Del Partido Justicialista, fue el senador Traferri a las tres reuniones, y un diputado a una. Ese es un espacio con la sociedad, con los colegios de abogados, con los jueces, con fiscales y defensores, con las fuerzas de seguridad de la provincia y las federales que se invitan, con los jueces federales a los que se invita -aunque no van. Pero es un espacio para ir a plantear cosas propositivas. Nosotros tenemos los oídos abiertos para afrontar un tema particularmente sensible para la sociedad, como es la seguridad. Y en particular, el de la droga, porque convengamos que en Santa Fe hay estudios epidemiológicos que dicen que el 10 % de la población consume. Estamos hablando de 320 mil personas. Si hay 320 mil consumidores, quiere decir que hay alguien entregándoles droga: el narcotráfico. Y para combatir el narcotráfico, entre los países se requiere colaboración. Uno lo ve a diario. Entonces ¿cómo no vamos a tener colaboración entre provincia y Nación? Entre todas las provincias, tenemos que tener un programa de abordaje integral de este tema. Porque el enemigo es muy poderoso, tiene enorme capacidad de corromper y además tecnológica. La droga no se produce en Santa Fe, entra por algún lado. Tenemos que radarizar las fronteras, controlar los barcos. Y si esto no nos encuentra trabajando juntos, sino viendo si la culpa la tiene éste o el otro, si alguien quiere sacar rédito político, se equivoca. Porque condenamos a la gente.

— Tampoco parece haber mucha receptividad del gobierno nacional en este punto.

—Bueno, hemos tenido dos reuniones con la ministra Garré, dos con el ministro Alak pidiéndole más jueces federales para la provincia (a lo que se agrega una entrevista del ministro Lamberto con la procuradora Gils Carbó con el mismo objetivo). Santa Fe no puede tener la misma cantidad de jueces federales que 40 años atrás. No solamente porque se incrementó la población, sino por este mismo fenómeno. Cuando la Policía provincial pide órdenes de allanamiento -que ha hecho más de mil, y 1.244 detenidos hasta el 14 de octubre- no es un hecho menor. ¿Cuántas veces se quedan esperando que le den la orden? Yo recuerdo un caso, que era vox populi en Rosario que en determinadas torres aledañas se vendía droga. Lo increpo a un jefe policial preguntándole por qué no actuaban, y me dijo que hacía dos meses y medio que estaban esperando la orden judicial. Yo hice una declaración por radio y al día siguiente estaba la orden. Pero así no se funciona. Y a lo mejor ese juez me dice “estoy saturado”, y puede que tenga razón. Pero entonces tenemos que tener más jueces.

Teléfono descompuesto
— El otro hecho resonante ha sido el planteo de la posibilidad de intervención de la provincia que motivó una reacción fuerte del gobierno. Algunos lo plantean como sobreactuación, una victimización. ¿Era simplemente “abrir el paraguas” o tenían la certeza de que las cosas iban para ese lado?

— A ver... Invito a los legisladores nacionales a que vengan a conversar a mi despacho sobre el tema. La oposición se espanta y se va. Después están las declaraciones de un diputado nacional en la Cámara planteando con su expresión, prácticamente que somos parte del narcotráfico. Después, esta declaración del presidente del PJ que la hace saliendo de una reunión de la fuerza. Lo llamé tres veces para pedirle aclaraciones, porque con él tengo una relación fluida después de cinco años de estar trabajando en la descentralización del gobierno; la última vez atiende el teléfono pero no me contesta, lo deja abierto y yo interpreto que no me quiere atender.

— Desde entonces hasta ahora ¿tampoco ha habido ningún contacto?
— No. Además, creo que proviniendo él del Partido Justicialista, no es un tema menor.

— Es decir, salieron por los medios a aclarar que no habían pedido la intervención pero en ningún momento nadie lo llamó para explicarle...

— No por parte de Freyre. Sí tuve muchísimos referentes de la oposición y de otros poderes del Estado, lo cual me llenó de alegría. Nosotros tenemos que fortalecer la democracia mejorando la institucionalidad y respetando la división de poderes. Entonces, si mientras la Justicia está actuando ya calificamos y ya aprovechamos eso para descalificar al otro, nos volvemos a equivocar. Creo que esto es lo que ha ocurrido.

