En vísperas del tratamiento de la reforma tributaria, el diputado socialista Joaquín Blanco reafirmó las expectativas del oficialismo por la sanción definitiva del proyecto mediante el cual la provincia busca recaudar unos mil millones de pesos extra a partir del aumento del impuesto Inmobiliario Urbano y Rural, de la suba del avalúo fiscal de ese segundo tributo y de la aplicación de Ingresos Brutos a dos sectores, hasta ahora, exentos: la construcción y la industria.
“Esperamos que los puntos que lograron consenso no se modifiquen”, sostuvo Blanco en referencia al incremento del avalúo fiscal rural –del 70 por ciento que había votado el Senado a un 120 por ciento como tope–, a la incorporación de 60 industrias –las que facturan por encima de los 80 millones de pesos anuales– al régimen de Ingresos Brutos con una alícuota del 0,5 por ciento y a la decisión, consensuada entre todos los espacios políticos de la Cámara baja, de no aumentar el Inmobiliario Urbano a las cuatro categorías más bajas de contribuyentes, de un total de ocho.
“La única manera de distribuir las riquezas es a través de los impuestos y por eso el que más tiene, el que más gana, debe ser quien solidariamente más debe aportar para el bienestar de todos”, definió el diputado socialista, para quien el dictamen acordado la semana pasada entre el oficialismo y los sectores mayoritarios de la oposición es muy superior –en cuanto a progresividad y también por las expectativas de recaudación– a la media sanción que dio el Senado, en forma unánime, en la madrugada del 13 de julio.
El proyecto que envió el Ejecutivo, en abril, para modificar el esquema fiscal en la provincia tenía como objetivo mejorar recaudación en 1.600 millones de pesos extra al año. Tras la poda del Senado, a petición de las cámaras privadas, esas expectativas habían disminuido a unos 800 millones anuales. Los retoques que incorporarán los diputados suben esa cifra a “algo más de mil millones”, según calculó Blanco. “Buscamos que (el aumento) sea progresivo en cuanto al patrimonio de cada uno de los santafesinos, como es en la mayor parte del mundo; creemos que eso hace a la justicia social”.
Cómo sigue
El proyecto de reforma tributaria tiene dictamen de las tres comisiones a las que fue girado: Presupuesto y Hacienda, Asuntos Constitucionales y Asuntos Comunales, en este último caso con varias polémicas acerca de la legitimidad del despacho. Para el presidente de la Cámara de Diputados, el kirchnerista Luis Rubeo, no hay impedimentos reglamentarios para que se vote en la sesión de mañana. “La única forma de que no pase es que haya un acuerdo político entre los bloques, incluso los que firmaron a favor, para mandarlo nuevamente a despacho”, explicó Rubeo.
Según el titular de la Cámara baja, “los diputados no tienen otra alternativa más que analizar el expediente y tratarlo; al menos hasta la semana pasada estaba la voluntad política de tratarlo”.
Las expectativas en el oficialismo están puestas, además, en la posibilidad de que mañana mismo el proyecto sea sancionado –con los cambios que introducirán los diputados– por el Senado. Pero, para ello, el primer paso será lograr el consenso suficiente en la Cámara baja.
Hasta el momento, las posiciones están divididas, aunque el Frente Progresista no tendrá inconvenientes en lograr las adhesiones de los espacios mayoritarios de la oposición. Si no hay cambios de último momento, votarán a favor los 15 diputados del oficialismo, los seis del PRO –con disidencias en algunos artículos puntuales– y los bloques justicialistas del Frente para la Victoria, Movimiento Evita, Producción y Trabajo y Partido Progreso Social. En contra votará el bloque 100% Santafesino –que se opone de lleno a la reforma– mientras que se esperan definiciones de los espacios más críticos del justicialismo, liderados por María Eugenia Bielsa con el aval de los diputados que responden a Jorge Obeid y a Omar Perotti.
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