El seguimiento del plan de
inversiones de u$s470 millones anunciado por Siderar sirvió hoy de
escenario para que el poderoso viceministro y la ministra Giorgi bajen
el tono a la controversia por los dichos de Paolo Rocca.
Los ejecutivos de Siderar y los funcionarios del gobierno nacional no dieron vueltas. Con
la ropa de rigor y cascos de seguridad iniciaron la recorrida por las
instalaciones de la planta que el holding Techint tiene en San Nicolás, previo café con medialunas.
El hecho sucedió a una semana de que se abriera un nuevo conflicto entre Paolo Rocca, presidente y CEO de la Organización Techint, y la Casa Rosada.
Según una crónica periodística, el hombre fuerte de la industria en el país había cuestionado la pérdida de rumbo en el país pero que luego aclaró enviando una carta de tres carillas a la presidente Cristina Kirchner.
El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, fue el encargado de cruzarlo y apuntar a la posición dominante en el sector de chapa. También Axel Kicillof, viceministro de Economía y director por el Estado en la empresa no se quedó atrás. Mencionó la palabra “fundir”.
Eso es pasado reciente, aparentemente, tras la visita de hoy. “Ha sido una recorrida muy cordial”, relató una fuente a Infobae.com al finalizar el encuentro de dos horas y media.
La excusa de la visita fue observar in situ los avances de los planes de inversión que Siderar anunció en enero para 2012/1013 por una suma de U$S 470 M. El programa estableció la instalación de una nueva máquina de colada continua de planchones además de desembolsos en mantenimiento, infraestructura y sistemas.
Junto a Kicillof estuvieron el subsecretario de Competitividad, Augusto Costa; la ministra de Industria, Débora Giorgi y su jefe de gabinete, Andrea Bovris. Oficiaron de anfitriones Daniel Novegill (CEO de Ternium) y Martín Berardi (Director General de Ternium).
El Estado Nacional pasó a tener el 25,98 por ciento de las acciones en Siderar a partir del traspaso de los fondos previsionales de las AFJP. Y justamente, la discusión por la designación de representantes en el directorio en nombre de ese paquete accionario fue el primer cortocircuito entre el gobierno y la organización.
El sábado por la tarde, la presidente firmó una carta dirigida a Rocca y dio por cerrado el capítulo enviando a sus funcionarios a la planta de San Nicolás.
El hecho sucedió a una semana de que se abriera un nuevo conflicto entre Paolo Rocca, presidente y CEO de la Organización Techint, y la Casa Rosada.
Según una crónica periodística, el hombre fuerte de la industria en el país había cuestionado la pérdida de rumbo en el país pero que luego aclaró enviando una carta de tres carillas a la presidente Cristina Kirchner.
El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, fue el encargado de cruzarlo y apuntar a la posición dominante en el sector de chapa. También Axel Kicillof, viceministro de Economía y director por el Estado en la empresa no se quedó atrás. Mencionó la palabra “fundir”.
Eso es pasado reciente, aparentemente, tras la visita de hoy. “Ha sido una recorrida muy cordial”, relató una fuente a Infobae.com al finalizar el encuentro de dos horas y media.
La excusa de la visita fue observar in situ los avances de los planes de inversión que Siderar anunció en enero para 2012/1013 por una suma de U$S 470 M. El programa estableció la instalación de una nueva máquina de colada continua de planchones además de desembolsos en mantenimiento, infraestructura y sistemas.
Junto a Kicillof estuvieron el subsecretario de Competitividad, Augusto Costa; la ministra de Industria, Débora Giorgi y su jefe de gabinete, Andrea Bovris. Oficiaron de anfitriones Daniel Novegill (CEO de Ternium) y Martín Berardi (Director General de Ternium).
El Estado Nacional pasó a tener el 25,98 por ciento de las acciones en Siderar a partir del traspaso de los fondos previsionales de las AFJP. Y justamente, la discusión por la designación de representantes en el directorio en nombre de ese paquete accionario fue el primer cortocircuito entre el gobierno y la organización.
El sábado por la tarde, la presidente firmó una carta dirigida a Rocca y dio por cerrado el capítulo enviando a sus funcionarios a la planta de San Nicolás.
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