La coordinación necesaria
— ¿Cómo queda la relación con la Nación?¿Es fácil volver a sentarse con los funcionarios nacionales a discutir estos temas de interés común después de todo lo que pasó?

— En verdad yo con ningún funcionario nacional tuve ninguna palabra, ningún contacto. Solamente la actitud que tuvieron los legisladores nacionales del justicialismo -no todos, los que estuvieron presentes en la reunión-, y después las declaraciones del diputado Larroque, y las de Freyre. Pero nosotros ahora estamos pidiendo otra reunión con la ministra Garré y con el ministro Alak, nuevamente.

— Lo que han salido a decir tanto el secretario de Seguridad como otros funcionarios y legisladores nacionales es que no es cierto que en Santa Fe no haya fuerzas federales, gendarmes...

— Yo lo que digo es que tenemos que coordinar. Tenemos que abordar el problema con mucha inteligencia porque si cada cual está por su lado, creo que esto no tiene solución; al menos para apaciguar el narcotráfico. Convengamos en que en ningún lugar del mundo se elimina ni el narcotráfico ni el delito. El delito cero no existe en ninguna parte del mundo. Pero hay episodios que son muy violentos y que nos preocupan, por lo tanto, queremos coordinar la inteligencia que obviamente no la hace el Poder Ejecutivo, sino las fuerzas que están a cargo de eso. No lo hace tampoco la Policía de Santa Fe, porque no tenemos facultades para ello. Entonces, necesitamos articular.

— Muchos han hablado de operación política alentada por el gobierno nacional. ¿Teme que se venga algún otro tipo de operación de esta naturaleza?
— Creo que generalizar en “el gobierno nacional” no corresponde. Que ha habido algún actor que intentó sacar provecho de una situación, es totalmente objetivo, pero me parece que nosotros tenemos que seguir planteando permanentemente un diálogo fecundo con la Nación por el bien del país y de Santa Fe. Tenemos muchas cosas por delante; tenemos que definir aquellas cuestiones que hacen, por ejemplo, al acueducto del Norte, a un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo, quintuplicaríamos la producción de azúcar en el norte santafesino; tenemos que coordinar si el Fonplata nos da el último visto bueno en la licitación para el traslado del Puerto de Santa Fe, porque ahí la Nación tiene que venir con el puente. Si no nos sentamos a charlar estas cosas, no hay futuro.

“Descabezar” no sirve

— Se cuestionó que, tras la renuncia de Hugo Tognoli, quedase como titular de la Policía el ex subjefe de la fuerza. ¿Qué esperan de ahora en más sobre este tema?
—Yo he escuchado mucho esto de descabezar. Pero todos los expertos en seguridad dicen que ésa es una técnica que ha fracasado, porque lo que hay que lograr es tratar de elegir los mejores hombres. Uno descabeza y detrás viene otra camada; no lo aconseja absolutamente nadie. Ahora si ante cada sospecha o denuncia anónima ya hay que descabezar como plantea la ley de Emergencia, me parece un error enorme, porque con el mismo criterio, si yo soy un delincuente que estoy perseguido por un homicidio, voy y denuncio al policía que me persigue anónimamente, a ese policía tengo que sacarlo porque tengo una denuncia anónima. Ésa no es la forma de actuar, no se procede. O soy un camarada de ese policía y para sacármelo de encima para ascender lo denuncio anónimamente... Sería muy fácil la cosa.

Seguir funcionando

—Con la crisis policial y sus derivaciones políticas, ¿pasó la peor semana de su gobierno?

—Nosotros teníamos este problema, pero al mismo tiempo estábamos en San Lorenzo viendo el puente que se había caído y tomando la decisión de que inmediatamente había que reconstruirlo; recorriendo distintos lugares de la provincia; teniendo reuniones con el sector productivo, con empresarios; viajamos dentro de quince días con Urribarri y De la Sota al sur de Brasil durante tres días.... La marcha del gobierno sigue. Abordamos el tema de las inundaciones, resolvimos el conflicto de las escuelas técnicas que se generó por una mala información que tenían los chicos. Pudimos salir adelante con ese problema que nos preocupaba más que esto otro, porque para mí la escuela es básica, es algo que tiene que funcionar sí o sí. Entonces, claro que era un problema; nadie lo minimiza, pero el Estado tiene que seguir funcionando.

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