jueves, 5 de abril de 2012

SANTA FE: Confirman el procesamiento por el crimen del chico de 10 años

Un joven de 20 años, integrante de la llamada banda de los Maraqueros, seguirá preso acusado de matar a Marcos Benítez.

 

La Cámara de Apelaciones en lo Penal de Santa Fe confirmó el procesamiento por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” para Marcelo Orlando López. El imputado, de 20 años y apodado “Negrito”, es uno de los miembros de la banda de los Maraqueros, que desde hace años mantiene atemorizados a los vecinos de El Arenal, en el barrio San Lorenzo.

López está acusado de ser el autor del disparo que mató a Marcos Benítez, un chico de 10 años que el 23 de noviembre a las once de la noche fue alcanzado por una bala proveniente del zanjón Tacca, también llamado terraplén Irigoyen.

El chico estaba sentado en la vereda, tomando jugo con los hijos de un vecino de enfrente. Acababan de cenar y habían salido a la calle porque estaba fresco, cuando se desató la balacera.

Pelea de bandas

Los testigos coinciden en que esa noche se escucharon varias detonaciones -por lo menos seis-, de las cuales una fue la bala que impactó en la axila del menor, que murió prácticamente en el acto.

Por esa muerte una decena de jóvenes de la zona fueron arrestados. A todos ellos la Justicia dictó “falta de mérito”. No obstante no poder comprobar la participación del grupo en el crimen de Benítez, el juez de Instrucción Nicolás Falkenberg obtuvo una radiografía de lo que sucede en ese barrio, copado por la pelea de las bandas Maraqueros y del Gauchito Gil.

Algunos de los indagados dijeron conocer a “Negrito” López, otros directamente ignoraron su existencia y ninguno de ellos le atribuyó la muerte de la criatura. Lo cierto es que casi todos aseguran que se trata de uno de los miembros de los Marqueros.

Personal de la Sección Homicidios de la URI arribó a la conclusión de que el grupo tiene su refugio en una chacarita de General López al fondo; y que esa noche perseguían a miembros de la banda del Gauchito Gil, que tiene su guarida en calle Uruguay al 4200, cerca del santuario.

Único acusado

Aunque nadie lo denunció en un primer momento, el nombre de López circuló con fuerzas en la barriada. Finalmente, un testigo que hoy cuenta con protección policial se animó a contar lo que vio sobre el terraplén, cuando Marcelo López cargaba la pistola en compañía de otros dos conocidos que se apodan “Maxi” y “Peladito”.

La policía allanó varios domicilios en busca del delincuente, hasta que el 19 de diciembre -casi un mes después del hecho-, el prófugo se presentó en Tribunales en compañía de su abogado Ignacio Ferreyra.

La estrategia de la defensa durante la indagatoria fue decir que acababa de enterarse de que estaba siendo buscado y que se encontraba viviendo en Santo Tomé, donde trabajaba en una chanchería. También ofreció testigos que justificaron que López, que cumplía horario de 19 a 24, se encontraba trabajando en el momento de la tragedia.

Confirmó la Sala III

Nada de eso sirvió para convencer al fiscal, que solicitó la prisión preventiva del imputado. El juez Falkenberg, a cargo del Juzgado de Instrucción Octava durante la feria judicial, aceptó la medida y dictó el procesamiento el 30 de enero por el delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”.

La defensa apeló la resolución y la Sala III -integrada- se expidió el 9 de marzo confirmando en todos sus términos el procesamiento y la prisión preventiva. Los camaristas Eloy Suárez, Julio César Rondina y Sebastián Creus, revisaron cada una de las declaraciones reunidas durante la instrucción y avalaron la decisión final.

A favor y en contra

El abogado Ignacio Ferreyra, sostuvo que “no se cuenta con el grado de probabilidad respecto de la participación de Marcelo López en los sucesos” en que murió Marcos Benítez.

Cuestionó contradicciones de los testigos; y afirmó que “por la oscuridad de la zona, resulta casi imposible que (uno de ellos) haya podido divisar a seis metros de distancia a López disparar repetidamente con un arma calibre 9 mm hacia donde estaba el menor”.

Por su parte, el Fiscal de Cámaras coincidió con el procesamiento y reconoció que “los vecinos, muchos de ellos testigos directos, se niegan a declarar por temor a represalias”.

En los considerandos, los camaristas aceptaron como “acertada” la declaración del vecino, “acerca de que el disparo provino de la zona del zanjón Tacca”.

Asimismo, analizaron el testimonio de otro testigo que vio a López cuando cargaba el arma y disparaba en la misma dirección que dijo el otro vecino. “No existe contradicción en estos dos relatos”, aseguraron los jueces de segunda instancia.

A propósito de las fotografías que la defensa esgrimió como prueba de la imposibilidad de ver claramente en horas de la noche, la Sala III dijo que “debe entenderse que sin lugar a dudas (las cámaras) no pueden registrar con total fidelidad lo que el ojo humano percibe”.

Peligro de fuga

Para la Cámara de Apelaciones corresponde confirmar la prisión preventiva ante el inminente “peligro de fuga” que significaría que López atraviese el proceso en libertad. Además del delito que se le imputa y de la pena en expectativa, los jueces recordaron que lo fueron a buscar a su casa el 25 de noviembre -dos días después del crimen- y no lo encontraron. Su búsqueda continuó en las localidades de Desvío Arijón y Coronda, con orden de captura de fecha 28 de noviembre de 2011, concretándose su arresto recién el día 19 de diciembre de 2011 cuando decidió entregarse.

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