SANTA FE: “Estaban encapuchados y llevaban máscaras de goma”

La abogada del fletero que fue secuestrado por los ladrones contó las primeras declaraciones de la víctima. Otro letrado explicó cómo se inician las demanda.

El secreto de sumario que recubre la investigación por el robo de 77 cajas de seguridad de la sucursal central del banco Macro de Santa Fe, hace que la información sobre qué sucedió dentro de la entidad financiera durante las 10 horas que los boqueteros estuvieron dentro del edificio entre el sábado y el domingo, se conozca con cuenta gotas.

Y uno de los testimonios que otorga un primer panorama sobre cómo operaron los ladrones es el del fletero, que fue tomado como rehén. Por medio de su abogada, Susana Arredondo, se supo que el hombre declaró que fueron cuatro personas, encapuchadas, las que perpetraron el robo dentro del banco.

“Mi cliente llegó al banco el sábado entre las 22.30 y las 23 para retirar papeles y mobiliario. Es una labor que se realiza a esa hora de la noche por una cuestión de comodidad. La camioneta entra a la peatonal San Martín y allí cargan y descargan los elementos. Mi cliente tocó el timbre y le exhibió la autorización correspondiente al guardia y este lo dejó entrar. En principio, le pareció que el guardia tenía una actitud reticente, que no le hablaba, pero supuso que era porque había tenido un mal día”, explicó la abogada.

—¿Qué es lo que ve cuando logra ingresar?

—Apenas entra, que ingresa junto con su ayudante, empiezan a apilar las cajas que tenían que cargar y es entonces cuando aparecen los ladrones. Estaban todos encapuchados y llevaban máscaras de goma que les tapaba la cara. No pudo ver los rostros de ninguno, pero sí dijo que se movieron con total tranquilidad. Los reducen y los atan de pies y manos y los amordazan. Los llevaron a un baño y los encerraron allí. Sólo les abrieron la puerta en un momento en el cual había mucho humo y polvillo por el uso de las herramientas.

Para no levantar sospechas
Además, Arredondo relató que los ladrones movieron la camioneta del fletero de la peatonal para no levantar sospechas. La llevaron hasta la intersección de las calles San Jerónimo y Lisandro de la Torre, donde la dejaron estacionada.

A las seis de la mañana del domingo, los ladrones se van del banco. Casi una horas después, el robo toma estado público. Este lunes, el hombre se recuperaba de la larguísima jornada que le tocó vivir. El domingo a la siesta sufrió un pico de presión, por el cual fue atendido dentro del propio banco donde había quedado con los demás rehenes mientras hacían un reconocimiento con las autoridades judiciales. Cerca de las 20 fue trasladado a la sede policial, donde prestó declaración y se reencontró con su familia.

¿Por qué no sonó la alarma? 
Por otra parte, también dialogó con la prensa el abogado Javier Miglino, patrocinante de dos personas que alquilaban cajas de seguridad del banco asaltado. El letrado detalló que se presentará en la casa central de la empresa Macro, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para exigir algunas respuestas.

“Tiene muchas cosas para aclarar, entre ellas, por qué no funcionaron los circuitos cerrados de televisión y las alarmas”, cuestionó Miglino. Según detalló, una reciente resolución del Banco Central “exige que cada unidad bancaria tenga energía continua, es decir, que aún si se corta la energía funcione un grupo electrógeno”. Además, indicó que pedirá explicaciones sobre “cómo lograron escapar los ladrones de un lugar tan céntrico” y, según se estima, en horas de la mañana. Frente a ello evaluó que “evidentemente fallaron las alarmas y el circuito cerrado de televisión”.

Si bien el letrado aseguró que “los ladrones de este tipo son tipos muy avezados, con una infraestructura muy propicia”, a punto tal que “si necesitan herramientas como las que utilizaron no la van a comprar en una ferretería sino las piden por Internet a Estados Unidos”, dijo que la procedencia de los materiales utilizados para el atraco “es uno de los puntos a investigar”.