jueves, 13 de septiembre de 2012

SANTA FE: El edificio del Juzgado Federal espera una restauración integral

El paso del tiempo generó humedad, amesetamiento de suelos y deterioro de puertas exteriores. Se relevó el estado edilicio y en 2011 se remitió a la Dirección de Infraestructura del Poder Judicial para avanzar hacia una solución.

 En 9 de Julio y Monseñor Zazpe se erige la Casa Guastavino (se la conoce con ese nombre porque la mandó a construir el Dr. Elías Guastavino a fines de la década del ’20) que por sus características tiene valor Patrimonial. El edificio alberga desde los años ’40 los juzgados federales y en la actualidad presenta un estado de deterioro que requiere una pronta solución integral.

Entre los principales problemas figuran revoques afectados por la humedad, amesetamiento de suelos que provocan fisuras -en una situación similar a la que se verificó en otros añosos inmuebles de la zona sur de la ciudad- y un avanzado desgaste en aberturas y puertas de madera, sobre todo las externas que no tienen ningún tipo de protección. También se hizo necesario comenzar a trasladar pilas de expedientes ubicados en los pisos altos a la planta baja, para aminorar la sobrecarga sobre la estructura edilicia.

En síntesis, el estado actual es el lógico de un inmueble que se construyó hace más ocho décadas (su construcción se inició en 1929 y culminó tres años después, en 1932), sufrió los efectos del paso del tiempo y que hasta el momento no recibió una remodelación completa, sino tan sólo intervenciones puntuales.

La arquitecta Claudia Toledo, oficial Mayor quien se desempeña en el ámbito del Poder Judicial de la Nación, planteó sin minimizar los inconvenientes, que la excelente calidad constructiva del edificio fue un elemento que le permitió sobrellevar dignamente el paso del tiempo, permitiendo que las afectaciones no tengan una magnitud mayor.

El fundamento de la necesidad de generar una recuperación integral obedece a que una intervención local para resolver un problema determinado no garantiza el cuidado del conjunto, algo clave al tratarse de un edificio con valor Patrimonial. “Lo que se necesita es una restauración integral. Porque si se hacen intervenciones aisladas, lo único que se genera es, al no poder hacerlo con personal idóneo, vueltas atrás a la hora de hacer el trabajo integral”, explicó la arquitecta.

Relevamiento y planes

Frente a estos problemas, la imponente casona ubicada en el sur de la ciudad hoy aguarda una solución. Es que, a partir de un convenio entre el Poder Judicial y la Facultad de Arquitectura de la UNL se realizó un relevamiento y se delineó un plan de restauración del inmueble, donde se establecieron las premisas y prioridades para avanzar hacia este objetivo, sin afectar el valor original del mismo. Y a mediados del año pasado (el trabajo se realizó en varias etapas) se remitieron los últimos datos a la Dirección de Infraestructura del Poder Judicial, donde se esperan definiciones para posibilitar las obras. Las gestiones están, pero la dificultad es que esa Dirección centraliza los juzgados de todo el país.

En este sentido, Toledo señaló que cuando se avance hacia esta solución se tendrían que tener en cuenta dos cuestiones fundamentales. La primera pasaría por generar, sin necesidad de concretar grandes adaptaciones, más espacio para facilitar de ahí en más la realización de las tareas habituales del Juzgado. Y la segunda es avanzar sobre la posibilidad de que, cuando ya surja una fecha cierta para las obras (algo que todavía no se produjo) se trasladen a otro lugar algunas de las dependencias del Poder Judicial de la Nación que funcionan en el edificio, para poder sincronizar los trabajos con su normal funcionamiento. “No nos llegó la licitación para el alquiler o la compra, pero sabemos que se está trabajando en eso”, señaló la arquitecta.

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